martes, mayo 31, 2005

Todo da, todo da lo mismo.

No pasó casi ni una hora. El viernes el avión aterrizaba a las diez de la noche en Barcelona, y a las once y poco entraba con mi hermano Víctor en el recinto del Primavera Sound. Hablé con Álvaro y Virgili, y quedamos en un chorra-chill-out que había montado Lucky Strike, donde Raquel y Huete despachaban en la barra. aquel iba a ser punto de encuentro y de aprovisionamiento gratuito. Bueno, uno de muchos, porque descubrí durante estos dos días que conozco a mogollón de gente en las barras. Ayayayaay....

Nos dio tiempo de una par de cervecitas, y corriendo a New Order. Eran uno de los pocos que no quería perderme, porque nunca les había visto en directo. Y el concierto me encantó. Realmente te das cuenta de que quizás carisma no es lo que más les sobre, pero con esos pedazos de canciones, qué coño de falta les hacía. Al principio tocaron muchas del último disco, y yo súperafavor, porque me encanta. También tocaron Crystal, del anterior, que no me gustó tanto. Bernard Sumner nos gritó FUCK YOU! por no comprar muchos ejemplares en España ( por cierto, me puso muy nostálgico oír hablar en inglés con ese acento norteño de Manchester). Y ya a mitad del concierto, dijeron que para qué andarnos con tonterías, que hacía mucho que no venían, y que nos iban a dar la marchita que nos molaba: los jits de siempre. Acto seguido, empezaron los acordes de Bizarre Love Triangle, y a mi se me saltaban las lágrimas. Luego ya era yo el que saltaba, con todo el público, muy arriba muy arriba, muy arriba. Temptation fue otra de las que te ponían los pelos de punta. Escuchar esas canciones- Love Will Tear Us Apart (“ this is for ALL of you”, dijeron antes de tocarla), Blue Monday ( con bootleg de Can´t get You Out Of My Head incluido)- en directo era vivir la historia de la música, y quien diga que el concierto fue malo es el tipo de persona que ve Las Meninas en vivo y dice que se las imaginaba más grandes.

Después de eso fue de ¿ y ahora qué?, y nos volvimos al chorra-chill-out. Álvaro me dijo que habían organizado un concurso de graffitis y te regalaban un Creative. Medio en broma, hice un dibujo, y va y lo gano. Tal y como me lo pusieron en las manos ( mientras me hacían una foto que espero que acabe en el fondo del mar, porque yo me estaba cachondeando de todo, sin dar crédito), se lo di a Álvaro, que al fin y al cabo fue el que me metió en eso. Una cosa tan fácil de conseguir no puedes valorarla, y además, yo soy de ipod.

El resto de la noche no acabé de ver entero ningún concierto, porque me fui encontrando a gente, y yendo de un lado a otro. Acabé de ver el de Human League, , me encontré un segundo con Fran e Inma, que estaban con Genís y Carlos ( que no habían visto casi nada ese día, tanto estar en el stand de Austrohúngaro), y se iban ya para casa. Luego quedé con Claudio, y me encontré con Rul, Supervago e Iko, y nos fuimos , creo que a Piano Magic. De ahí giré una esquina y me encontré de bruces con Borja B., que estaba con Lenore, al que hacía muchísimo que no veía, y con Araceli, y con... y con... y se nos hizo de día al ritmo de los Optimo Djs, y salíamos todos del recinto con gafas de sol, y tramando planes para el resto del día.

Yo cumplí los míos, dormí apenas cuatro horas mal dormidas, y otra vez allí, pensando que esa noche me caía de cara al suelo. Todo el mundo empezaba la noche más cansado, con caras ma´s serias, y me temí lo peor. Infundado.

Empecé la noche en el stand de Austrohúngaro, charlando con Carlos de los Polysics, y de que habían vendido TODAS las camisetas. Genís y Manolo estaban cenando en el quinto coño, porque los camerinos estaban lejísimos. Me quise comprar la camiseta de STATUS pero no quedaba, y el disco de Feria, pero no queria cargarlo, ya caería,así que de vacío me marché al chorra-chill-out, hasta Dominic A. Sabiendo que Nacho estaba despierto, de concierto en Alcantarilla ( peor mirando hacia las estrellas), le iba mensajeando oportunamente sobre temas de profundo conocimiento musical, como que la gente en Dominic A aplaudía siempre cuando la banda juntaba muchos instrumentos como disonando cada vez más y de pronto los paraban. Él me contestaba que estaban tocando frente a una churrería, tía.

Para despertarme un poco ( a mí Dominic me gusta, pero en mi estado exhausto er aun poco cuesta arriba)me fui con Víctor a The Wedding Present, que no conocía y me gustaron mucho.

De ahí muchos se fueron a Sonic Youth, pero Álvaro y yo nos metimos en la carpa donde Astrud iban a tocar. Pasé a recoger a Gerard, que trabajaba vendiendo merchandising del Primavera, y le compré una chapa de...Polysics. La expectación iba en aumento. Allí también trabajaba Iria, una gran sorpresa, encontrármela, y a Elena.

El concierto de Astrud estuvo fantástico, muy rockero ( creo...). Me encantó el nuevo peinado de Genís, porque le medio tapaba los ojos, y tenía que estar levantando la cara todo el rato, para hablar. Una panda de pesados tiraban un globo enorme al escenario, hasta que Manolo, hasta als pelotas, de dio un patadón, y Genís pidió que no les tiraran logotipos al escenario. Acabaron con una versión chulísima de mi canción favorita actual de su repertorio, Todo Da Lo Mismo, que es muy bonita, y como muy simploncita, pero ontológicamente es trrrrremenda.
Bailando allí me encontré con Lupe( más sorpresas), y estuve con Fran y con Inma, y con un montón de amigos de Salamanca.

De allí nos separamos, y estuve un segundo donde Miqui Puig y luego, sorpresa de las sorpresas, me topé con María y con Iván, del universo de Mario, y que en ese entorno, y en ese momento, me parecían estar saliendo de una dimensión paralela. Me alegró un montón estar con María, y me dio un pelín de nostalgia, que me pasó saltando como un poseso con esos japoneses locos de Polysics. Creo que fueron de lo mejorcito del festival. Mi favorita, la teclista que tocaba con una sola mano, de pronto agitaba los pompones, de pronto tocaba la flauta, y nunca nunca se movía, mientars los demás rompían guitarras, chillaban iiiiihhhhhhhhhhhh, y sacaban al escenario delfines hinchables.

Agotado de saltar, pero sin rastro del cansancio del principio de la noche, seguí haciendo el pin ball con amigos que me encontraba, o que llamaba, como habíamos concertado. Me reencontré con Borja, y Lenore, y no sé muy bien cómo, acabé un rato con Enrique Morente, que es una persona que me impresiona muchísimo. Así que como me estaba paralizando , y no era plan, me fui para los M83, otra de las cosas que no me perdía por nada. No tenía ni idea de cómo podía ser un concierto de esta gente en directo, y me facinaron. Incluso usaban los mismos samples como de peli de miedo que salen en el disco.

Como en cualquier historia bien contada, acabó el cuento con todos los personajes que desfilan por ella reunidos en un clímax final, y ése fue Erlend Oye. Allí quemamos la noche en la mañana, y cuando ya era de día, nos fuimos al backstage, a celebrar el final del festival. Recuerdo (más) barra libre, y recuerdo botellas y botellas de cava, y llamar al móvil a todo el mundo y ponerme al lado del guardia de seguridad, y entrando a más, , y gente llegando en la distancia, levantando los brazos para saludarnos. Borja, Sergi, Lenore, Alvaro, Patri, Iria, Johan, Eloy,y más, y más...

También recuerdo pensar de pronto, sin causa consciente, en una frase que leí hace tiempo en una novela: “mientras bailaba en la pista, los rayos láser le atravesaban el corazón” ( y cito de memoria: creo que nunca más abriré ese libro).

Y luego empezamos a sacudir las botellas de cava sobre todo el mundo, y las risas, y de pronto...CLACK!!!. Me apoyé sobre el pié torcido, y me hice un esguince.

Ahora escribo con el pié vendado, un muleta al lado, y una sonrisa recordando el fin de semana, los amigos, las emociones, las reflexiones, la música, la cara de mi familia, entre escandalizada y muerta de risa al verme llegar cojeando y con un pedal de cava bastante lozano, el rato en el hospital con las compañeras de trabajo de mi hermana y yo todavía en las nubes, en la camilla mientras me vendaban, charlando con todas de Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes.


lunes, mayo 30, 2005

El amor es más frío que la muerte

El miércoles, muy tempranito, estaba con Víctor y Adri, los directores de la peli, en el aeropuerto del Prat. Teníamos que pasar tres días en París, visitando a los coproductores, y a los animadores que iban a trabajar desde allí.

Nada más llegar a Charles de Gaulle, tomamos un taxi. Yo iba muy feliz, porque íbamos enviados por la productora, y corría con los gastos; si no, de qué iba a llegar al centro de París en taxi. Siempre había tomado el RER (esto de trabajar con un animador argentino me está haciendo olvidar la palabra “coger”), y pensaba que iba a ser un lujazo...hasta que nos pasamos más de una hora para atravesar todos los atascos. París –en ese aspecto, ojo!- es como cualquier otra ciudad... Lo bueno es que os permitió hacer tiempo para ir teniendo hambre, porque si no, nos tocaba comer a las doce y media. Así que sobre la una y media caía el primer steak tartar, el plato que siempre cae cuando voy a Francia.

Después de comer, tuve que dar una charla a los animadores sobre la personalidad de lso protagonistas, la manera de moverse, y cómo dibujarlos. Habían pedido prestado el espacio de la galería de arte de un amigo, y en el almacen ( una bóveda muy fresquita) estuve charlando, rodeado de cuadros. El caso es que, entre que con el horario de comidas europeo a tarde te cunde mucho más, y no teníamos referencia horaria por la luz del sol, dentro de la bóveda, pues estuve charlando como tres horas, y pringándome de tinta con la porquería de los rotuladores vileda. Menos mal que hicimos un receso para tomar un poco de champán, por eso de celebrar el inicio de la peli. Después de las copillas, un poco más suelto, acabamos la conferencia.

Al salir, todavía con las maletas, estaba hecho polvo. Cuatro horas charlando en inglés te dejan muertito. Pero por lo visto a la gente le acaró muchas dudas, y los directores se quedaron encantados. Para recompensarme, me dejaron elegir el restaurante de la cena.

Por fin llegamos al hotel, que desde la madrugada andaba en danza. Una ducha, y ratito en la cama mirando al techo, y listo para salir, que me moría de ganas de disfrutar de la ciudad. El hotel estaba en Pigalle, muy cerca del Moulin Rouge, y pensábamos cenar cerca del Louvre, tocando al Pont Neuf, así que nos paseamos desde el norte de la cidad, hasta la orilla del Sena. Había sido un día precioso, y el atardecer era muy limpio y muy fresquito. Bajamos tranquilamente hasta la Opera, las Galerias Lafayette ( soy muy fan de los grandes centros comerciales parisinos, y luego hasta la calle Rivoli, con el Louvre, y la Comédie Françoise. Por fin llegamos a La Samaritaine, y frente a la sede de Louis Viutton, estaba el restaurante Kong...en lo alto del edificio Kenzo. Desde el comedor, bajo un techo transparente, disfrutas de una vista impresionante de la ciudad mientras se hace de noche. Todo el local, diseñado por Philippe Starck, tiene inspiración japonesa, y hasta las sillas tienen impresas caras de japonesitos y japonesitas en los respaldos. De acuerdo, la comida no es de lo mejor, pero un montón de cosas compensan por eso, y el precio tampoco es tan caro, no fuera que luego, al pasar la factura, nos despidieran.
Además, para los fans: en la sexta y última temporada de Sex And The City, en ese restaurante es donde Carrie queda con la ex mujer de su novio ruso para conocerse.
Durante la cena me llamó llamó Javi para contarme lo fantástico que estuvo el concierto de Anthony and the Johnsons, en Madrid. Me hubiera muerto de envidia, si no fuera por estar yo también donde estaba, que no cuestión de quejarse, coñe.
Acabamos de cenar sobre las once, paseando para encontrar un taxi, mientras un montón de gente llenaba los bares, y las calles. Un miércoles...para esos que te dicen siempre que como en España no se vive en ningún sitio.

El jueves fue otra vez de reuniones, pero a la hora de la comida me pude escapar corriendo al centro Georges Pompidou, porque creía que en la tienda podría encontrar las revistas que me encargó JoseC. Yo me iba repitiendo que no me compraba nada, que no me compraba nada, hasta que entré y vi que en esos momentos se celebraba una retrospectiva de R.W. Fassbinder. Que es un director que me gusta mucho, y del que casi nunca te puedes comprar dvds. Así que volví al estudio sin comer, cargando los tochazos de revistas modernas ( el Purple y el Self Service), y con el catálogo y un par de cajas de dvds con ocho pelis del director. Algunas ya las había visto: La Ansiedad de Veronika Voss, o Las Amargas Lágrimas de Petra Von Kant ( que es una peli súper travesti), pero otras ni las conocía, como La Tercera Generación, o Todos Se Llamán Alí.También tenían edciones de sus obras de teatro, algunas convertidas en guiones, como El Miedo Devora el Alma, y El Amor Es Más Frío Que La Muerte.Y muchísimas más cosas que me quedé con ganas de comprar, pero es que esa tienda es un tentación toda ella. Me encantan todas las exposiciones que hacen siempre en ese museo, me compraría todos los catálogos, y soy súper fan del mimo que tiene los franceses con la cultura. Qué coño, soy súperfan de todo lo francés, que me gusta hasta el genoma (se ve cada cosa por la calle...)
Para colmo, ese día y el siguiente íbamos a disfutar de un sol de justicia y temperaturas de 35 grados,así que acabé lvolviendo entre jadeos y sudores, y muertito de hambre. Menos mal que esto del refrigerio con champán lo volvieron a hacer. Estuve charlando con el supervisor francés de la animación, y como habla fatal el inglés, empecé a chapurrear el poco francés que hablo. Justo lo que no quería; todo el mundo, que andaba por el estudio hablando de sus cosas, se fue quedando callado, y cuando, por el silencio, lebanté al cabeza, me estaban mirando muy aliviados: hablas francés!!! Por mucho que lo negase, ya se habían dado cuenta del chollo, y ahora ya estaban malacostumbrados. Al final de la tarde, me explotaba la cabeza.

Al salir tuvimos un rato los tres para irnos a comprar ropa e segunda mano al barrio del Marais, y me compré una sudadera de chándal con cremallera, que es algo imprescindible en el ocho y medio, por diez euritos.

De allí nos fuimos a un pueblo cercano a París, a cenar con Juanjo y Anthia. Juanjo me estuvo enseñando las páginas que está acabando del nuevo cómic de Blacksad, y yo le estuve preguntando todo el rato sobre el proceso, cómo empezaba, cómo entintaba, fechas de entrega, y cosas así. Tanto, tanto, que al final me preguntó si me pensaba dedicar. Viendo el estudio en el último piso de la casa, con vistas a los árboles del jardín, y la independencia de su trabajo, sin estar pendiente de cerrar presupuestos, n cosas de esas, pues le dije que ganas me venían...

La cena estuvo muy divertida; Anthia preparó pollo al curry extra picante, vinieron Mathieu y Sylvie, del estudio, y sacaron muchas botellas de champán (otra vez). Después de acabar con todo ( repetí varias veces, recuerda que no había comido, nos trasladamos al salón, y contamos anécdotas de cuando Anthia y yo coincidíamos en Madrid, miramos libros de ilustradores americanos de todo el siglo XX. Y ya nos fuimos de allí a la una , que ya me caía de sueño, con tanto hablar en francés macarrónico, en inglés, de aguantar el calor tropical, de las copas de champán, y de tanto jaleo.

El viernes las temperaturas subieron todavía más, y encima tuvimos que arrastrar las maletas todo el día, porque no tomábamos le avión hasta las ocho, y la consigna del hotel básicamente era...nada, así que mal rollo, nos las llevamos encima. Yo pensaba que me moría. Además, como en Barcelona, es imposible encontrar taxis, y acabamos visitando dos estudios más a golpe de metro. Qué agotamiento.

Por lo menos conocí gente nueva, que siempre viene bien hacer cpontactos, porque al meenos te queda que si ni hubiera trabajo en Madrid, siempre te puedes mudar a algún otro sitio un añito y pico, o algo. Me dijeron que Sylvain Chomet, el director de Las Trillizas de Belleville ( una peli de animación 2D muy original), ha abierto un estudio en Edimburgo, y que como dentro de un año, puede que empiece la animación de su nueva película, basada en un guión de Jacques Tati que nunca se llegó a rodar. Sería chulísimo, pasar un tiempecito en Escocia, y trabajando para un director tan personal. Ya veremos

Como a las cinco de la tarde comimos en una brasería de Les Halles. Yo me zampé una ensalada gigante con rosbif sobre tostada. A la vuelta me pesé, y a pesar de haber comido como Dios en el sitio donde mejor se come del mundo, había perdido dos kilos en tres días, de tanto trote.
Al acabar, nos subimos en un RER destino al aeropuerto, porque siendo viernes tarde, arriesgarse a un atasco en taxi era mucho. La temperatura era de lipotimia, en el tren. Así que embarcamos sudados, agotados, y yo con la sensación de haber estado tres días charlando sin parar. Que con el palique que yo tengo, para sentirme así tiene que haber sido mucho. En el aeropuerto todavía tuve tiempo de pillarme el último de Fréderic Beidbeger, L´ Egoïste Romantique. Voy a intentar leérmelo en francés, con esto de la inmersión lingüística, a ver qué tal.

Me ha quedado una entrada muy fina, con tanta cosa de París, y tanto francés. La que viene luego, del Primavera Sound, no lo será tanto...

miércoles, mayo 25, 2005

En plan artista

Últimamente, no sé por qué, tengo desórdenes en el sueño. Acabo los días agotado, encima me voy al gimnasio, y luego no me puedo dormir hasta las tantas. Anoche ( la noche del lunes al martes), después de ese día terrible, y de la sesión de gimnasio, estaba muy cansado, pero después de un rato de videoclips en Flash TV ( que es una cadena catalana de videoclips que sólo oscilan entre un video de raperos haciéndose los malotes/uno de la Jlo/uno de algún grupo catalán que arrasara en su último concierto junto al abrevadero en Vallfogona de les Tortorisses/uno de chundachunda de Vale Music con cantante falsa de alquiler) me desvelé. Así que escuché música, leí otro capítulo del libro de Mark Simpson, deambulé un rato por la casa a oscuras, y a las dos y media me dormía, paar despertarme el martes a las siete y media. A ver cuánto duro así.

Hoy en el estudio nos han reorganizado y ya cabemos un poco mejor. Tengo mesa fija, y hasta un ordenador. Sí, es el portátil que está obligado a ser fijo por no tener papeles para cruzar la frontera del estudio. Pero algo es algo...

Ha venido a visitarnos la madre de Pablo, un animador argentino del equipo. Justo ahora que estaba pasando un tiempito alejado de Topacio Fresh, me toca otro al lado para seguir pegándome el acento. Me está enseñando mogollón de palabras de argot, y, como no, muchas guarrerías aparte del "coger", claro. Yo le he contado que tengo dos amigas travestis ( o cocodrilas, como querás), que son de Rosario, la ciudad natal del Che Guevara, creo. Y por lo visto era homófobo, así que no se les ocurrió otra cosa que hacerse unos vestidos para actuar con la cara enorme del Che estampada. También le conté que de vez en cuando desaparecen porque se vuelven a Rosario a operarse, porque allí es muy barato. Una rinoplastia te vale 30 euros. es tan chocante que mientras lo escribo dudo de si no lo estaré recordando mal. De lo que sí me acuerdo es de que una lipoescultura de cintura, glúteos y piernas te salía por 600. Y también le conté que cuando te conocen te dicen "Entangada", no "Encantada" para entonces Pablo seguía riendo, pero miraba de reojo de una manera un poco rara.

Por la tarde he estado reunido con los directores, preparando las conferencias de estos días que vienen. Nos vamos a París, al estudio que va a colaborar con nosotros en la animación. Así que hemos estado tres horas analizando los personajes, revisando las secuencias por las que vamos a empezar, definiendo la forma de actuar de los protagonistas. Todo muy arty, pero muy divertido. En cierta manera ha compensado por el coñazo de día de ayer. A ver qué tal me sale con los animadores delante.

Me apetece todo estar unos días en París, aunque sea trabajando. Espero poder escaparme a laguna tienda, o a la librería de algún museo. Aparte de las comidas, claro Y cenar con Juanjo y Anthia. Él era animador de Disney París, y ahora se dedica al cómic: dibuja Blacksad, y tiene mucho éxito. Ella era la jefa de ventas en Europa de Marvel. Así se conocieron, y ahora tienen hijos.

Cielos, voy a tener que estar con niños...

lunes, mayo 23, 2005

Si es que lo que yo quiero es hacer bien mi trabajo, coño!!

Qué día más asqueroso...mi gato Pancho me ha despertado antes que el despertador, porque se le ha puesto que me tenía que levantarme, así que se ha puesto a darme cabezazos en la cara. Y justo veinte minutos antes de la hora, con la rabia que da eso.

En el estudio estoy un poco a tope porque el miércoles me voy al estudio de París que va a trabajar con nosotros, y debería tener las hojas de modelo ( una especie de libro de instrucciones sobre cómo dibujar los personajes) acabadas, y no lo tengo, y no me dejan, y debería tener una reunión con los directores para decidir por qué secuencia empiezan a animar, y cómo la enfocamos, y tengo pendientes un poco de análisis personalidad de los protagonistas, y me pilla el toro. En fin...

Encima me he tenido que pelear por el portátil, porque la burócrata de turno decide que el portátil no se puede mover del estudio ( o sea, como si te prohíben usar el móvil caminando), y yo que le digo que si quiere pasamos las animaciones de referencia en París con sombras chinescas. Si es que lo que yo quiero es hacer bien mi trabajo, coño!! No puedo con los cargos intermedios con delirios de grandeza y cero sentido común.

Claro que a la hora de la comida me he puesto a explicar todas las perversiones que he aprendido en la peli de John Waters, justo cuando un súper jefazo de la compañía estaba comiendo en la mesa del al lado. Y eso ya no es un cargo intermedio, me entiendes? El caso es que el susodicho es un poco imbécil, porque se va a comer a la cafetería con todos los curritos, paar hacerse el proletario, digo yo, pero ordena que las camareras le lleven la bandeja a la mesa, mientras todo el mundo la recoge del mostrador. Lo que yo digo: si vas de colega, no hagas esas cosas, gilipollas. Para eso te vas al comedor privado que tienes al lado, que ya es bastante notorio.
Debe ser que pasar de una infancia de penuria a una madurez millonaria te afecta el cerebro, y tienes una compulsión por restregar en la cara de los demás la diferencia de clase. O sea, un capullete ideal para ser blanco de John Waters, que es lo que ha sido involuntariamente: mientras yo iba riéndome del funch ( fucking after lunch), del hombre al que le ponía ir dejando sus heces por todas partes( especialmente dentro de las cisternas, para que la gente nunca descubra de dónde viene el olor), la masturbadora compulsiva con pinta de intelectual judía rollo Susan Sontag, de la hija tetuda Úrsula Ubres, y del chaval que va por ahí lamiendo ruedas de coches...y todos mis compañeros de mesa, con cara de pavor. Lo que yo decía luego, que me podían haber dicho quién era! Qué asco de día.

No se ha arreglado cuando me han intentado convencer de que la venganza de los Sith ( una palabra que me hace pensar en escupitajo) era buena. Llevo ¿cuantos años hace que dura este coñazo?...bueno, los que sean, oyendo lo mismo. Cuando se estreno el primer engendro decían que era buena; cuando decidió tentar a la suerte volviendo a timar a los timados, y estrenó la de los Clones, los frikis me decían que vale, que la primera no era buena, pero que esta sí, y ahora te dicen que vale, que la buena es ésta, que es la "oscura". O sea, que más de lo mismo, me temo.
La mejor crítica la recibí de un compañero de trabajo, que me dijo que la amenaza fantasma no me gustó porque "no la vi en una pantalla lo suficientemente grande "(sic). O sea, que si pones Condemor en IMAX se convierte en Irma la Dulce, no?
Lo peor es que la voy a ir a ver, ni que sea por participar del espíritu de los tiempos...

Y para intentar quitarme la mala leche, me he ido esta noche al gimnasio. Lo que pasa es que ver la sala llena de gente sudando, con Morrissey en el ipod ( mientras me leo el libro repaso toda su discografía), no puedo evitar pensar que todos juntos ofrecemos un cuadro patético.

Debe ser eso, estoy escuchando demasiado a Morrissey. Tiene el efecto colateral de que me apetezca meterte el dedo en el ojo.

domingo, mayo 22, 2005

Strawberry blond

El viernes tenía cena en casa de Alex y Arantxa. Llevábamos postponiéndola desde hace un par de semanas, porque la niña, Martina, estaba enferma, y ya en otra ocasión descubrí que los bebés son bombas biológicas para los humanos.
También vinieron Pepe y su novia María, a la que no conocía, Bibiana y Valentín, recién vueltos de su viaje de novios por Turquía, y Pascu. Yo fui con David, doraditos por el sol de la tarde. El viernes tengo horario reducido y quedé con él para acabar al tarde en la playa, en Sitges. Allí estuvimos tumbados, charlando muy lentamente, como dos sonámbulos, leyendo, escuchando el ipod, y durmiendo la siesta de los lagartos. Esto de estar unos meses en Barcelona tampoco está tan mal. Luego quedamos con Jon y nos bajó en coche a la ciudad, con el tiempo justo.

Antes de cenar estuve jugando con la niña ( sana), y David se reía de mi por pillarme en un renuncio de la diatriba que solté el ...

("miércoles" quedamos a cenar los amigos de la facultad, que a esos sí que hacía que no les veía. Fuimos a la -según dicen- es la mejor pizzeria de Barcelona, pero un amigo que suele ir me ha prohibido que la mencione, para detener una masificación creciente. En esa cena, con Natalia, su novio, Ludi, Oriol, Pato y David, acbamos hablando de los niños, porque ya empiezan a reproducirse mis compañeros de generación. Yo odio a los niños, los encuentro enormemente molestos y siempre acabo al lado de uno en viajes, y me amargan la existencia a mí, aparte de a sus padres, que para eso lo han tenido. Decir eso frente a padres primerizos entiendo que sea una herejía, porque, según ellos mismos aseguran, experimentan por sus retoños un amor que te cambia la vida. Lamentablemente, durante las horas o los minutos que coindido con alguno de esos enanos ruidosos y egoístas, también me la cambia a mí, y sin que el amor místico ese esté involucrado)...

por eso las risas cuando nada más entrar en el piso de Arantxa y Alex me tirase al suelo a jugar con la niña. Supongo que en la cena se me calientó la boca, y el impulso de épater le bourgeois me pierde. En mi defensa sólo puedo decir que la niña no lloró, se reía todo el rato, y ni me vomitó encima de la camisa. Si sólo fueran así todo el rato...
Después de dormir a la niña, de cenar, de ver las fotos del viaje de novios, y de empezar a charlar de temas que me estaban empezando a hacer sentirme un poco de otro planeta, salí pitando porque había quedado con Gerard para tomar una copa. Aunque el...

("jueves" cené con Álvaro, Virgili y Juan Pedro en el resturante Flash Flash. Por lo visto, un centro emblemático de la época de la gauche divine barcelonesa. Y así sigue, decorado exactamente igual, todo de blanco, y con dibujos dechicas a la moda...de los setenta. Que me recordara a La Naranja Mecánica demuestra 1. lo bien que conserva el espíritu de la época, y 2. lo mal que ha pasado el tiempo para esa película de "anticipación". Después de cenar, y con una botella de vino y una jarra de sangría en el cuerpo, fuimos al 13 porque creía que allí pinchaba Gerard esa noche. Cuando llegamos reconocí que a lo mejor me había equivocado, y era verdad que pinchaba en el Sweet. Así que volvimos a saltar a un taxi, y nos lo encontramos allí, animando a un personal bastante escaso, que se perdieron lo bien que pinchó. A riesgo de ponerme pesado... un jueves por la noche eso en Madrid no pasa. Debe ser que en Barcelona estaban todos en casa leyendo el iD Magazine...)

Pues eso, que el viernes noche quedé con él, ni que fuera para una copa rápida. Nos fuimos otra vez al Sweet, que pinchaba Souver. Estuvimos charlando con él de la nueva peli de John Waters, sobre todo de los osos que salen, y yo me meaba de ver a Souver imitándolos. Luego charlamos de la serie Lost, que por lo visto es lo más en la televisión, un poco de Eurovisión, y un rato de música moderna, que queda muy fino . Nos tomamos una variedad nueva de gin tonics aromatizados que nos volvió loco y acabanos Gerard y yo en el Mond un ratito, pero no mucho, que estaba muy cansado, (fíjate cómo estaría de cansado que me dormí viendo las fotos del viaje de novios...), y a casa.

El sábado me vi Ocean´s Twelve en dvd y me encantó, como a casi nadie más. Pero es que yo soy fan de Soderbergh.
Me llamaron Olvido, Mario y Nacho desde una playa de lujo en Acapulco. Mario acababa de hacer eso de montar en un paracaídas atado a una motora. Nacho comentó que pensara en que su vida dependía de los miserables 200 pesos que le había dado al tipo. La noche anterior habían actuado en la fiesta privada de un millonario, y habían experimentado el fenómeno multitudinario de fans. ;Me tuvieron que dejar porque se acercaba el camarero con sus CocoLocos...(suspiro)
Y luego, tras esperar MEDIA HORA para conseguir un taxi ( se conoce que los taxistas debían estar en casa leyendo el Wallpaper) quedé a cenar con Patata y Laon,el chico más sexy a este lado del Ganges. Gerard al final se quedó haciendo una disco nap, porque a pesar de que había dormido poquísimo, se pasó todo el día hiper activo y a la noche le dió el bajón. Me llevaron a un restaurante japonés-brasileño riquísimo, en Gracia. Tiene cosas como sushi, pero mezclado con frutas tropicales, y cosas muy exóticas, todo muy moderno y muy rico. Y los postres eran un escándalo
Después de cenar subimos al piso de Laon a tomar una copa, a admirar la vista total de Barcelona, y a revisar los resultados de Eurovisión, que a estas alturas ya estarás celebrando, querida lectora. Al respecto sólo tengo que decir que con la broma privada esa de las mamarrachas de Móstoles nos hubiera ido igual de bien.
Después de estar leyendo su colección de Holas de los 70 ( que no paraban de hablar de Patricia Hearst - que sale en la peli de John Waters ( nunca te pasa que de pronto ciertas cosas pàsa años sin oírlas, y luego se te sincronizan juntas en un momento?)-) bajamos a ver a Marc, que estaba en un bar un poco perroflauta que había allí cerca. Me daba un cierto regocijo secreto ver juntos a Patata, a la que conozco desde hace como un año y medio en Madrid hablando con Marc, del que soy amigo desde el 94, en Barcelona. Los seis grados...

Acabé la copa y me fui a ver a Gerard, que ese día nos tocaba Razzmatazz. Allí estuvimos toda la noche en el Pop Bar; me presentó a amigos suyos, parroquianos habituales ( según ellos los sábados no hay nada más), bailamos mucho porque pincharon de escándalo ( especialmente celebrada: Bizarre Love Triangle; ya sólo quedan cinco días para verles en el Primavera), y nos partimos un montón de cubatas de la nueva Bombay con especias aromáticas, que nosotros aseguramos que te colocan. Creo que va a ser nuestra nueva bebida favorita, ni que sea por el pedo psicológico. Estuve charlando con un fan del diario muy simpático, que se declaraba muy contento de que me hubiera ido a vivir a Barcelona. Me pareció un comentario muy curioso.
Seguí bailando, y al rato Gerad y yo nos dimos cuenta de que estábamos muertos, y cada uno llevaba un ratito aguantando sin decirlo al otro, asínos fuimos a dormir, que ya tocaba, desde el jueves por los bares.

El domingo ha sido ostracista. Esta mañana han vuelto mis padres de un mes de vacaciones en la playa. Ahora empieza la veradera sensación de volver a tu ciudad, y a casa de tus padres...ayayayay....Después de comer me he ido solo a la playa un rato; luego he visto la nueva de John Waters, que me ha encantado, sobre todo por la de perversiones sexuales que he aprendido, y ahora estoy encerrado en mi habitación de adolescente, escuchando la sesión nueva que ha grabado Gerard, y escribiendo mi diario. Mi vida es superficial y adolescente.

Me despido con una cita del libro sobre Morrissey ( y la cultura pop) que me estoy leyendo. Se llama Saint Morrissey y está fenomenal, menos en las -contadas- ocasiones en las que el autor, Mark Simpson, un incendiario escritor inglés, demasiado inteligente para haber escrito una simple hagiografía, ( Lucas me dijo que fue el que se inventó el término "metrosexual") parece súper encantado de haberse conocido y tener siempre razón, y en las que te da la sensación de que ha escuchado un poco demasiado las canciones, y lleva tres páginas especulando a su aire sobre una rima. Pero aparte de eso, el libro es fantástico.
En los capítulos aparecen entremezcladas citas de entrevistas que le han hecho a Morrissey. La que digo va como sigue:

Has oído la versión de TATU de "How Soon Is Now"?
Sí, es magnífica. Totalmente. Aunque, no sé mucho sobre ellas.
Son las lesbianas rusas adolescentes.
Bueno, no lo somos todas?

domingo, mayo 08, 2005

La ultraviolencia que me mata de risa

Este semana ha sido de meterse de lleno en la peli. Como sólo he tenido un par de semanas de descanso, entre una y otra, contaba con un inicio suave, para ir acumulando fuerzas poco a poco. Pero de momento, no creo que vaya a ser posible. Estoy preparando información para los animadores, intentando controlar todos los pequeños detalles, y previendo por dónde pueden salir. No falla nunca: te crees que todo está súper claro y siempre que una persona nueva entra en el proyecto, te sale por un sitio que no esperabas. Supongo que a los directores les pasó conmigo; y ahora que en unas semanas entrarán los animadores en tromba, va a ser como cabalgar una hidra de mil cabezas. Pero en fin, es lo que odias y a la vez te gusta de trabajar en proyectos creativos de equipo.

El martes pasé a ver a Marc. Lo conozco desde que empecé en este oficio. Trabajábamos juntos en un estudio de mierda en Barcelona, junto a Mercado de Sant Antoni, y ahora decimos que aguantamos tanto allí porque nos reíamos todo el rato. Como se confirmó esa noche.

Ahora comparte un estudio en Gracia, alquilado entre un montón de amigos, y cada uno hace allí sus faenas free-lance, casi todas en el mundo del cómic. Se están preparando para la visita de unos jefazos de Marvel, que van a revisar portafolios. Ellos quieren ofrecer su trabajo en equipo, desde el lápiz de la página hasta el color final.

Hablamos de trabajo un poco ( me decían que ahora que soy director de animación, les podría conseguir algún encarguito extra, y que me parecía a los americanos de Bienvenido, Míster Marshall), y luego nos fuimos a la plaza Rius i Taulet a tomar cervezas. Conocí a un chico inglés, nuevo en el estudio, que lleva casi un año en Barcelona, y quiere trabajar en cómics. Charlamos de Londres, de cómo los dos lo añoramos, y luego me recomendó dos tebeos que están muy bien: The Ultimates, con algunos de los superhéroes clásicos treunidos en un grupo, y con ese tratamiento irónico tna chulo que tiene ahora todass las historietas de superhéroes; y Human Target, del guionista de X-tatic, un cómic que me pasó Nacho hace tiempo y que es lo más, sobre superhéroes con depresiones, y problemas de orientación sexual, y cosas de esas. En esta nueva serie, trata de un tipo que se alquila para suplantar la personalidad de alguien que esté en peligro de muerte. Hay tanta variedad de situaciones posibles, que las tramas son delirantes.

Después de tres o cuatro rondas, me fui a casa en bus. No me acostumbro a no vivir en el centro, así que he decidido que, como aquí está todo a huevo, me compro una bici plegable. Me imagino la cara de Mauro cuando lo sepa; porque sostiene que todos los barceloneses o tiene gafas de pasta ( que a veces llevo), o usan medios de transporte alternativos. Supongo que tiene razón.

El jueves tuvimos comida y reunión con el productor. La cosa se presentaba chunga, porque tiene fama de ser un ogro con los artistas, y sólo pensar en el dinero que se ahorra por aquí y por allí. Encima, el tema de mi contrato ha sido el objeto de su enésima pelea con el director artístico de la empresa, y hemos estado una semana y pico de tira y aflojas. Me sentía como si estuviera metiendo la cabeza en un partido de tenis entre dos archienemigos, con la sensación de que en una de esas la pelota me volaba la cabeza. Al final se resolvió con la propuesta más favorable económicamente para mí, pero precisamente por eso tenía miedo a cómo me iba a tratar a partir de ahora.

Fuimos con él, su empleado tiñoso que trabaja pegado a nosotros para vigilarnos mientras él está en Madrid, Víctor y Adri, los directores, Ana, la secretaria de producción, de la que me voy a acabr enamorando como siga siendo al única persona "de la pasta" que es guapa, inteligente, simpática y sabe de lo que habla, y yo. Nos sentamos a comer y empezamos a charlar. Me tocó enfrente. En algún momento, creo que mientras bebía un trago un poco demasiado largo de la copa de vino, decidí volverme loco, y soltarle todos los miedos que teníamos de cómo iba a comportarse con nosotros durante la peli, si iba a estar acusándonos de derrochones chupadelbotes que debíamos estar agradecidos de que nos pagaran por hacer algo tan pueril como dibujar, como si el concepto de cobrar mientras disfrutas ya fuera suficiente para taparte la boca frente a todos los desplantes que te pueda hacer. También le trasmití todas las frustraciones de los equipos de animadores que esperaban para empezar, con el salario que se les había ofrecido, y le arranqué un compromiso con la calidad de la peli, no sólo con un presupuesto lo más ajustado posible. Es lo que tiene trabajar con gente educada en la tradición de D´Ocón ( el perpetrador de los fruittis), que hay que reeducarlos.

Supongo que el ser el primer fichaje de fuera de la compañía para la peli, y tener la palabra Dreamworks en mi currículum debía haberme dotado de cierta aura de respeto. También creo que todas las cosas que he aprendido observando negociar a Mario me han servido de algo, porque en vez de arrancarme la cabeza, o despedirme, se rió, dijo que le gustaba que le dijeran las cosas claras, y pidió más vino. Como en las pelis. Las caras de nuestro bando pasaron progresivamente del miedo al asombro, y de ahí al relajo.

De ahí en adelante, el resto del día, de reuniones largas , funcionó como la seda. Creo que hemos conseguido cierta química con el ogro. Aunque también sé que la vida no es como las pelis, y estoy esperando la contrapartida por su parte, la súper bronca a la primera, o tenerle sobre mi hombro todo el rato. A ver...

Cuando acabamos, y se marchó, estábamos tan eufóricos que nos fuimos al Llantiol por la noche. El Llantiol es un teatro pequeñísimo del raval, donde todavía encuentras cabaret. Fuimos a ver el espectáculos de Rachel Arieff, una amiga de Ana. Fueron dos horas de monólogos y música al piano de morirte de risa. Yo pensaba que no me gustaban los monólogos de comedia; lo que pasa es que no me gusta lo que hace Globomedia.
Rachel viene de Los Angeles, y te cuenta experiencias bizarras de su vida, y toca el piano, y va vestida como salida del Rocky Horror Picture Show; es lo más!
Lo único malo es que antes del show me cambié de sitio tres veces, para buscar el mejor lugar desde donde NO te puedieran sacar al escenario, y me sacaron. Me quería derretrir, pero en el fondo me lo pasé bien. Además, me regaló una de las bragas que ha diseñado ella contra violadores. En el frontal sale su cara y pone “WELCOME TO AIDS CENTRAL” Nada que ver con El Club de la Comedia, verdad? Creo que volveré unos cuantos jueves más, y que a veces, cuando hable con el productor, llevaré bragas.

De allí había quedado con Gerard para ir al 13, pero eso ya casi es el finde, y con este post kilométrico que me está saliendo, mejor lo cuento en el siguiente.

domingo, mayo 01, 2005

En Barcelona

1.La tele por dentro
Desde la última vez que actualicé, o sea, hace un porrón de días, estoy viviendo en Barcelona.
Justo el día que llegaba, esa misma tarde, con una hora de diferencia, aterrizaron las Nancys para grabar una actuación en Crónicas Marcianas; así que me encontré con mis padres, nos tomaos un café, les di las maletas, y me quedé a esperarlas.

El plato de Crónicas está en un polígono industrial, que es donde mi vad aaprece estar condenada a transcurrir. Todo alrededor es muy feo, y cuando entras en la nave, todo también es muy feo. El plató tiene su coña, por la mitomanía de haberlo visto tantas veces en la tele, y además no es tan pequeño todo como dicen. Pero los camerinos son muy cutres, y además no tre dejan tomar alcohol, dicen que para que la gente no salga borracha. Ya no sé cómo sería el programa con la gente pedo, si ahora es como es…a lo mejor arrastraban más las palabras, pero gritaban menos. No sé…

Mientras todas la Nancys se arreglaban, nos reímos mucho porque estaban muy nerviosas, y por lo visto las de maquillaje se ponían chungas con ellas; mientras, Nacho me mandaba mensajes para decirnos que Ratzinger era Papa. A mi me encantó la noticia, es lo mejor para acabar de hundir a la iglesia.

El chico de la discográfica se escapó a un bar a traer cervezas de contrabando, y luego nos trajeron unos bocadillos de chopped, y todo ya era un poco mejor.

Luego ensayaron, y se fueron soltando. Yo me senté en las gradas, que todavía estaban vacías; luego se llenarían de gente que daba un poco de miedo, cuando entraban. Todos como muy excitados, y con pancartas.

Después de ensayar, llegó Boris, y estuvo muy amable, saludando, y charlando. Por lo visto, él fue el que movió los hilos para llevar a las Nancys, así que fenomenal. Luego pasaba Carlos Latre con la cara maquillada de Carmen de Mairena, y el resto vestido normal. Se metió en su camerino, y desde la puerta gritaba para que viniera no sé quien. Daba un poco de miedo.

Las Nancys grabaron primero, porque todo el programa iba grabado. Normalmente graban la última parte, y la empalman con la primera, que va en directo. Yo no lo sabía, y ,me chocó. Supongo que es otra de las muchas mentiras que forman la tele. Visto desde bambalinas, queda todo súper falso. Debe ser el equivalente de haber visitado los estudios de la Paramount en los cuarenta. Sólo por ver la maquinaria trasera de la forma de comunicación más importante de nuestra época, ya valió la pena.

Cuando actuaron las Nancys, se ganaron a todo el público, que empezó en frío, y acabaron de pie, dando palmas y agitando las pancartas que no eran para ellas, pero daba igual. La gente del equipo también bailaba, y Boris estaba como loco, en un rincón. Yo estaba agazapado debajo de la grúa esa que giran tanto, para hacer barridos, y espirales. Les salió fenomenal, y en pantalla quedaron muy bien.

Mientras se desmaquillaban y todo eso, me quedé justo detrás de la puerta esa que se abre, por donde salen los invitados. Me encantaba verlos en el pasillo, de carne y hueso, y luego se metían en esa puerta, y desde el pintor que colgaba en la pared, de pronto ya eran mediáticos, y de la realidad sólo te llegaban los sonidos del plató, el resto, ficción televisiva. Todo muy Marshall McLuhan

Al salir nos fuimos a cenar todas al VIPS, nos saltamos al dieta a lo grande, y nos reímos mucho contando burradas de las que no me acuerdo, peor que resonaban por todo el restaurante. En Barcelona sólo hay uno, y aún así estaba bastante vacío. En otra mesa cenaba Imanol Arias.
Cuando acabamos, nos despedimos en la puerta, y ellas se fueron Rambla abajo, al hotel, y yo a casa de mis padres, por la Gran Vía. Les ví alejarse, y me puse un poco triste, porque notaba que ahora sí, yo me quedaba en Barcelona, y parecía que se alejaba un trozo de Madrid, del mío, de mis amigos. Así que estaba un poco melancólico cuando entré en casa y ví a Imanol arias en el programa de Buenafuente. Así que descubrí que el suyo también se graba. En la tele es todo mentira.

2. Fangoria juega en casa
La melancolía me duró poco, porque ese finde me escapé a Madrid, para el concierto de Fangoria. No me lo perdía por nada del mundo, porque allí van todos los amigos, y es como una fiesta de cumpleaños.

A estas alturas ya todo he contado algunos, porque esta gira me la he seguido casi entera, y no me voy a repetir. Sólo diré que fue el que más disfruté, saltando por la sala, y además la ruleta soltó las canciones de una manera que a mí me encantó. Javi, Roberta, Álvaro, Virgili y yo bailamos mucho, todo el rato como bakalas. Me reencontré con Gema, la profa de yoga, que desde que vivo en provincias no la veo, y la echo muchísimo de menos. Y mi espalda, más

Antes del concierto, estuve por los camerinos, y las Nancys, como son tan revoltosas, se pelearon con Fangoria porque Mario, el pobre, quería una explosión de purpurina, y los otros no le dejaron. Yo me moría de risa viendo cómo justificaba que las Nancys eran glam, y le iba mejor la purpurina a ellas, no a unas frías del techno, como Fangoria. Olvido se cardaba el pelo y se reía, y Nacho iba diciendo con la cabeza “sí, sí…” Al final, airadamente, Mario se dio la vuelta, me cogió del brazo preguntándome de qué lado estaba , y nos encerramos en el nancycamerino…al que todas acabaron yendo, porque era el sitio más divertido donde estar. Nacho se quedó tan afectado por la polémica, que se comió una hamburguesa del Burguer King, y luego iba acusando a todo el mundo de que se la habían comido ellos.


Después del concierto, nos quedamos un rato en los camerinos jugando a la botella humana, comentando la noche, y todos intentando ligarnos a Xevi Muntané, el fotógrafo de las Nancys, y de una que se llama Kylie Minogue, y que no está bueno, no, está lo siguiente.
Yo descubrí a los hermanos Martínez, unos amigos de Mario y Olvido, que son lo más. Me pasé toda la noche con ellos, y me los quería quedar, llevármelos a mi casa y adoptarlos, de lo divertidos que eran.

De allí, a Morocco. Nacho, claro, hacía rato que había desaparecido. Roberta se nos unió, y también Fran y Paul Van. Bailes y risas

Y de allí, los incombustibles probamos suerte en la nueva sesión de la Joy que llevan David y Piti. Estuvimos un rato, un poco apretados ( pero a mí, a esas alturas, ya todo me hacía una gracia…) y luego, a casa de chill out. Cuando Mario no me vio ( si no, te agarra y dice que tú no te vas), me escabullí a casa.

Al día siguiente había quedado para ver una expo de carteles de Toulusse-Lautrec y sus coetáneos, y me encantó, a pesar de haber dormido tres horas.
Por la noche tomé el avión de vuelta, y me comentan que los chill outs todavía duraban…

3.La forma de moverse de Rufus Wainwright
Al siguiente concierto que fui, tres días después, de vuelta en Barcelona, fue el de Rufus Wainwright. Nunca le había visto en directo, y me fascinó la manera cómo se mueve. Tiene pluma, muy graciosa, y cuando canta gira mucho las muñecas. También sacude la cabeza, para colocarse el pelo, porque debe ser muy coqueto. Me fijaba y de frente no me gustaba mucho, porque tiene un poco nariz de cerdito, pero de perfil, tocando el piano, era divino.

Por supuesto, el concierto me encantó. La banda era increíble ( y todos eran guapos, ¿por qué será?), y las canciones me pusieron la carne de gallina.

Antes de cantar Gay Messiah celebró la legalización del matrimonio homosexual, y dijo que el nuevo papa, Benedict the…no recordó qué número y atajó…¡the Fucker! le daba pavor.

Cuando iba a cantar Beautiful Child pidió palmas estilo flamenco, porque en Madrid la gente lo hizo, y le encantó cómo quedó. Un amplio sector del público, demostrando su snobismo provinciano, se horrorizó de que les pidieran tocar palmas…como de flamenco…y como en ¡Madrid!, y se negaron. La mayoría no, pero son estas cosas que tiene a veces Barcelona, la moderna…
Me encantaría que alguien que hubiera estado en el de madrid me escribiera un email apar contarme qué tal estuvo; supongo que debe ser nostalgia de no haberlo visto allí.

Al acabar, con 14th street, me inundaron los recuerdos y se me humedecieron un poco los ojos. Suerte que nadie se dio cuenta, porque aparte de mi hermano Víctor, fui con la mitad de mi nuevo equipo de trabajo, en Filmax. Que puedas compartir un concierto de Rufus con tu director de la peli y tu secretaria de producción, da idea del ambiente tan chulo que tiene el equipo artístico.

En los bises se disfrazó de hada, con alitas de mariposa, y el resto de la banda de cosas que implicaban desnudar su torso, para mi regocijo.

En los segundos bises, aparte de arrasar con Oh What a World, consiguió que la última imagen del concierto fueran un par de chicas y un montón de tíos despidiéndose en albornoz. Súperafavor!!!

4.La nueva película
Y entre todo esto, descubriendo mi nuevo trabajo. Hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien. El grupo es genial. Me pasaron el guión, y por primera vez en mi carrera, estoy involucrado en un proyecto desde tan pronto, que podemos permitiros reuniones de análisis sobre la trama, y los personajes. También tengo más responsabilidades que nunca, y me da un poco de susto, pero estoy aprendiendo muchísimo,incluso de presupuestos, y de maniobras políticas de empresa… Porque mis compañeros artistas son geniales, pero el equipo directivo es un poco tremendo.

Estoy devorando un libro de Robert McKee sobre guión, y otro sobre técnicas de actuación para animadores, de Ed Hooks . Me siento como si estuviera empezando otra vez, con muchísimas ganas. Supongo que cuando el trabajo me ahogue, en mitad del jaleo, me quemaré un poco; y voy a echar de menos no animar tanto como antes, por tener que dirigir el trabajo de los demás, pero tengo la sensación de que esta peli va a valer la pena.

Si a eso le añades que voy a desempolvar la bici del garaje, porque aquí sí que se puede usar, que me he apuntado a un gimnasio chulísimo al ladito de casa, que puedo irme a cenar un martes con mi hermano y mi hermana Verónica a un japonés riquísimo que se llama Shibui, y que hoy he estado en la playa con mi amigo David sin tener que esperar a que abran las piscinas…


pues eso, echo de menos algunas cosas y a personas muy especiales de mi Madrid, pero me lo estoy pasando chupi.