martes, octubre 10, 2006

El verano del amor

A mediados de julio acabamos la animación principal de Nocturna, la película en la que estuve trabajando como director de animación durante el pasado año y medio. Los flecos han coleado todo el verano, y la misma semana pasada todavía retocaba cosas, pero el stress, la responsabilidad agobiante, y el sueldazo, terminaron el 14 de julio. Sólo tenía una semana de vacaciones y la pasé en el festival de Benicàssim con las amigas. Olvido era jurado del festival de cortos, y le acompañamos Mario, Marta y Miguel. El viaje de ida , los cinco en el coche de alquiler, fue una risa perpetua, y el de vuelta también, aunque más cansados, y escuchando el nuevo disco todavía sin masterizar, con Olvido apuntando cambios en una libreta y nosotros dando nuestra opinión. En medio, cinco días con Juan Pedro escapado de Barcelona, donde le esperaban el montón de trajes de Alaska, todos blancos, y todos necesarios para ayer, que enseguida empezaban las fotos; con Topacio convertida en la travesti bakala del backstage, con la Terremoto y las Feldene y su actuación histórica en el festival, pulverizando las barreras de lo indi, mucho más que Kylie o Bruce Springsteen en Glastonbury. Con Álvaro, llegado in extremis en el último momento, con el que pasé los mejores conciertos y las mejores endorfinas.Del festival me quedaré para siempre con Franz Ferdinand, que nos volvió locos a todos–más tarde esa noche, al hacerme una foto junto a Alex Kapranos ( para envidia de Patata), me dijo “le hemos pateado bien el culo a Morrissey, ¿eh?-, o la tarde del consultorio sexual de Topacio en la piscina, o la gira de Lunas Rotas de Rosana, o el chillout del ataque de risa en el cuarto de Marta, en que me caí de cabeza del sofá, pero yo encantado, porque estaba en éxtasis, o el viaje en furgoneta desde el hotel , con las Queens of Noize, gamberras y totales por igual, las cenas con el cocinero de la peña gastronómica vasca, mientras Mario se trabajaba magistralmente el patrocinio de Heineken, con los bailes con Olvido, Mario y La Terremoto en la discoteca silenciosa del backstage del backstage ( estaba William Orbit!!)con el concierto de The Rakes desde el backstage, esas cosas que cuando te están pasando no trascienden, pero luego se pegan a tus recuerdos para siempre…Y el concierto de Morrissey, porque cantó para mi. Quizá tu estabas, e incluso quizá llegaste a pensar que cantaba para los miles de fibers en la explanada…Qué va... Estaba cantando para mi, y se me saltaron las lágrimas, y entendí , por qué hay gente que siente el impulso de subir y abrazarle, y en ese momento supe que si, por culpa de algún atentado islamista, un autobús de doble planta saltara por los aires en Londres, y en una parábola perfecta sobrevolara Francia y cayera sobre nosotros, esa seria una forma celestial de morirse.

Después de esas vacaciones de cinco días que me parecieron diez ( es lo que tiene no dormir), me fui a Galicia, para empezar mi primera película de animación por ordenador. Con la resaca, me tuve que apañar para aprender en tres días a manejar el programa, cosa que toma en general cursos de semanas, me reencontré con Jon, un amigo que conocí en Madrid, de fiesta, y resulta que trabaja en la misma película, en Santiago de Compostela, (así que cuando tenga que subir a Santiago por trabajo me quedaré en su casa, y me enseñará a hacer surf) y me volví a casa, para trabajar como freelance. Me compré un portátil y aprendí que con la maravillosa animación por ordenador te puedes pasar quince días en Cádiz en el piso de la playa de tus padres, y a la vez trabajar.

Y más música, en el verano del concierto perpetuo: el concierto de Madonna en París, el espectáculo más grande jamás visto en este planeta,
donde conseguí atrapar uno de los miles de globos dorados que soltaron al final de concierto, para regalárselo a Aitor, y al final antes de eso mi señora de la limpieza lo tiró a la basura. Y las compras compulsivas en American Apparel en la tienda del Marais, que es como un Sepu americano, pero como se anuncia en Butt, pues allí que estábamos todos los días…y el concierto de los Pet Shop Boys en Barcelona, mucho más pequeño, pero más emocionante, y que acabó con cosmopolitans de madrugada sobre la ciudad…
Y los viajes en furgoneta con Nacho, Roberta,Elektro y Algora y sus amigos a festivales y sesiones, donde te empezabas a reír nada más subirte, y sólo parabas a la vuelta, la mañana siguiente, cuando todos caíamos dormidos.

Y la entrevista a Fangoria para Neo2, donde comprendí por fin eso que dicen mis amigos periodistas de editar…noches en vela intentando domesticar una hora de charla y risas en unas 1800 palabras, y que se entienda.
Y las charlas y las risas con Javi sobre el libro de Lucía Etxebarría, y la cena en Barcelona por el cumpleaños de Mónica, con Álex y Arantxa.
Y la visita de Geej y Abra, que me alegraron ese fin de semana, ¡¡y me hicieron un myspace!!

Y mis padres, que se pasaron cuatro días en casa para ayudarme a montar trastos del piso que si no seguirían empaquetados, y no les importó dedicarme todas las horas para ayudarme, e ir a Ikea varias veces, en vez de irse ellos de compras. Eso sí, luego les invité a comer al Bilbaíno, con Javi, y nos pusimos hasta arriba de comida vasca.

Y mi hermana, que me va a hacer tío.

Y…y…ay, qué alivio, que ya me estoy quitando de encima el jaleo del verano, ¡qué bien estar de vuelta!