viernes, enero 27, 2006

Escenas de landismo

El martes iba camino del estudio y me llegó un mensaje de La Prohibida “¿Tienes taladro? ¿Me lo dejas?”. En mitad del autobús me dio un ataque de risa. Quedamos en hablar al final de la jornada laboral, pero ese día no pudimos concretarlo.
Al día siguiente me llamó la travesti con una frase digna de la mejor época del cine de Alfredo Landa “ Te puedes pasar esta tarde por mi casa con tu taladro?” Demasiado bueno para decir que no
Esa noche llegué a su nuevo piso de propiedad en Lavapiés, dispuesto a poner cortinas. La casa está muy bien, de estilo rústico, con las camas en altillos; colores agradables, mucha madera y mucha viga. Mientras preparábamos las herramientas me estuvo contando su viaje a suiza, donde la contrataron para una fiesta gay. El resto del tiempo se aburría tanto que cuando la invitaron ala nieve decidió montarse y hacerse esas fotos tan bizarras que salen en su fotolog. Lo mejor, el maquillaje. Me dijo que su intención era dar mucho en cámara de pija andorrana.

Fuimos a buscar una escalera para poner las barras, y lo único que encontramos fue una escalera como de cuando la guerra civil, que chirriaba cuando subíamos ( menos mal que somos muy delgados), y oscilaba mogollón. Con esa temeridad inconsciente de las travestis, la Prohibida me dijo que no me prpreocupara, que si veías que te caías, pues te agarrabas a algo y ya está. Así estábamos, taladrando en equilibrio, cuando llegó Nacha, de apellido LaMacha, copropietaria y compañera de piso, con un amigo que se llamaba Satine. Vivo en un mundo de seudónimos. El otro día en el nasti, me saludó un fansito del diario que se llamaba SugusPiña. Yo a la vez le presenté a Logansan y a Patata ( de la que era ferviente seguidor), y allí que estábamos todos, como en una convención de superhéroes.

Nacha y Satine llegaban de Ikea. Habían comprado unos cojines que horrorizaron a la Prohibida, y para demostrarle su disgusto empezó a pegarla en la cabeza, y a insultarla. La otra, claro, se revolvió como una gata y le moñeó a gritos. Por cierto, tiene un gato que se llama Chucky. La señorita LaMacha sostiene que el animalito le roba los sobres de condones, los raja con la uñita, y no para hasta que saca el condón. Juega un rato y lo deja por ahí, de manera que parece lo mismito que un condón usado, que es lo que encontramos al mover el sofá, para bochorno de la propietaria. La Prohibida no se lo creyó, y yo, visto como estaba el patio, mejor no intervine, agaché la cabeza, e intenté no reírme mientras metía la barra por los agujeros de las cortinas. Bajo el sofá también apareció un bombón, que se comió Satine, y monedas de euros.

Cuando ya estaban colgadas se empezaron a pelear por cómo anudar las telas, y cada una se empeñó en demostrar lo hortera que puede llegar a ser la otra en materia decorativa. Que si una quería cortinas naranjas, que si la otra quería unas estanterías imposibles. Cuando una chillaba mucho ( que era casi siempre Nacha), la otra la pegaba en la cabeza, y la otra respondía poniéndose a cantar una copla. Por lo visto hacer copla está muy valorado en el mundo travesti, y según LaMacha, prohibida no tiene categoría suficiente y debe conformarse con su tecnopopito. La otra, con su sorna característica, le recuerda que se va a Méjicos en unas semanas, y vuelve a Suiza.

En estas peleas estaban ( yo asentía y callaba; mejor no meterse en peleas de gatas) cuando el gato se puso a maullar. Se había subido a lo alto de la escalera, y no sabía bajar. Las malvadas transformistas, en vez de ayudarle, decidieron que iban a llevárselo el domingo al rastro, para que hiciera como la cabra de los gitanos, y se pusieron a dar palmas y a cantar Paquito el Chocolatero, y el gato en todo lo alto…
Menos mal que todas tenían que trabajar esa noche en A Noite, y salimos de allí. No sin antes admirar, desde la puerta, lo bonita que les está quedando al casa, a base de tanto brainstorming.



El jueves volvió Nacho a clase de yoga. Nos estuvo contando la semana en Méjico DF y en Ciudad Juárez, con los conciertos para denunciar la desaparición de mujeres . Le pregunté por la relación con los buenrrollistas, y me dijo que fue nula; básicamente porque cuando entraban con las travestis todas discretamente dejaban la sala… Claro que cuando podían, les pedían a las travestis que las peinaran. Y cuando Fangoria se compró unos vodkas, las otras querían beber de él, y claro, no les dejaron. Así son las jipis.
Y claro, no creo que sea empezar bien cuando todas van con mochilas, y de ellas, hasta las travestis llevaban Vuittones
Cada vez que Topacio quiere saber si hubo sexo, te lo pregunta así: “pero…¿hubo maltrato?” te puedes imaginar la cara de las buenrrollistas cada vez que lo iba preguntando por ahí, en unos conciertos por las mujeres desaparecidas.
Y a la hora de salir, todas querían salir de coristas de Fangoria, e insistían en colgarse cosas pesadas, como guitarras, y no se enteraban que todo era playback, por supuesto.


En el viaje de ida, en bussiness, Nacho fue sentado con Mónica Randall. Él se había tomado sus Trankimazines y la Randall lo despachó diciendo que eso para ella era como tomarse un vaso de agua. Ahí intuyó que esta señora le iba a caer bien. Luego les pusieron sus lectores portátiles de dvd y vieron Batman Begins. A unos minutos del final el de la Randall se estropeó.
-Esta película es una puta mierda, pero por mis santos cojones que la acabo de ver-dijo ella, y exigió que le cambiaran el aparato, y se lo tuvieron que reponer hasta tres veces.
Luego vieron una de Ben Stiller
-Éste tiene cara de subnormal. No triunfará en el cine-espetó. Y se giró a Nacho-Que yo de cine entiendo mucho.
Nacho, que con las pastillas y el vinito se pone muy parlanchín, le estuvo explicando los viajes que hace cierta persona( y por supuesto no es Alaska, eso sería demasiado fácil. Ella, Marta, Mario y yo bastante tenemos con el dietista) a una clínica de adelgazamiento una vez al año.
-¿Una?¡Y tres!!- replicó la otra.
Y luego se puso a contarle las ventajas de la cirugía plástica externa. Nacho la convenció para que se extirpara las bolas de Shinchán (que son unas bolas de grasa que tenemos TODOS en las mejillas, y que todas las famosas se extirpan) Ella dijo que lo haría, y luego se puso a buscar las gafas.
No supieron nunca cómo, pero aparecieron bajo el culo de Nacho.

Por supuesto, le supliqué que algún día invitaran a Mónica Randall a uno de los conciertos, para que la disfrutásemos todos.

lunes, enero 23, 2006

La cena de cumpleaños

El miércoles fue mi cumpleaños. Este año no pensaba hacer una gran celebración, porque estoy hasta arriba de trabajo, y porque es un rollo celebrar algo el mismo día cada año, lo mejor es celebrarlo de vez en cuando, así tiene más sensación de fiesta. El año pasado fue el de grandes celebraciones, cenas a tutiplén y cosas así, y este año, a falta de alguna otra cita pendiente que me irá saliendo, me conformé con una cena en casa con algunos amigos.
El menú, raclette. Un plato francés de esos de hazlo tú mismo, al estilo de la fondue, muy útil cuando tienes poco tiempo. Es propio de las partes de Francia que limitan con Suiza, que sufren un frío que rasca, así que es consistente. Consiste en una plancha sobre la que calientas carne o embutidos, y bajo ésta, junto a la fuente de calos, se dejan cazuelitas donde se funde queso. Cuando te apetezca, coges el cacho de embutido, y viertes el queso fundido por encima. Para completarlo, le metes dentro un pepinillo, o una cebollita, y lo engulles. Todo muy ligero y nada calórico.
Así que ese día salí un poco antes del estudio, quedé con Edu en el supermercado del Corte Inglés, y compré salchichón, chorizo cular, morcilla, chorizo criollo y jamón de york. Yo propuse una fusión hispano-francesa, e incluir jamón serrano, pero Edu, que es francés, puso los ojos en blanco como quién escucha un anatema, y no me dejó. Tampoco hace falta que sean de gran calidad, porque total, los vas a planchar y cubrir de queso. El queso de raclette es graso, huele asqueroso, y es delicioso cuando está fundido.
Como es todo tan pesado, de primero sólo hace falta que prepares alguna ensalada, o entrantes ligeros. Si no, la gente con hambre se tira a los preámbulos, y luego te sobra todo el queso y el embutido. También es importante acompañarlo con vino blanco seco, que ayuda a disolver el quesazo en el estómago, y lo hace todo más digerible.

Vino Javi, Edu, y Gerard con Jor. Gerard bajó de Barcelona unos días para ver a Jor, y fue tan majo que los hizo coincidir con mi cumple. Por tener tan buen karma, recibió una compensación de la mano de la casualidad, y de Ana. Ella necesitaba una persona para una sección en Cuatrosfera que se trataba de transformar a un civil en un miembro de The Strokes, vistiéndole y peinándole al estilo. Después de buscar infructuosamente, pensó en Gerard, que curiosamente estaba en Madrid, y les puse en contacto. Por lo visto el experimento salió muy bien, Ana quedó muy contenta y bastante posicionada en Cuatro, y Gerard les pareció tan total que creo que van a hacer más cosas juntos. A ver cuándo lo emiten.

Edu me regaló un jersey de rombos ( me gusta mucho el aire preppie que te dan los rombos ), y los diarios de Samuel Pepys. Este señor fue un alto funcionario inglés que vivó en Londres a mediados del siglo XVII. Durante diez años llevó un diario personal donde cuenta, el gran incendio de Londres, la epidemia de peste, el período de Restauración de la monarquía, y toda las juergas que se corría con su mujer, sus amantes, sus amigos, y los jaleos d la corte. Las primeras referencias sobre él las tuve cuando vivía en Londres, y luego me lo he ido encontrando referido en lecturas o películas. Al final de una de mis pelis favoritas, Las Invasiones Bárbaras, hay unos planos de libros en una biblioteca, y uno de ellos es un tomo de los diarios. Los compré hace tiempo en inglés, pero el inglés del XVII me da mucho dolor de cabeza, así que se lo pedí a Edu en una edición compilada ( son diez años de diario, lleno de tonterías cotidianas-como todos- perfectamente prescindibles ) y traducida.
Javi y Gerard me regalaron un montón de pelis en dvd: The Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Opening Night ,de Cassavetes,y Las Amargas Lágrimas de Petra Von Kant y La Ley del más Fuerte, de Fassbinder. Todas muy finas y muy de gafapasta. pero es que cuando yo no llevo lentillas voy con gafas de pasta... Me conocen bien, y sabían que me gustarían. Me conocen tan bien, que la mitad ya las tengo; pero lo que cuenta es la intención. Sólo espero que encuentren el ticket.
Núria y Paul me enviaron desde Londres los dvds de una serie que se llama Little Britain. Siempre que nos vemos les pregunto por lo que está triunfando en la tele allí, y últimamente siempre me hablan de esta serie. Es una parodia hecha por dos cómicos, sobre tipos típicos del carácter inglés. Es decir: el falso paralítico en silla de ruedas, el gay de pueblo, la travesti mamarracha, el político enamorado del Primer Ministro… Todavía no he tenido ni un rato para ver algo, peor le tengo ganas.
Vittorio me regaló un cómic que se llama Lupus. Es de estilo europeo, nada de superhéroes ni eso; tiene unos dibujos en blanco y negro, a pincel, y trata de un par de colgados en el futuro, que se dedican a pasearse de planeta en planeta probando todas las drogas, hasta que una mujer se mete en medio, y claro, se lía todo. por lo visto gnó el premio al mejor tebeo en le festival de Angoûleme
Pablo me soprendió porque sin previo aviso, se ha plantado hoy con un abrigo de estos del ejército alemán, que me compró este finde en el rastro. No me esperaba tener uno, pero le comenté el otro día que el suyo me gustaba, y ahora tengo uno. Es muy calentito y con muchísimos bolsillos; creo que lo voy a explotar porque me han dicho en el estudio que me da un aire macarra que no va nada conmigo.
Yo me regalé el dvd de los hits de Pulp, que está muy barato en la fnac. Algunos vídeos son espectaculares, pero lo mejor de todo es una selección de programas de televisión, donde puedes ver a Jarvis riéndose de las presentadoras, o de las preguntas de los fans. Sólo por ver en la versión inglesa de Lluvia de Estrellas a una marica inglesa imitándole en el vídeo de Common People, sólo que con más pluma todavía, y 15 kilos más, ya merece lo que me costó.

Fue un buen día; me llamó mucha gente, incluyendo a Marta y Elena, que también cumplieron años esta semana, y a las que no llamé. Elena, desde Baqueira, me puso al día de los cursos monitora de esquí que está haciendo, y de el último chulo alpino con el que está liada. Hemos quedado que en algún fin de semana de febrero Tere y yo nos vamos a escapar a verla.
Marta me contó que ya está enclaustrada con el proyecto de Casa Asia, pero que el fin de semana salió con Mario, Juan Pedro y La Favor, y acabaron el domingo tarde de chill out!! Menos mal que yo el sábado me lo pasé fenomenal en la sesión de los Alive y en el nasti con Mario,Flat Eric y Patata y Farala, que si no me hubiera dado una rabia perdérmelo…

sábado, enero 14, 2006

Un día

Es jueves por la mañana.Me pongo el despertador muy pronto ( en mi mundo esos son las siete y pico) porque es el último día del pago de la factura del móvil.
Debido a que a mi empleador le encantan las sorpresas, nunca sé el día que llega el cheque; así que he desdomicialdo todas las facturas, y con lo desastre que soy siempre acabo corriendo el último día.
Suena el despertador y ruedo por la cama para que el golpe contra el suelo me acabe de despertar. Anoche me acorté a la una viendo el documental sobre Garganta Profunda. Aunque sale John Waters y Gore Vidal, le pasa lo mismo que a la peli: a pesar del hype, verla entera es un poco rollo.

Voy al banco, pago y voy al estudio. Desde hace semanas, cada día hay alguien que te comenta que tienes cara de cansado, y yo sonrío por fuera pero me preocupo por dentro. Todavía quedan cinco meses para el final de la animación, y no puedo permitirme una semana de vacaciones, sólo aprovechar que algún estudio sí las tenga, y el volumen de trabajo disminuya. Me consuelo pensando en el cheque pero enseguida me acuerdo de que ya debería haber llegado y no lo ha hecho. Entonces me consuelo pensando en que cuando acabe me tomaré tres meses sabáticos y entonces pienso que o estaré tan preocupado por saber qué viene luego que no descansaré, o vendrá otro trabajo que no podré rechazar y tampoco descansaré.
Mi estrategia es la guerra de guerrillas: intento escaparme a casa siempre que puedo. Trabajar desde allí no te quema porque no tienes siempre a alguien preguntándote algo que para él es súper importante y súper urgente. Mis vacaciones son horas sueltas de vez en cuando, entrelazadas con el trabajo.

Así que salgo a las cinco, sabiendo que ese día ya no trabajo más. Llego a casa y me cambio. Pienso en que quizá acabe tarde, y hace frío, o quizá no, y tampoco hace tanto a media tarde.
Voy a buscar las invitaciones para el preestreno de la película de Miguel Albaladejo. Voy justo de tiempo pero como no encuentro taxi, llego antes en metro. Me noto cansado y creo que no voy a ir.

Recojo las entradas en Noviciado. Me gustaría pasarme por El Naranja a saludar pero tengo clase de yoga a las seis en la calle Piamonte, y son las seis menos cuatro. Ahora sí que tengo que tomar un taxi.

En clase de yoga tenemos un chico nuevo. Alrededor de 40, mono, rubio y muy callado, lo que duplica su atractivo. Me encanta que me guste alguien de 40 cuando yo empiezo la treintena, me da esperanzas de que cuando sea mayor me gustará la gente de mi edad, y no haré mucho el ridículo.
Precisamente ese día hago clase con unos pantalones cortos, para no tener que cargar la bolsa con el chándal largo, en caso de que vaya al estreno. Así que me bajo los pantalones y hago posturas en calzones negros satinados y con calaveras que me compré en H&M. Eran tan bonitos que me los compré a pesar de que sólo había tallas XXL, así que encima me queda como una faldita.
La clase es muy animada, cotilleamos mucho sobre quién va a qué estreno. Esa noche también es el preestreno de Brokeback Mountain, y todas las maricas de ringorrango de Madrid van a ir. Si esa noche no ibas a un estreno en Madrid no eras nadie.
He vuelto a clase después d un mes; en diciembre estuve tanto en Barcelona que no merecía la pena apuntarse. Me dicen que normalmente la clase es más tranquila, que por mi culpa hay mucho cotorreo. Yo digo que mentira y además entiendo “potorreo”. Replico que ese día somos tres chicos y tres chicas, o sea que hay un 50% de potorreo. Me encanta la palabra.

A la salida de yoga acompaño un rato a Nacho camino de casa de Mario y Olvido; allí tienen reunión del disco nuevo, y luego salen para el estreno de Albaladejo. Yo antes voy al teatro con Edu y Paloma. Camino del Starbucks ( a estas alturas, y con lo que queda, necesito cafeína), nacho me cuenta que se van una semana a Méjicos, a tocar por alguna causa solidaria. Nos morimos de risa imaginando lo que dirán de ellas Cristina del Valle y Rosa León y demás buenrrollistas. Todas las personas de extrema izquierda son tan homófobas y dogmáticas como las de derechas. A mí en la universidad me criticaban todo el rato porque me gustaba la moda, salir de marcha y era fan de Estados Unidos, ergo no era de izquierdas.
Con el tiempo tengo más dinero, ergo soy peor. Acabé harto de la plataforma Cultura Contra la Guerra por el fanatismo ideologizado de los buenrrollistas( que luego pasaban de la guerra de Irak y lo que querían era hacerse amigos de los famosos para tener trabajo). Así que imagínate a ésas con los pañuelos palestinos, y Mario de Dior hablando de cirugía estética. Encima, fletan un avión entero, y Fangoria se paga de su bolsillo el pasaje en primera. Eso va a parecer Gran Hermano.
También estuvimos organizando al agenda de Febrero. Entre Arco y las sesiones con Roberta, Mario y Nacho, hay que tener mucho cuidado al elegir qué días vas a Barcelona.

Entramos en el Starbucks y cuando me preguntaron mi nombre, di mi nombre de Starbucks. Me da mucho mal rollo que te pregunten el nombre porque sí, y luego lo griten para darte el café, así que doy uno falso. Nacho estaba de acuerdo, y le encantó el concepto de nombre de Starbucks. Mientras esperamos el café le expliqué cómo sacas tu nombre de porno: el nombre de tu primera mascota y el nombre de la calle donde vivías de niño. El de Nacho es Donny Núñez de Balboa. Total.

Dejo a Donny y me fui al teatro donde trabaja María. En la guindalera. Allí Juan Pastor siempre prepara montajes interesantes, y Edu me lleva.
Vimos “La Larga Cena de Navidad”, de Thornton Wilder, escrita en 1925. En una hora, cuenta 90 años en la vida de tres generaciones de una familia. Siempre les vemos en la cena de nochebuena, los actores van envejeciendo, los que mueren van saliendo por unas cortinas negras, y los nuevos se van incorporando. Las conversaciones son intrascendentes. Siempre los mismos temas; vas viendo cómo los hijos desarrollan los defectos de los padres, cómo las ilusiones de juventud, cinco minutos más tarde son las decepciones de la vida adulta…y lo más notable es que tienes la sensación del paso del tiempo, echas de menos a los que se van y los recuerdas como de hace tiempo. A pesar de que el tono es ligero y al final todos los actores, vestidos de angelitos cantan un villancico, salí un poco melancólico.

Lo mejor cuando estás triste es ir más deprisa. Decido que vamos al estreno. Cojo a Edu y saltamos a un taxi, hasta el Kinépolis, en la Ciudad de la Imagen. Es un rollo que hagan estrenos tan lejos.
La película me gustó mucho, los únicos delincuentes que me gustan en el cine son los mafiosos ( me apasiona la historia de la mafia). Está muy bien contada ( quizá dan algún palo de más, los niños esos; a lo mejor le cortabas diez minutos y se veía mejor). Lo mejor de todo Mariola Fuentes. Y lo peor Alex Casanovas, que te lo creías muy pocas veces, diciendo que si estaba mu loco, con acento catalán. La banda sonora me horrorizó, con tanta rumba y tanto Chicho, pero le pega muy bien. Además, sale la Terremoto de Alcorcón, haciendo un cameo.
A la salida nos juntamos Mario, Olvido, Nacho, JC… pero se fueron enseguida porque Mario tenía que pinchar. También estaba Vicenta, y Luís, el hermano de Nacho, con su novia Patricia Pérez. Saludamos un momento a Félix ( Dunia estaba en Canarias) y salgo a buscar un taxi. Nacho me aseguró que a la vuelta no había problemas de sitio en algún coche…y todo el mundo vino con coches pequeños. Nunca nunca nunca bajo ninguna circunstancia dejes que Nacho te organice alguna logística. Parezco nuevo.
No pasa nada, porque al mejor estilo delincuente juvenil me tiré a la calzada, esquivé a otros que corrían, y atrapé el único taxi que se veía en aquel descampado dejado de la mano de Dios. Sin frenar, para que el resto no se metiera por las ventanillas, recogí a Edu, y creo que llegamos a Madrid antes que los demás.

Ya era cerca de la una de la mañana cuando llegamos a casa. Le había dicho a Mario que no sabía si iría a la sesión. Edu no tenía ganas, y ya había decidido que ya tocaba meterse en la cama, cuando, con el teléfono de Javi, me llamó Roberta para ponerme firme. Qué era eso de no ir esta noche, que pinchaba mi hermana Mario, y encima sin haber ido al Wateke el domingo pasado. Ya no se llevaban las maricas hogareñas, se llevaban las maricas vaqueras, montañeras y que salen por la noche. Cuando tu discoteca te necesita, tienes que ir.

Poca gente pensó así, porque la sala no estaba muy llena. Pero si la cantidad no acompañó, la calidad sí. Javi vino con Miguel, estaba Agustín con Paco e Iván Soldo; también se pasó Piti, y Tommy y Laura, además, claro, de Elektro y Roberta.
Me reí mucho, charlé con mucha gente, y Mario y Roberta nos dieron lo que queríamos. Y encima me regalaron todas las copas.

A las cuatro ya no daba más de mí, me despedí y salí. No me quedaba dinero en la cuenta corriente, así que llamé a mi banco online para que transferirlo de otras cuentas. Entonces descubrí que Openbank, el banco por internet con capacidad operativa 24 horas al día, 7 días a la semana 365 días al año, hace volcado de datos cada noche entre la 1 y las 6 de la mañana, y no hacen nada más.
Volví a casa forzado a dar un paseo de 20 minutos. Andar es el mejor ejercicio. Me lo dijo mi dietista. También me dio unas muestras de cápsulas antienvejecimiento que le sobraron. Con días así, me hizo falta tomarme una antes de dormir.

jueves, enero 05, 2006

El ascenso de la clase creativa

Hoy he quedado a comer con Nacho en nuestro restaurante asiático favorito: Tanga. Hemos estado hablando de Lost. Él y JC están viendo los dvd de la primera temporada, y a nacho le gusta, aunque sostiene que se hacen a ratos le aburre, porque alargan demasiado las situaciones, y pasan cosas de las que luego se olvidan, o no se vuelve a hablar. Que son un poco dramacuínes todos, y que le hace mucha gracia que se haya estrellado un avión de supermodelos.
Yo le he dicho que es verdad, que como tiene la estructura de un videojuego, a veces te agobia que te tengan tanto rato mareando la perdiz en una misma pantalla, pero que siempre pasa algo de pronto que compensa, y te vuelve a enganchar muchísimo. Charlie le parece un pesado, insiste en que Ian Somerhalder es el noviete de Locke y se van a la selva a liarse, y creo que es la primera vez que a Nacho y a mi nos gusta un mismo tipo: Jack.

Luego hemos estado hablando del nuevo disco de Fangoria, de quién será el productor, y de los títulos de algunas nuevas canciones, que ya por ellos mismos prometen; parecen de los Pet Shop Boys. Me ha estado explicando el proceso de composición con su hermano Mauro, cómo empieza a hacer las letras, la elección de canciones con Olvido o el tema general de todo el disco. También nos hemos estado riendo un rato, imaginando el año que nos viene, las risas que nos vamos a echar en los nuevos conciertos, y con lo que traman las Nancys Rubias para celebrar su aniversario…
También hemos charlado del nuevo disco de los Pet Shop Boys. Se llamará Fundamental, y el primer single, Minimal, que ya sólo con esos nombres era para caerse de la silla. Además, las primeras críticas ya van advirtiendo de que es un escándalo; de lo mejor de su carrera. Qué ganas de que salga ya, y qué ganas de que Madonna saque el single de Sorry con la remezcla de los chicos de la tienda de animales.

Luego me ha regalado una biografía de Andy Warhol escrita por Bob Colacello que se ha terminado de leer, y le he estado contando sobre el libro que me estoy leyendo yo.


Primero fueron las citas y reseñas en Vanity Fair, luego uno de los libros más interesantes que he leído últimamente: Rebelarse vende, (que me llevó a otro libro que tiene 100 años, pero leerlo es muy divertido porque explica muchas de las cosas más de moda en la sociedad actual: Teoría de la clase ociosa, de Thorstein Veblen); en el primero también lo citaban, así que , en mi racha de libros sobre sociología del siglo XXI, me estoy leyendo el no va más: The Rise of the Creative Class de Richard Florida.
El ensayo, que se ciñe a los Estados Unidos, establece que las actividades económicas relacionadas con la creatividad humana constituyen el 50% del PIB frente a sectores en decadencia, como la industria, o los servicios . Los trabajadores que viven de dicha creatividad : artistas, diseñadores, escritores, desarrolladores de software, directivos y consultores de empresa, etc…constituyen por tanto la nueva clase social dominante, la clase que vive de su creatividad, la clase creativa.
El libro pasa entonces a analizar cómo el liderazgo de ésta clase social ha extendido sus usos y costumbres al resto de la sociedad, cambiando la forma como entendemos el entorno laboral, dónde elegimos vivir, cómo son las relaciones humanas, qué marca ,tendencias, cómo usamos el ocio, y una de los aspectos más reveladores del libro: qué hace de una ciudad un centro de atracción de creativos. En ese tema lees unas cosas muy curiosas: las ciudades más activas económicamente ( siempre en los estados Unidos, recuerda), son los que tiene una mayor proporción de clase creativa; y los factores que hacen una ciudad atractiva para la clase creativa son, por ejemplo, el índice de tolerancia social, el índice gay ( mayor población homosexual, más atractivo para la clase creativa, más pujanza económica de la región), el grado de diversidad racial, el dinamismo cultural ( pero no de la alta cultura,sino de la cultura popular: clubes, salas de conciertos, galerías de arte, restaurantes modernikis, etc…) son cosas que intuyes, pero es mucho más interesante leerlas estructuradas, con causas, efectos, y estadísticas.
En el libro también se analiza cómo ha cambiado la oficina, cómo la forma de “trabajar” de los artistas, con horarios flexibles y la necesidad de una motivación creativa más allá del dinero, o la informalidad en la forma de vestir se han convertido en alicientes que las empresas punteras deben ofrecer a sus trabajadores para mantenerse entre las preferidas de los cerebros creativos a la hora de elegir un oferta laboral.
El cambio de paradigma propiciado por el avenimiento de la nueva economía creativa ha afectado a todos los aspectos de nuestra vida, y en el libro también se explora cómo ha afectado a las relaciones personales, a la imagen que queremos crear de nosotros mismos,a las actividades de ocio o a cómo nos gastamos el dinero.
Por supuesto, hay muchas cosas que te lees con una ceja levantada…A veces peca de un excesivo entusiasmo, y parece que te está contando un mundo feliz; o glamouriza demasiado aspectos cool de la nueva economía, o generaliza demasiado.

Pero, considerando que en realidad nadie sabe con certeza lo que está pasando ahora mismo en el mundo en esta era del advenimiento del pod y del final de los combustibles fósiles, el libro es muy inteligente, bastante divertido de leer ( aunque a veces se pone coñazo con las tablas y los términos empresariales) y me he visto reflejado en muchísimos detalles definitorios de mis gustos, de mis aspiraciones profesionales, o de mi entorno social. Es muy recomendable, y me ha dado muy buenos momentos.
El último, ayer.
Iba en el metro leyéndolo, y unos ojos verdes de escándalo aparecieron por detrás de la cubierta. Un chico me sonrió y, en inglés con acento americano me dijo que le parecía un título interesante. Yo le contesté que el libro estaba muy bien, le expliqué un poco de qué va, y le di los datos, autor y eso. Me preguntó que dónde era, y pareció sorprenderle que le dijera que de aquí. Demasido pronto llegó su parada, me agradeció la charla, y se despidió con una sonrisa. Cuando se bajó, mientras caminaba por el andén sus labios iban articulando el título y el autor, supongo que para no olvidarse.

En un apéndice del libro, cuenta que entre el 30 de abril y el 2 de mayo del 2003 se reunieron en Memphis 100 miembros seleccionados de la Clase Creativa de norteamérica. Elaboraron un manifiesto para que sus comunidades potenciaran su competitividad en la nueva economía. Uno de los principios recomendados es invertir en el ecosistema creativo: potenciar la escena de clubes, la vida nocturna, la música y las artes. Así que en un rato me voy a la fiesta de La Prohibida sabiendo que estoy ayudando a dinamizar la economía de mi país.
Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo…

lunes, enero 02, 2006

Momentos de aprendizaje

La semana pasada, justo después de las fiestas navideñas, volví a Madrid por trabajo. No me he podido permitir ni unos días de descanso, y encima este año todo ha pillado en fines de semana, así que el viernes 30 estaba tan hecho polvo, que el 31 perdí el avión que tenía que tomar a las 8 y media de la mañana, para pasar el fin de año en Barcelona. Es algo que no me esperaba, que no me había pasado antes, y que posiblemente me vuelva a pasar…pero que en el momento de darme cuenta me despreocupó totalmente, y me pareció deliciosamente irresponsable. Unas cuantas horas más tarde cogí el autobús, sin que me importaran mucho las 7 horas, pensando que después de todo esas horas extras en la cama las compensaban.
Hay quien dice que todo nos pasa por algo, y que cada momento es un momento de aprendizaje. Quizá el viaje en autobús me tocaba para que me sentara junto a una señora deshecha, que iba a Barcelona para estar con su hermano el día de fin de año, porque ese y no otro era el día en que su sobrino empezó a agonizar, justo para no ver nunca el año 2006, y dejarles a ellos aquí para recordarlo cada año nuevo. Así que mi último pensamiento del año fue para ellos ( el sobrino era, al fin y al cabo, el que menos lo iba a notar), y para nosotros, que estamos aquí.

Por supuesto nada de eso me puso trascendente, ni más melancólico de la habitual, y de mi casa, a casa de unos amigos, y de allí, previo saqueo de su whisky, al Razzmatazz. Con Gerard, con Álvaro y Virgili, con Neus, con Paco y su novia, Hazcaso pinchando y nosotros girando, bailando, saltando y bailando más. Cuando acabamos allí nos fuimos con Paco a una fiesta en una galería de arte cercana, al más puro estilo fiesta de amiguetes, con vasos de plástico y copas a tres euros, mientras unos modernos ponían música en una mesa. Cuando ya el sol entraba a raudales, y después de contemplar la última cutrez promiscuo-homosexual, me metí apresuradamente en el metro, ansioso por estar en mi casa, con mi familia a tiempo del Concierto de Año Nuevo. Esa es una de las cosas que intento no perderme nunca, y es tradicional que mi madre nos despierte el día 1, independientemente de la hora a la que nos hayamos acostado, al ritmo de alguno de los valses de Strauss. Este año no hizo falta despertarme, porque entré por la puerta al compás del 3 por 3, mi hermano ya había llegado, y hasta vino mi hermana desde su casa, con una pamela enorme de gomaespuma que el regalaron en la cena. Como siempre, en la Marcha Radeztky, aplaudimos todos por el año nuevo

Después de comer el cuerpo no me dio para más, y dormí hasta las 9 de la noche. Creía que me iba a cambiar el horario, pero ni por esas; a las doce dormitaba en el sofá.

Hoy he trabajado al ralentí, en el estudio de Barcelona; aunque la mitad de agobiado que los fumadores, claro.
Tenemos por delante la tediosa tarea de decidir cómo solucionamos la animación de unas escenas de multitudes de la película: si por animación tradicional y ciertos trucos ( duplicar niveles ad infinitum, usando imágenes especulares para dar la sensación de animaciones diferentes…) o usando animación por ordenador, que quizá nos proporcione multitudes más completas, pero a costa de tener que construir los personajes en el ordenador, encontrar animadores solventes y sobre todo no salirnos del presupuesto. Un rollo de día, vamos.
Lo bueno es que he quedado por la tarde con Núria y Paul, que han venido a pasar el fin de año con la familia en Barcelona, y he visto a su hijo Joseph, que tiene 7 meses. No sé qué le pasaba conmigo, pero se me tiraba encima y se descojonaba de risa, sin apenas conocerme de nada. Hasta me ofrecía un poco de su galleta de arroz. Claro que a cambio quería beber de mi cerveza, el jodío.
Aparte de jugar con el crío, hemos hablado de Londres, como siempre que quedamos, y me ponene al día de lo que ha pasado en la capital. me han recomendado que me compre los dvds de una serie que terminó ya, Little Britain, una parodia sobre típicos ingleses pintorescos. Me aseguran que es de partirse, aunque no sé si fiarme, porque ellos son más de Mujeres desesperadas, que me parece un coñazo, y no les gusta Lost. Luego hemos hablado de trabajo, y yo les he hablado de mis veleidoso planes de futuro, y de la posibilidad de trabajar otra vez en el extrangero una vez acabe la película. Les he querido regalar algo de la cultura autóctona que no tuvieran y que me gustara que se llevaran a Londres, y aunque hay pocas cosas que cumplan esos requisitos, al final les he comprado Casualidades, el disco de Miqui Puig, y la última novela de Javier Cercas, La Velocidad de la Luz

Acabo el día actualizando el diario en el mac, mientras en otra ventana veo All I Want, un dvd sobre Rufus Wainwright, que siempre va muy bien para la melancolía propia de los días después de las noches de fiesta, y el amargo aprendizaje que, a veces, éstas proporcionan.