domingo, mayo 22, 2005

Strawberry blond

El viernes tenía cena en casa de Alex y Arantxa. Llevábamos postponiéndola desde hace un par de semanas, porque la niña, Martina, estaba enferma, y ya en otra ocasión descubrí que los bebés son bombas biológicas para los humanos.
También vinieron Pepe y su novia María, a la que no conocía, Bibiana y Valentín, recién vueltos de su viaje de novios por Turquía, y Pascu. Yo fui con David, doraditos por el sol de la tarde. El viernes tengo horario reducido y quedé con él para acabar al tarde en la playa, en Sitges. Allí estuvimos tumbados, charlando muy lentamente, como dos sonámbulos, leyendo, escuchando el ipod, y durmiendo la siesta de los lagartos. Esto de estar unos meses en Barcelona tampoco está tan mal. Luego quedamos con Jon y nos bajó en coche a la ciudad, con el tiempo justo.

Antes de cenar estuve jugando con la niña ( sana), y David se reía de mi por pillarme en un renuncio de la diatriba que solté el ...

("miércoles" quedamos a cenar los amigos de la facultad, que a esos sí que hacía que no les veía. Fuimos a la -según dicen- es la mejor pizzeria de Barcelona, pero un amigo que suele ir me ha prohibido que la mencione, para detener una masificación creciente. En esa cena, con Natalia, su novio, Ludi, Oriol, Pato y David, acbamos hablando de los niños, porque ya empiezan a reproducirse mis compañeros de generación. Yo odio a los niños, los encuentro enormemente molestos y siempre acabo al lado de uno en viajes, y me amargan la existencia a mí, aparte de a sus padres, que para eso lo han tenido. Decir eso frente a padres primerizos entiendo que sea una herejía, porque, según ellos mismos aseguran, experimentan por sus retoños un amor que te cambia la vida. Lamentablemente, durante las horas o los minutos que coindido con alguno de esos enanos ruidosos y egoístas, también me la cambia a mí, y sin que el amor místico ese esté involucrado)...

por eso las risas cuando nada más entrar en el piso de Arantxa y Alex me tirase al suelo a jugar con la niña. Supongo que en la cena se me calientó la boca, y el impulso de épater le bourgeois me pierde. En mi defensa sólo puedo decir que la niña no lloró, se reía todo el rato, y ni me vomitó encima de la camisa. Si sólo fueran así todo el rato...
Después de dormir a la niña, de cenar, de ver las fotos del viaje de novios, y de empezar a charlar de temas que me estaban empezando a hacer sentirme un poco de otro planeta, salí pitando porque había quedado con Gerard para tomar una copa. Aunque el...

("jueves" cené con Álvaro, Virgili y Juan Pedro en el resturante Flash Flash. Por lo visto, un centro emblemático de la época de la gauche divine barcelonesa. Y así sigue, decorado exactamente igual, todo de blanco, y con dibujos dechicas a la moda...de los setenta. Que me recordara a La Naranja Mecánica demuestra 1. lo bien que conserva el espíritu de la época, y 2. lo mal que ha pasado el tiempo para esa película de "anticipación". Después de cenar, y con una botella de vino y una jarra de sangría en el cuerpo, fuimos al 13 porque creía que allí pinchaba Gerard esa noche. Cuando llegamos reconocí que a lo mejor me había equivocado, y era verdad que pinchaba en el Sweet. Así que volvimos a saltar a un taxi, y nos lo encontramos allí, animando a un personal bastante escaso, que se perdieron lo bien que pinchó. A riesgo de ponerme pesado... un jueves por la noche eso en Madrid no pasa. Debe ser que en Barcelona estaban todos en casa leyendo el iD Magazine...)

Pues eso, que el viernes noche quedé con él, ni que fuera para una copa rápida. Nos fuimos otra vez al Sweet, que pinchaba Souver. Estuvimos charlando con él de la nueva peli de John Waters, sobre todo de los osos que salen, y yo me meaba de ver a Souver imitándolos. Luego charlamos de la serie Lost, que por lo visto es lo más en la televisión, un poco de Eurovisión, y un rato de música moderna, que queda muy fino . Nos tomamos una variedad nueva de gin tonics aromatizados que nos volvió loco y acabanos Gerard y yo en el Mond un ratito, pero no mucho, que estaba muy cansado, (fíjate cómo estaría de cansado que me dormí viendo las fotos del viaje de novios...), y a casa.

El sábado me vi Ocean´s Twelve en dvd y me encantó, como a casi nadie más. Pero es que yo soy fan de Soderbergh.
Me llamaron Olvido, Mario y Nacho desde una playa de lujo en Acapulco. Mario acababa de hacer eso de montar en un paracaídas atado a una motora. Nacho comentó que pensara en que su vida dependía de los miserables 200 pesos que le había dado al tipo. La noche anterior habían actuado en la fiesta privada de un millonario, y habían experimentado el fenómeno multitudinario de fans. ;Me tuvieron que dejar porque se acercaba el camarero con sus CocoLocos...(suspiro)
Y luego, tras esperar MEDIA HORA para conseguir un taxi ( se conoce que los taxistas debían estar en casa leyendo el Wallpaper) quedé a cenar con Patata y Laon,el chico más sexy a este lado del Ganges. Gerard al final se quedó haciendo una disco nap, porque a pesar de que había dormido poquísimo, se pasó todo el día hiper activo y a la noche le dió el bajón. Me llevaron a un restaurante japonés-brasileño riquísimo, en Gracia. Tiene cosas como sushi, pero mezclado con frutas tropicales, y cosas muy exóticas, todo muy moderno y muy rico. Y los postres eran un escándalo
Después de cenar subimos al piso de Laon a tomar una copa, a admirar la vista total de Barcelona, y a revisar los resultados de Eurovisión, que a estas alturas ya estarás celebrando, querida lectora. Al respecto sólo tengo que decir que con la broma privada esa de las mamarrachas de Móstoles nos hubiera ido igual de bien.
Después de estar leyendo su colección de Holas de los 70 ( que no paraban de hablar de Patricia Hearst - que sale en la peli de John Waters ( nunca te pasa que de pronto ciertas cosas pàsa años sin oírlas, y luego se te sincronizan juntas en un momento?)-) bajamos a ver a Marc, que estaba en un bar un poco perroflauta que había allí cerca. Me daba un cierto regocijo secreto ver juntos a Patata, a la que conozco desde hace como un año y medio en Madrid hablando con Marc, del que soy amigo desde el 94, en Barcelona. Los seis grados...

Acabé la copa y me fui a ver a Gerard, que ese día nos tocaba Razzmatazz. Allí estuvimos toda la noche en el Pop Bar; me presentó a amigos suyos, parroquianos habituales ( según ellos los sábados no hay nada más), bailamos mucho porque pincharon de escándalo ( especialmente celebrada: Bizarre Love Triangle; ya sólo quedan cinco días para verles en el Primavera), y nos partimos un montón de cubatas de la nueva Bombay con especias aromáticas, que nosotros aseguramos que te colocan. Creo que va a ser nuestra nueva bebida favorita, ni que sea por el pedo psicológico. Estuve charlando con un fan del diario muy simpático, que se declaraba muy contento de que me hubiera ido a vivir a Barcelona. Me pareció un comentario muy curioso.
Seguí bailando, y al rato Gerad y yo nos dimos cuenta de que estábamos muertos, y cada uno llevaba un ratito aguantando sin decirlo al otro, asínos fuimos a dormir, que ya tocaba, desde el jueves por los bares.

El domingo ha sido ostracista. Esta mañana han vuelto mis padres de un mes de vacaciones en la playa. Ahora empieza la veradera sensación de volver a tu ciudad, y a casa de tus padres...ayayayay....Después de comer me he ido solo a la playa un rato; luego he visto la nueva de John Waters, que me ha encantado, sobre todo por la de perversiones sexuales que he aprendido, y ahora estoy encerrado en mi habitación de adolescente, escuchando la sesión nueva que ha grabado Gerard, y escribiendo mi diario. Mi vida es superficial y adolescente.

Me despido con una cita del libro sobre Morrissey ( y la cultura pop) que me estoy leyendo. Se llama Saint Morrissey y está fenomenal, menos en las -contadas- ocasiones en las que el autor, Mark Simpson, un incendiario escritor inglés, demasiado inteligente para haber escrito una simple hagiografía, ( Lucas me dijo que fue el que se inventó el término "metrosexual") parece súper encantado de haberse conocido y tener siempre razón, y en las que te da la sensación de que ha escuchado un poco demasiado las canciones, y lleva tres páginas especulando a su aire sobre una rima. Pero aparte de eso, el libro es fantástico.
En los capítulos aparecen entremezcladas citas de entrevistas que le han hecho a Morrissey. La que digo va como sigue:

Has oído la versión de TATU de "How Soon Is Now"?
Sí, es magnífica. Totalmente. Aunque, no sé mucho sobre ellas.
Son las lesbianas rusas adolescentes.
Bueno, no lo somos todas?