domingo, mayo 01, 2005

En Barcelona

1.La tele por dentro
Desde la última vez que actualicé, o sea, hace un porrón de días, estoy viviendo en Barcelona.
Justo el día que llegaba, esa misma tarde, con una hora de diferencia, aterrizaron las Nancys para grabar una actuación en Crónicas Marcianas; así que me encontré con mis padres, nos tomaos un café, les di las maletas, y me quedé a esperarlas.

El plato de Crónicas está en un polígono industrial, que es donde mi vad aaprece estar condenada a transcurrir. Todo alrededor es muy feo, y cuando entras en la nave, todo también es muy feo. El plató tiene su coña, por la mitomanía de haberlo visto tantas veces en la tele, y además no es tan pequeño todo como dicen. Pero los camerinos son muy cutres, y además no tre dejan tomar alcohol, dicen que para que la gente no salga borracha. Ya no sé cómo sería el programa con la gente pedo, si ahora es como es…a lo mejor arrastraban más las palabras, pero gritaban menos. No sé…

Mientras todas la Nancys se arreglaban, nos reímos mucho porque estaban muy nerviosas, y por lo visto las de maquillaje se ponían chungas con ellas; mientras, Nacho me mandaba mensajes para decirnos que Ratzinger era Papa. A mi me encantó la noticia, es lo mejor para acabar de hundir a la iglesia.

El chico de la discográfica se escapó a un bar a traer cervezas de contrabando, y luego nos trajeron unos bocadillos de chopped, y todo ya era un poco mejor.

Luego ensayaron, y se fueron soltando. Yo me senté en las gradas, que todavía estaban vacías; luego se llenarían de gente que daba un poco de miedo, cuando entraban. Todos como muy excitados, y con pancartas.

Después de ensayar, llegó Boris, y estuvo muy amable, saludando, y charlando. Por lo visto, él fue el que movió los hilos para llevar a las Nancys, así que fenomenal. Luego pasaba Carlos Latre con la cara maquillada de Carmen de Mairena, y el resto vestido normal. Se metió en su camerino, y desde la puerta gritaba para que viniera no sé quien. Daba un poco de miedo.

Las Nancys grabaron primero, porque todo el programa iba grabado. Normalmente graban la última parte, y la empalman con la primera, que va en directo. Yo no lo sabía, y ,me chocó. Supongo que es otra de las muchas mentiras que forman la tele. Visto desde bambalinas, queda todo súper falso. Debe ser el equivalente de haber visitado los estudios de la Paramount en los cuarenta. Sólo por ver la maquinaria trasera de la forma de comunicación más importante de nuestra época, ya valió la pena.

Cuando actuaron las Nancys, se ganaron a todo el público, que empezó en frío, y acabaron de pie, dando palmas y agitando las pancartas que no eran para ellas, pero daba igual. La gente del equipo también bailaba, y Boris estaba como loco, en un rincón. Yo estaba agazapado debajo de la grúa esa que giran tanto, para hacer barridos, y espirales. Les salió fenomenal, y en pantalla quedaron muy bien.

Mientras se desmaquillaban y todo eso, me quedé justo detrás de la puerta esa que se abre, por donde salen los invitados. Me encantaba verlos en el pasillo, de carne y hueso, y luego se metían en esa puerta, y desde el pintor que colgaba en la pared, de pronto ya eran mediáticos, y de la realidad sólo te llegaban los sonidos del plató, el resto, ficción televisiva. Todo muy Marshall McLuhan

Al salir nos fuimos a cenar todas al VIPS, nos saltamos al dieta a lo grande, y nos reímos mucho contando burradas de las que no me acuerdo, peor que resonaban por todo el restaurante. En Barcelona sólo hay uno, y aún así estaba bastante vacío. En otra mesa cenaba Imanol Arias.
Cuando acabamos, nos despedimos en la puerta, y ellas se fueron Rambla abajo, al hotel, y yo a casa de mis padres, por la Gran Vía. Les ví alejarse, y me puse un poco triste, porque notaba que ahora sí, yo me quedaba en Barcelona, y parecía que se alejaba un trozo de Madrid, del mío, de mis amigos. Así que estaba un poco melancólico cuando entré en casa y ví a Imanol arias en el programa de Buenafuente. Así que descubrí que el suyo también se graba. En la tele es todo mentira.

2. Fangoria juega en casa
La melancolía me duró poco, porque ese finde me escapé a Madrid, para el concierto de Fangoria. No me lo perdía por nada del mundo, porque allí van todos los amigos, y es como una fiesta de cumpleaños.

A estas alturas ya todo he contado algunos, porque esta gira me la he seguido casi entera, y no me voy a repetir. Sólo diré que fue el que más disfruté, saltando por la sala, y además la ruleta soltó las canciones de una manera que a mí me encantó. Javi, Roberta, Álvaro, Virgili y yo bailamos mucho, todo el rato como bakalas. Me reencontré con Gema, la profa de yoga, que desde que vivo en provincias no la veo, y la echo muchísimo de menos. Y mi espalda, más

Antes del concierto, estuve por los camerinos, y las Nancys, como son tan revoltosas, se pelearon con Fangoria porque Mario, el pobre, quería una explosión de purpurina, y los otros no le dejaron. Yo me moría de risa viendo cómo justificaba que las Nancys eran glam, y le iba mejor la purpurina a ellas, no a unas frías del techno, como Fangoria. Olvido se cardaba el pelo y se reía, y Nacho iba diciendo con la cabeza “sí, sí…” Al final, airadamente, Mario se dio la vuelta, me cogió del brazo preguntándome de qué lado estaba , y nos encerramos en el nancycamerino…al que todas acabaron yendo, porque era el sitio más divertido donde estar. Nacho se quedó tan afectado por la polémica, que se comió una hamburguesa del Burguer King, y luego iba acusando a todo el mundo de que se la habían comido ellos.


Después del concierto, nos quedamos un rato en los camerinos jugando a la botella humana, comentando la noche, y todos intentando ligarnos a Xevi Muntané, el fotógrafo de las Nancys, y de una que se llama Kylie Minogue, y que no está bueno, no, está lo siguiente.
Yo descubrí a los hermanos Martínez, unos amigos de Mario y Olvido, que son lo más. Me pasé toda la noche con ellos, y me los quería quedar, llevármelos a mi casa y adoptarlos, de lo divertidos que eran.

De allí, a Morocco. Nacho, claro, hacía rato que había desaparecido. Roberta se nos unió, y también Fran y Paul Van. Bailes y risas

Y de allí, los incombustibles probamos suerte en la nueva sesión de la Joy que llevan David y Piti. Estuvimos un rato, un poco apretados ( pero a mí, a esas alturas, ya todo me hacía una gracia…) y luego, a casa de chill out. Cuando Mario no me vio ( si no, te agarra y dice que tú no te vas), me escabullí a casa.

Al día siguiente había quedado para ver una expo de carteles de Toulusse-Lautrec y sus coetáneos, y me encantó, a pesar de haber dormido tres horas.
Por la noche tomé el avión de vuelta, y me comentan que los chill outs todavía duraban…

3.La forma de moverse de Rufus Wainwright
Al siguiente concierto que fui, tres días después, de vuelta en Barcelona, fue el de Rufus Wainwright. Nunca le había visto en directo, y me fascinó la manera cómo se mueve. Tiene pluma, muy graciosa, y cuando canta gira mucho las muñecas. También sacude la cabeza, para colocarse el pelo, porque debe ser muy coqueto. Me fijaba y de frente no me gustaba mucho, porque tiene un poco nariz de cerdito, pero de perfil, tocando el piano, era divino.

Por supuesto, el concierto me encantó. La banda era increíble ( y todos eran guapos, ¿por qué será?), y las canciones me pusieron la carne de gallina.

Antes de cantar Gay Messiah celebró la legalización del matrimonio homosexual, y dijo que el nuevo papa, Benedict the…no recordó qué número y atajó…¡the Fucker! le daba pavor.

Cuando iba a cantar Beautiful Child pidió palmas estilo flamenco, porque en Madrid la gente lo hizo, y le encantó cómo quedó. Un amplio sector del público, demostrando su snobismo provinciano, se horrorizó de que les pidieran tocar palmas…como de flamenco…y como en ¡Madrid!, y se negaron. La mayoría no, pero son estas cosas que tiene a veces Barcelona, la moderna…
Me encantaría que alguien que hubiera estado en el de madrid me escribiera un email apar contarme qué tal estuvo; supongo que debe ser nostalgia de no haberlo visto allí.

Al acabar, con 14th street, me inundaron los recuerdos y se me humedecieron un poco los ojos. Suerte que nadie se dio cuenta, porque aparte de mi hermano Víctor, fui con la mitad de mi nuevo equipo de trabajo, en Filmax. Que puedas compartir un concierto de Rufus con tu director de la peli y tu secretaria de producción, da idea del ambiente tan chulo que tiene el equipo artístico.

En los bises se disfrazó de hada, con alitas de mariposa, y el resto de la banda de cosas que implicaban desnudar su torso, para mi regocijo.

En los segundos bises, aparte de arrasar con Oh What a World, consiguió que la última imagen del concierto fueran un par de chicas y un montón de tíos despidiéndose en albornoz. Súperafavor!!!

4.La nueva película
Y entre todo esto, descubriendo mi nuevo trabajo. Hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien. El grupo es genial. Me pasaron el guión, y por primera vez en mi carrera, estoy involucrado en un proyecto desde tan pronto, que podemos permitiros reuniones de análisis sobre la trama, y los personajes. También tengo más responsabilidades que nunca, y me da un poco de susto, pero estoy aprendiendo muchísimo,incluso de presupuestos, y de maniobras políticas de empresa… Porque mis compañeros artistas son geniales, pero el equipo directivo es un poco tremendo.

Estoy devorando un libro de Robert McKee sobre guión, y otro sobre técnicas de actuación para animadores, de Ed Hooks . Me siento como si estuviera empezando otra vez, con muchísimas ganas. Supongo que cuando el trabajo me ahogue, en mitad del jaleo, me quemaré un poco; y voy a echar de menos no animar tanto como antes, por tener que dirigir el trabajo de los demás, pero tengo la sensación de que esta peli va a valer la pena.

Si a eso le añades que voy a desempolvar la bici del garaje, porque aquí sí que se puede usar, que me he apuntado a un gimnasio chulísimo al ladito de casa, que puedo irme a cenar un martes con mi hermano y mi hermana Verónica a un japonés riquísimo que se llama Shibui, y que hoy he estado en la playa con mi amigo David sin tener que esperar a que abran las piscinas…


pues eso, echo de menos algunas cosas y a personas muy especiales de mi Madrid, pero me lo estoy pasando chupi.