martes, mayo 31, 2005

Todo da, todo da lo mismo.

No pasó casi ni una hora. El viernes el avión aterrizaba a las diez de la noche en Barcelona, y a las once y poco entraba con mi hermano Víctor en el recinto del Primavera Sound. Hablé con Álvaro y Virgili, y quedamos en un chorra-chill-out que había montado Lucky Strike, donde Raquel y Huete despachaban en la barra. aquel iba a ser punto de encuentro y de aprovisionamiento gratuito. Bueno, uno de muchos, porque descubrí durante estos dos días que conozco a mogollón de gente en las barras. Ayayayaay....

Nos dio tiempo de una par de cervecitas, y corriendo a New Order. Eran uno de los pocos que no quería perderme, porque nunca les había visto en directo. Y el concierto me encantó. Realmente te das cuenta de que quizás carisma no es lo que más les sobre, pero con esos pedazos de canciones, qué coño de falta les hacía. Al principio tocaron muchas del último disco, y yo súperafavor, porque me encanta. También tocaron Crystal, del anterior, que no me gustó tanto. Bernard Sumner nos gritó FUCK YOU! por no comprar muchos ejemplares en España ( por cierto, me puso muy nostálgico oír hablar en inglés con ese acento norteño de Manchester). Y ya a mitad del concierto, dijeron que para qué andarnos con tonterías, que hacía mucho que no venían, y que nos iban a dar la marchita que nos molaba: los jits de siempre. Acto seguido, empezaron los acordes de Bizarre Love Triangle, y a mi se me saltaban las lágrimas. Luego ya era yo el que saltaba, con todo el público, muy arriba muy arriba, muy arriba. Temptation fue otra de las que te ponían los pelos de punta. Escuchar esas canciones- Love Will Tear Us Apart (“ this is for ALL of you”, dijeron antes de tocarla), Blue Monday ( con bootleg de Can´t get You Out Of My Head incluido)- en directo era vivir la historia de la música, y quien diga que el concierto fue malo es el tipo de persona que ve Las Meninas en vivo y dice que se las imaginaba más grandes.

Después de eso fue de ¿ y ahora qué?, y nos volvimos al chorra-chill-out. Álvaro me dijo que habían organizado un concurso de graffitis y te regalaban un Creative. Medio en broma, hice un dibujo, y va y lo gano. Tal y como me lo pusieron en las manos ( mientras me hacían una foto que espero que acabe en el fondo del mar, porque yo me estaba cachondeando de todo, sin dar crédito), se lo di a Álvaro, que al fin y al cabo fue el que me metió en eso. Una cosa tan fácil de conseguir no puedes valorarla, y además, yo soy de ipod.

El resto de la noche no acabé de ver entero ningún concierto, porque me fui encontrando a gente, y yendo de un lado a otro. Acabé de ver el de Human League, , me encontré un segundo con Fran e Inma, que estaban con Genís y Carlos ( que no habían visto casi nada ese día, tanto estar en el stand de Austrohúngaro), y se iban ya para casa. Luego quedé con Claudio, y me encontré con Rul, Supervago e Iko, y nos fuimos , creo que a Piano Magic. De ahí giré una esquina y me encontré de bruces con Borja B., que estaba con Lenore, al que hacía muchísimo que no veía, y con Araceli, y con... y con... y se nos hizo de día al ritmo de los Optimo Djs, y salíamos todos del recinto con gafas de sol, y tramando planes para el resto del día.

Yo cumplí los míos, dormí apenas cuatro horas mal dormidas, y otra vez allí, pensando que esa noche me caía de cara al suelo. Todo el mundo empezaba la noche más cansado, con caras ma´s serias, y me temí lo peor. Infundado.

Empecé la noche en el stand de Austrohúngaro, charlando con Carlos de los Polysics, y de que habían vendido TODAS las camisetas. Genís y Manolo estaban cenando en el quinto coño, porque los camerinos estaban lejísimos. Me quise comprar la camiseta de STATUS pero no quedaba, y el disco de Feria, pero no queria cargarlo, ya caería,así que de vacío me marché al chorra-chill-out, hasta Dominic A. Sabiendo que Nacho estaba despierto, de concierto en Alcantarilla ( peor mirando hacia las estrellas), le iba mensajeando oportunamente sobre temas de profundo conocimiento musical, como que la gente en Dominic A aplaudía siempre cuando la banda juntaba muchos instrumentos como disonando cada vez más y de pronto los paraban. Él me contestaba que estaban tocando frente a una churrería, tía.

Para despertarme un poco ( a mí Dominic me gusta, pero en mi estado exhausto er aun poco cuesta arriba)me fui con Víctor a The Wedding Present, que no conocía y me gustaron mucho.

De ahí muchos se fueron a Sonic Youth, pero Álvaro y yo nos metimos en la carpa donde Astrud iban a tocar. Pasé a recoger a Gerard, que trabajaba vendiendo merchandising del Primavera, y le compré una chapa de...Polysics. La expectación iba en aumento. Allí también trabajaba Iria, una gran sorpresa, encontrármela, y a Elena.

El concierto de Astrud estuvo fantástico, muy rockero ( creo...). Me encantó el nuevo peinado de Genís, porque le medio tapaba los ojos, y tenía que estar levantando la cara todo el rato, para hablar. Una panda de pesados tiraban un globo enorme al escenario, hasta que Manolo, hasta als pelotas, de dio un patadón, y Genís pidió que no les tiraran logotipos al escenario. Acabaron con una versión chulísima de mi canción favorita actual de su repertorio, Todo Da Lo Mismo, que es muy bonita, y como muy simploncita, pero ontológicamente es trrrrremenda.
Bailando allí me encontré con Lupe( más sorpresas), y estuve con Fran y con Inma, y con un montón de amigos de Salamanca.

De allí nos separamos, y estuve un segundo donde Miqui Puig y luego, sorpresa de las sorpresas, me topé con María y con Iván, del universo de Mario, y que en ese entorno, y en ese momento, me parecían estar saliendo de una dimensión paralela. Me alegró un montón estar con María, y me dio un pelín de nostalgia, que me pasó saltando como un poseso con esos japoneses locos de Polysics. Creo que fueron de lo mejorcito del festival. Mi favorita, la teclista que tocaba con una sola mano, de pronto agitaba los pompones, de pronto tocaba la flauta, y nunca nunca se movía, mientars los demás rompían guitarras, chillaban iiiiihhhhhhhhhhhh, y sacaban al escenario delfines hinchables.

Agotado de saltar, pero sin rastro del cansancio del principio de la noche, seguí haciendo el pin ball con amigos que me encontraba, o que llamaba, como habíamos concertado. Me reencontré con Borja, y Lenore, y no sé muy bien cómo, acabé un rato con Enrique Morente, que es una persona que me impresiona muchísimo. Así que como me estaba paralizando , y no era plan, me fui para los M83, otra de las cosas que no me perdía por nada. No tenía ni idea de cómo podía ser un concierto de esta gente en directo, y me facinaron. Incluso usaban los mismos samples como de peli de miedo que salen en el disco.

Como en cualquier historia bien contada, acabó el cuento con todos los personajes que desfilan por ella reunidos en un clímax final, y ése fue Erlend Oye. Allí quemamos la noche en la mañana, y cuando ya era de día, nos fuimos al backstage, a celebrar el final del festival. Recuerdo (más) barra libre, y recuerdo botellas y botellas de cava, y llamar al móvil a todo el mundo y ponerme al lado del guardia de seguridad, y entrando a más, , y gente llegando en la distancia, levantando los brazos para saludarnos. Borja, Sergi, Lenore, Alvaro, Patri, Iria, Johan, Eloy,y más, y más...

También recuerdo pensar de pronto, sin causa consciente, en una frase que leí hace tiempo en una novela: “mientras bailaba en la pista, los rayos láser le atravesaban el corazón” ( y cito de memoria: creo que nunca más abriré ese libro).

Y luego empezamos a sacudir las botellas de cava sobre todo el mundo, y las risas, y de pronto...CLACK!!!. Me apoyé sobre el pié torcido, y me hice un esguince.

Ahora escribo con el pié vendado, un muleta al lado, y una sonrisa recordando el fin de semana, los amigos, las emociones, las reflexiones, la música, la cara de mi familia, entre escandalizada y muerta de risa al verme llegar cojeando y con un pedal de cava bastante lozano, el rato en el hospital con las compañeras de trabajo de mi hermana y yo todavía en las nubes, en la camilla mientras me vendaban, charlando con todas de Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes.