martes, enero 25, 2005

La semana de mi cumpleaños ( avance)

El martes pasado, hace exactamente una semana, fue mi cumple. Entre las cenas concertadas para celebrarlo, y el trabajo, al final me dí cuenta de que me tocaría actualizar la semana siguiente, porque no tuve ni un rato libre. Así que ahora tendría que contar las cenas, que hubo varias a lo largo de la semana, y los regalos, que muestran lo bien que me conocen mi familia y mis amigos , y los montones de llamadas que recibí, transformando cada una, poco a poco, un día tristón en un día de subidón. Y la fiesta del viernes, que empecé en Madrid y acabé en Barcelona, sin haber dormido y todavía borracho, y la cena del sábado que se trabajó mi madre y que fue de chuparse los dedos... Todo eso debería contarlo en detalle, pero resulta que tengo un gripazo de caballo, que me ha dejado postrado en la cama desde ayer, y sin fuerzas ni ganas de ná.
Hoy, que me encuentro un poco mejor, escribo estas líneas y me pelearé un poco con los obreros. Además tengo que acabar la producción del mes como sea, y entregar la declaración del IVA. Siempre te pones enfermo en el momento más inoportuno.

Por no hablar de la puñetera ola de frío siberiano. Brrrrrrrrrr

domingo, enero 16, 2005

Armas de destrucción masiva

El viernes en los polígonos fue un día de recuperación de iconos del pop universal. Como me queda UN plano de baile que animar, y debe hacer algunos pasos espectaculares de coreografía, decidí darle un toque breaker, y a la vez timberlakeano, que es lo que quieren... así que me descargué un par de vídeos de Michael Jackson, para sacar ideas. Al fin y al cabo, Justin le copia todo. Me bajé Thriller, Smooth Criminal y Bad, y los estuve viendo. Qué total era Jacko. Desde qué alto ha caído. En aquellos años era la persona más cool del planeta, y era contemporáneo hasta la médula. Él era el espíritu de su época.
Recordaba el miedo que me dio Thriller cuando lo estrenaron en la tele, en navidad. Se grabaron en mi retina las imágenes del zombi con la cosa negraen la boca, babeando, y la voz de Vincent Price. Creo que eso, junto con algunos especiales de Martes y 13, y la primera vez que te enseñan que las malas de V son lagartos y se comen una rata son momentos inmortales de mi educación televisiva.

Una gozada de mañana, y doble, si recordaba que encima me estaban pagando.

Por la tarde me trajeron los muebles de la cocina. Los descargó una persona solamente, porque su compañero estaba enfermo. Mientras vigilaba que la furgoneta no entorpeciera excesivamente el tráfico subía los tablones y hasta los electrodomésticos él sólo. Le dí mogollón de propina, al pobre, diciéndole que le pagaran lo que le pagaran era poco. Lo más raro es que era pequeñito, muy poquita cosa, y se metía debajo del frigorífico, ¡y lo levantaba!, como la hormiga atómica.

Por la noche quedé con Javi, Miguel y Bárbara para ver El Aviador. Me moría por verla, y no me defraudó. Me tragué las dos horas 40 con los ojos como platos, disfrutando de la manera maravillosa que tiene Scorsese de rodar ( por cierto, él hizo el vídeo de Bad!), el ritmo, la historia y los actores. A mí DiCaprio me parece muy buen actor, lo que pasa es que además le gusta a muchas adolescentes, y eso como que no es serio. Además, qué pasa, a mí Titanic me encanta!! Lo mejor de la peli es Cate Blanchett haciendo de Katherine Hepburn. Es de no dar crédito: los gestos, la voz, la actitud... Aparte, si eres un poco mitómano, te pone la piel de gallina ver una peli donde sale todo el Hollywood clásico.

A la salida nos fuimos a tomar algo con Dan, Mariano y Amaya, que estaban con muchos amigos suyos americanos, y hablamos de la peli, de DiCaprio-que a todos les caía fatal-, y de lo chulo que es A Queer Eye For The Straight Guy y lo pésimo que es El Equipo G. Yo no quería salir, pero la conversación fue tan animada, y me lo estaba pasando tan bien,y todos insistieron tanto ( yo no quería,lo juro) que nos liamos la manta a la cabeza y acabamos en un taxi
( conversación sobre las drogas con la taxista:

-Tú crees que si me tomara una raya me ayudaría?
-No, porque te desinhibirías, y con la de gente que se te sube al taxi, acabarías haciendo cualquier locura.
-Y los porros qué te hacen?
-Pues darte sueño, y trabajando de noche, ya me dirás
-La gente está loca. Es que se drogan mucho. Mírales ( mirando por la ventanilla).La gente se droga mucho. Esos dos son novios y se están peleando...
...y si me tomo una raya se me pasarían los dolores de cabeza?
-Deje, mujer, que las drogas son muy malas. No se meta nada, que es mejor.
-Muchas gracias. Tenía mucha curiosidad. Son 4 euros

representa, querida lectora, este pequeño extracto poniendo la cara de una de las hermanas Izquierdo de Puerto Hurraco a la taxista, y el surrealismo está servido)
camino del Rubble, donde Roberta trabaja de relaciones públicas.

Dentro estuvimos bailando rollo jaus..tecnojaus... con gente muy moderna de la noche. Nos encontramos con más gente, supongo que porque en el Ocho y Medio no se podría ya ni entrar. Vino Jens con unos amigos, y estaba Eli, y Oscar, que me hizo en vivo una crítica literaria de mi diario, y me lo destrozó. A mí me encantó, sobre todo porque me tachó de frío, que es algo que no me considero en absoluto, y gustaría mucho serlo. O parecerlo, por lo menos.


El sábado quedé a comer con JoseC (antes de que lo encierren en un hangar del aeropuerto John Wayne a probar videojuegos), Jaime y Silja en El Buen Gusto. Orlando vino a los cafés, y a la larguísima sobremesa que siguió. Hablamos de las pelis que habíamos visto, criticamos mogollón el mundo del periodismo, criticamos mogollón el mundo de la publicidad y a las mamarrachas de las directoras creativas de las agencias que usan todo el rato al palabra orgánico para referirse a cualquier cosa que no saben ni ellas, para que luego te manden el trabajo a la mierda por no haber hecho exactamente lo que te estaban pidiendo. Vamos, que con tanto soltar bilis nos lo pasamos fenomenal.

Además, inauguré mi semana de celebraciones de mi cumpleaños, y les invité a comer. Es lo que voy a ir haciendo con gente durante estos días, hasta el finde que viene, que me iré a Barcelona.

La tarde-noche la pasé en casa. Sólo salí a alquilar el último dvd de la 4ª temporada de Sex and the city. Me puse el pijama a las ocho, cerré todas las cerraduras de mi puerta para no volver a abrirlas en mucho rato, como haces a última hora de la noche cuando ya te vas a dormir, y puse la colada, planché, cociné, y lloré viendo a Aidan salir de casa de Carrie con todas sus maletas, y a Carrie viviendo otra vez sola en una casa en obras, y Big mudándose a otra ciudad, y dejando cartas de despedida para ser leídas a solas, y me reí a la vez con Miranda a punto de parir y tirándose pedos todo el rato. Yo es que soy muy primario, y me río mogollón con estas cosas. Debía tener la noche rara, porque acabé riendo y llorando a la vez, acurrucado en el sofá, con Pancho enroscado a mi cuello.

Hoy he seguido solo todo el día. Me apetece. Además tengo bastante trabajo, así que me cunde más. He limpiado, he comprado el periódico, y he visto que te viene la Constitución Europea, así que chachi, ya me la puedo leer antes de votar.

También he descargado música, que es algo que todo el mundo hacía, menos yo, y como ya tengo el LSD, puedo hacer. Así que ahora también hablaré mogollón de música, pero como de hace dos años, que todos ya conocían, y les encantaba, y llegaré yo y diré “el último de Outkast es lo más”, y todos pondrán los ojos en blanco. Ahora que lo pienso, ya es lo que me pasaba antes.

Lo malo es que, alegremente, silbando, te bajas algo, lo metes en el ipod, te lo llevas a devolver la peli al dvdclub, y sin previo aviso, en plena Plaza Mayor, escuchas I Eat Dinner, de Rufus Wainwright con Dido, y te deja echo polvo y con ganas de esconderte, porque te parece que está sonando en unos altavoces, y toda la plaza reconoce que están hablando de ti, naturalmente.
Ya sé yo dónde están las armas de destrucción masiva. En estanterías de dvdclubs, o escondidas en el soulseek.


jueves, enero 13, 2005

El premio para Ocho y Medio, y las fotos de Tillmans

El lunes fue un día terrible de depresión post vacacional. La semana anterior ya había trabajado, pero esta vez no hay un día libre entre medias, para aligerar.

Así que me pasé todo el día esperando que llegara la tarde, para ir a yoga, y luego a una fiesta. Había quedado con Pastora y Javi para ir a la entrega del premio González-Sinde a la librería Ocho y Medio, una de mis favoritas de Madrid. Quedamos en el Círculo de Bellas Artes, y nada más entrar ya nos empezaron a agasajar con copas de campari. Javi se encontraba a muchísima gente, lo que nos hacía avanzar muy lentamente. Yo me encontré con Pablo; Nacho no vino porque como sigue con el esguince, pues dice que pasa de cojear delante de todo el mundo. También estaban Félix y Dunia; era la primera vez que los veía en el 2005, y estuvimos comentando las fiestas, y los efectos de una estancia prolongada con la familia; charlamos brevemente sobre proyectos profesionales, pero lo dejamos, porque tanta inestabilidad, en esta profesión, hace que te agobies enseguida por si no salen.

Haciendo sala, nos encontramos con la comida: unos gigantescos quesos parmesanos vaciados y desmigajados, y unos cachos gigantes de mortadela que tú mismo te ponías a cortar, al estilo self service calabrés.

Estando con la boca llena, llegaron Gorka y David. Lo primero fue la pregunta de rigor: vuestra dieta sanguínea os deja comer parmesano? Es que hacen esa dieta del análisis de sangre que te dice qué alimentos te engordan, y siempre intento pillarles con preguntas raras; y debe ser completísima, porque siempre tiene respuestas para todas las cosas que les pregunto. Otra cosa es que lo sigas, porque debe ser un coñazo, siempre con la listita. El caso es que no probaron bocado, y nos fuimos a beber copazos.

Me encontré con Vampirella, que siempre tiene una anécdota a punto. hablando de mis obras en casa, me contó que ella hizo reformas en la suya, y mientras tanto se fue a vivir a otr sitio; como pasaba tan poco por casa, un dia llegó y descubrió que los albañiles pasaron de hacer nada, que se iban a otras obras a trabajar, y usaban su casa para dormir. Lo que no le pase a ella...

También estaba Ajo, que empezó a hacer transgresiones justo al lado de Sonsoles, la segunda dama. Como es, la micropoetisa.

La noche estuvo entretenida, pero tampoco fue un desmadre, que digamos...Hasta el final, que me junté con Pepón, Félix y Dunia, y empezamos a cotillear, a decir burradas, y a reírnos mogollón. Javi y Pastora se marcharon, y yo me quedé un rato más, que me lo estaba pasando muy bien.

Unas cuantas copas , unos grisines y alguna loncha de mortadela más tarde, me retiré en un taxi con Dunia y Félix, ...a pesar de que Pepón aseguraba que ahora venían todos los del estreno de El Aviador, y Scorsese y Leonardo iban a entrar por la puerta. Comentamos que estas fiestas como europeas son totales, porque empiezan muy temprano, y cuando acabas todavía te puedes acostar prontito, o quedarte viendo Crónicas.

El martes pensaba irme pronto de los polígonos, pero con el agobio de trabajo que me espera, prefiero no pasarme la última semana del mes sin dormir, y echar algunas horas durante el mes, y llevarlo mejor. Así que llegué a casa con el tiempo justo de ducharme y volver a salir por la puerta.
Había quedado con Olvido, Marta y Mario, para ir a la inauguración de la expo de Wolfgang Tillmans. Cuando llegamos, estaban por allí JoseC con Jorge, Tolo y Chema. También estaban Rafa y Agustín, del MUSAC, y al poco apareció Carlos Díez, que venía de la inauguración de la expo de Jon Mikel, en otra galería. Es que ese día había tres inauguraciones!! Agustín nos dijo que el frío que está haciendo en Madrid no es nada comparado con los 15 bajo cero que hacen en León.

Nos dimos una vuelta para ver las fotos. A mi Tillmans me gusta más cuando hace guarrerías, que tienen como mucha fuerza, que cuando le da por hacer fotos de flores, árboles frutales o aviones en el cielo. Había alguna muy chula de personas, alguna un poco parecida a la portada que hizo para el Disco 3 de los Pet Shop Boys, y una de John Waters, muy graciosa, sentado en un sofá, que acabará en el rincón dedicado que le están montado Olvido y Mario en su casa.

Ninguna foto tenía marco, y estaban colgadas con clips, por expreso deseo del artista. Por cierto, el artista andaba por allí, y es un señor enorme, muy alto. No sé por qué, yo me lo imaginaba muy bajito y esmirriado.

Luego llegaron Martín Sastre, y la divina Topacio, y estuvimos picotendo canapés, y esquivando a los visones para conseguir copas de vino.
Al cabo de un rato, Marta. Olvido, Mario y yo nos fuimos a cenar. Cenar con ellos es muy fácil porque todos compartimos el mismo dietista, así que no tienes tentaciones de engañar, porque los demás te insultan, y si caes en algo, es poque todos lo hacemos, y las culpas compartidas ni son culpas ni ná. Fíjate, querida lectora, si es fácil, que con los cafés nos regalaron unos profiteroles, y se quedaron allí mientras charlábamos; eso sí, yo los estuve mirando fijamente todo el rato... Durante la cena hablamos de fotógrafos, del que va a hacer las fotos de las Nancys Rubias, de la industria musical...y de alguna sorpresa que preparan para dentro de unos meses. Me muero porque llegue ya, de lo que nos vamos a reír.
Olvido nos sorprendió con sus conocimientos sobre antropología, hablándonos de los hábitos culinarios de algunas tribus de las selvas de por ahí. También retomamos una antigua discusión: Olvido y un servidor somos darwinistas, y Mario es creacionista, especialmente desde que se comprobó que una mandíbula hallada en un yacimiento, era de burro, lo que le llena de argumentos para cachondearse de nosotros, y decir que de la mona vendremos nosotros, que él elige la costilla. La verdad, puestos a escoger paradigmas, mejor eliges el que te haga más feliz, ¿no?

Después de la cena subí un rato a su casa, para ver el vídeo de la actuación en Bergara, para el halloween travesti. Vimos No Sé Qué Me Das, porque salimos todos a bailar, y aquello fue un desmadre, quedaba como de todo quisqui paseándose por el escenario, bailando, charlando, haciendo fotos, Olvido no sé cómo no se perdió, y Nacho, vestido de Arakis, mirando al suelo para no sufrir un ataque de risa. Cuando al final la pobre Marta se cae al suelo, y yo intentando levantarla, y la siguiente canción empezando, en casa literalmente nos revolcábamos de risa. Era todo como una mezcla de un videoclip de Fangoria y Vídeos de Primera. Luego vimos el clip del nuevo single, Entre Mil Dudas. Es uno de mis favoritos, porque es súper travesti, pero además tiene un toque como de El resplandor, porque pasa en una habitación del Ritz, donde están Topacio y Malibú, y luego llegan todos y se travisten, y hay imágenes con gran angular y luces indirectas en la habitación apagándose y encendiéndose, y humo por el suelo, y da hasta un poco de miedo. Nacho vuelve a hacer el número de Arakis, y está total. Chris es una mezcla de Catwoman y Eartha Kitt.

Luego estuvimos viendo un rato Crónicas Marcianas, opinando sobre el look de Boris de Alejandro Magno. Y todos súper a favor de Natacha, que puso en su sitio a la deslenguada de la Fominaya, con mucho desparpajo y puterío. Mientras lo veíamos, Olvido se tiró en la moqueta a trabajar, y preparar el día siguiente, haciendo sus listas de tareas; Mario y ella nos presentaron sus diferentes visiones de cómo se hace una maleta.

Era tardísimo( en Antena 3 Carrie ya estaba en la cama de Big ) cuando salté a un taxi, y me metí en la cama.

Y hoy ha sido un día frenético en los polígonos, porque salía pronto para ir a yoga, y tenía dos escenas a la vez en al mesa que debía entregar. Lo he conseguido- a costa de no parar a comer- y corriendo a coger el tren paar la civilización.
La clase de yoga ha sido histérica, por culpa de Nacho, que estaba muy revoltosa. Como se torció el tobillo, ha pasado unos días de reposo forzado en casa, y no podía venir. Hoy ha sido su primer día del año en clase. También ha venido Alicia, que últimamente tiene mucho trabajo en su tienda de zapatos ( Lo Stivale, la más chula de Madrid), y se prodiga poco. Hemos hablado de muchísimas cosas- la isla de los famosos, gran hermano VIP, la imagen que nos dan de de países sudamericanos y cómo nos ven desde allí, la pinta de viejo que está cogiendo Morrissey ...-( siempre entre ejercicios, claro), hemos hecho alguna postura horrorosa, como la V o la de Guantánamo -que así llamamos a ”el niño”- y hasta nos ha dado hasta un ataque de risa antes de los ejercicios de respiración. El pobre Ricardo, que es un santo, intentando concentrarse, y los demás llorando. Mis clases de yoga son lo mejor de la semana, precisamente porque me dejan nuevo físicamente y anímicamente.

Y aterrorizado he ido al dietista. Cuando me he pesado, y he visto que había perdido 1 kilo 300, he respirado por primera vez en todo el día. Después de las fiestas, y de tres visitas consecutivas con subidas de peso, éste era el punto de inflexión. Si además leíste la entrada anterior, tendrás que estar de acuerdo conmigo en que soy un campeón, vamos.
Así que con la satisfacción que da haberte librado por los pelos tras haberte comido lo más grande en algunas cenas, me voy a la cama a leer un rato. Mañana me traen la cocina nueva...por fin mi casa empieza a cambiar de cara.

lunes, enero 10, 2005

Por favor, que se acabe la temporada de cenas

Pues eso, que parece que no acabamos de quedar a cenar, con esto de las vacaciones, los reyes, y demás ocasiones. Como cada año, mi amigo David ha pasado el final de las fiestas en Madrid, con Pastora, y como cada año quedamos para cenar el día 5 por la noche. Pensando en una conversación amena, y en un ajuste infalible de personalidades, invité a Javi a que viniera. Elegimos el restaurante El Viejo León, un francés de nivelón.

Cenamos todo a base de foie, crepes de espinacas, ensaladas de queso de cabra... de segundos, Pastora y Javi pidieron tartars de añojo y de pato, y David y yo entrecots de foie, una bomba de colesterol, directa de la boca a la arteria...pero qué muerte más dulce. Nos costó una pasta, pero mereció mucho la pena. El local es pequeñísimo, como si hubieran acondicionado el salón de la casa de alguien con unas cuantas mesas. estaba decorado como un burdel de los que le gustaban a Proust.

Lo más gracioso es que era tan pequeñito, y nosotros gritamos tanto hablando, que en cuanto empezamos a hablar el resto de la clientela, consistente en su mayoría de ancianos con estolas y ancianas con pajarita ( o al revés?) se calló para escuchar mejor. Hablamos de sexo, de series de televisión que hablan de sexo, de cotilleos, de sexo, de libros, de relaciones de amor, de relaciones de sexo... y muchísimo de cine. Además, bebimos un vino delicioso, así que la cena salió redonda.

Después de los postres, David, Pastora y yo nos intercambiamos regalos: ella me regaló una antología de flamenco cantada por Carmen Linares, David la biografía de Jaime Gil de Biedma ( que es un poeta que me encanta, y eso que no soporto la poesía; pero éste es impresioannte, y habla de sentimientos que he experimentado muchas veces; es incomprensible que haya sido el tío de Esperanza Aguirre) Yo le regalé a Pastora las obras completas de Dorothy Parker, que caben en un libro; a David ”La educación de Henry Adams”, de Henry Adams, porque ahora anda muy metido en la política americana, y a Javi uno de Alan Hollinghurst, La estrella de la Guarda.
Salimos del restaurante achispados, ahítos y con coloretes. Acabamos la noche muy divertidos, tomando una copa en el Oui, donde pinchaban musicón Ruth y Gerard.


El jueves, día de Reyes, me dediqué a perezear casi todo el día; por la tarde trabajé un poco, en casa, y luego me marché a ver Alejandro Magno, que no me entusiasmó, pero me gustó más de lo que esperaba. Lo mejor, Angelina Jolie en el papel de madre maś joven que el hijo; lo peor, Colin Farrell. Vale que en las batallas luce mucho, pero digo yo que Alejandro, para conquistar medio mundo, debería transmitir un aire de inteligencia; y ése cacho carne parecía un portero de discoteca con peluca. Al salir, pasamos un rato por el Oui ( again), que pinchaba Roberta. Acabamos todos los amigos bailando en la cabina, con ella poniendo las canciones que queríamos.


El viernes empecé el día con muy pocas ganas de trabajar, y lo acabé con muchas, porque nos han encargado una pequeña sección animada para una película de imagen real, de las de miedo de Fantastic Factory. Es aquélla donde sale Calixta Flockhart, que mientras la rodaban, en Barcelona, ella y Harrison Ford se peleaban en pleno Paseo de Gracia.
El caso es que tenemos que hacerlo a la vez que la plei, durante este mes, y es muy divertido cambiar por unos días los personajes de la peli en la que estoy trabajando, después de casi un año con ellos, y hacer un tipo de animación diferente, más contenida y un poco más realista.
De la peli no tengo ni idea, porque sólo nos han mandado el trozo donde está incluída la animación; pero la fotografía es muy bonita, tiene buena factura.

Al salir quedé con Javi y con Gerard, y me fui un rato de rebajas; vamos, en realidad salí directo al outlet de Gallery, en la calle Piamonte, al lado de mi clase de yoga, y me agencié un jersey y unos zapatos, a un precio como 375% menos de lo que valían; es lo que tiene las rebajas de las supermarcas, que son tremendas, y unos zapatos de Prada te salen como de Camper. Después me pasé por un starbucks, que estoy enganchado al tirito de expresso que te meten ( desde que visité Sicilia, soy un yonki de la cafeína), y a casa.

Por la noche había quedado con Ulía para ir al cine, pero nos dio pereza, al final, y después de un beauty sleep en el sofá, que me quedó un poco largo, salí para el ocho y medio un rato. Allí estaba todo el mundo que tiene un fotolog en Madrid, menos JoseC, claro.
Sin quererlo, me he dado cuente de que estoy súperafavor de salir después de un buen sueño, como echarte a las once, te levantas a la 1.30, te duchas y sales, fresquito. Tú con la cara tersa y sonrosada, y todo quisqui degollado a tu alrededor. Estaba como muy relajado, todo el rato de charleta con la gente, con la copa en la mano sin apenas probarla; y cuando me cansé, a casita, a seguir durmiendo.


El sábado continué las rebajas. Me metí en H&M y Zara Home, para compensar el marquismo del día anterior, y salí con bolsas como balones de playa de Nivea. Vi algunos de esos calzoncillos que se está comprando toda la comunidad gay de la ciudad. Seguro que ahora, cuando se enrollen, se van a quitar la ropa y van a llevar los mismos calzoncillos; y cuando se vistan, se va a ir cada uno a su casa con los del otro; lo que no deja de ser romántico.
Como con las bolsas no entraba por la puerta del metro, tomé un taxi. Yo iba sentado en el techo, y le gritaba desde allí al dirección al taxista, que conducía con la cabina llena de compras.

Por la tarde quedé con David, Pastora y Jaime, Mayte y Aser y nos fuimos al Molar, a ver la casa de Ana y Carlos. Todavía no está amueblada, pero tiene un patio que promete barbacoas de lujo en verano. Nos juntamos bebiendo vino ( porque muebles no tendrán, pero vasos y vino sí), y charlamos de pisos, precios, muebles y decoración. Una conversación de las que hace unos años juré que nunca tendría. También hablamos de la termomix; me explicaron los milagros que hace, y que las de verdad -es decir, no las de teletienda- funcionan, y son un escándalo. Valen como 800 euros, pero yo quiero una!!!

Después nos fuimos a cenar a unos restaurantes que hay en cuevas, allí, en la montaña. Estábamos muertos de hambre, y devoramos enseguida todo lo que nos trajeron: chorizos, morcillas, ensaladas, y unos chuletones que tuvieron que servir entre cuatro, de lo que pesaban. Cuánto sacrificio, con tanta cena y tanta risa...

Después de cenar, bajamos a San Sebastián de los Reyes, a un café mega-hippy- new age, todo lleno de colores y consignas de amor e imaginación. Los dueños tenían pinta de ser súper buenas personas.
Ana estaba muy graciosa diciendo que iba a salir en el diario de V., porque lo ha descubierto hace poco, y lo lee. Y yo le decía que vaya tontería, que me conoce desde hace montones de años, y lo que hacemos desde siempre ahora la hace gracia verlo escrito. Qué cosa, el internet.
Cuando llegué a Madrid, a pesar de los mensajes que me tentaban a pasarme por el coppelia, decidí meterme en la cama, porque hacía mucho frío, y yo, con la barriga llena y todo el día a cuestas, me moría de sueño.


Y nada, el domingo a ver a mi prima a Manzanares, que me he pasado el finde fuera de la ciudad, casi. Mientras esperaba el bus he estado charlando como una hora con Nacho. Hemos comentado un artículo que venía en el País Semanal sobre los musicales; claro, hemos hablado del engendro que unos planean montar con sus canciones sin que ellos tengan nada que ver. Debe ser súperinteresante ver un musical sobre alguien que quiere ser un bote de colón, tiene un novio que es zombi, y le encierran sus electrodomésticos en casa. Menos mal que no le importa nada lo que le digan...

Como hacía mucho que no nos veíamos, mi prima y su familia lo ha celebrado con una mega paella, como colofón de las fiestas de la grasa. Al menos, fuera de estas ocasiones, mantengo al dieta a rajatabla, porque si no el jueves mi dietista me sienta en el potro y me hace la pasión de cristo.


El final del domingo ha sido agradable, volviendo en el autobús, con el cielo naranja del crepúculo, viendo el pantano liso como una tabla, con los pájaros posados en la superfície, la música de Rufus Wainwright en el ipod y el skyline de Madrid, tan anodino como el de Londres, y la ciudad debajo, tan intensa; la de cosas que nos pasan allí, los jaleos que tenemos, las vidas que llevamos, las personas de las que nos enamoramos, las equivocaciones que cometemos, las dudas, las ambiciones, los miedos y las risas... en unos cuantos kilómetros cuadrados, plantados en medio de una llanura brumosa al atardecer, con torres, lucecitas y dos edificios inclinados que parecen a punto de caerse.