martes, junio 21, 2005

Qué dificil es ser moderno...

Este fin de semana hemos sufrido el sónar en Barcelona. En principio mola, el festival es interesante, vienen amigos de Madrid, y vas a ver grupos interesantes. El problema es que la ciudad se llena de modernikis, especialmente guiris, y es imposible conseguir un taxi, y es imposible sacar dinero de los cajeros, y todos los locales están a reventar.

El viernes por la noche fui a la fiesta Sonajero que organizaba Austrohúngaro, y a las que nunca había podido ir. Bueno, por decirlo todo, antes fui al cine con gente del estudio, a ver Batman Begins, que me gustó mucho. Es una de las pocas pelis de superhéroes que consiguen que un señor con mallas luchando contra el mal no parezca un chorra, que es lo que me pasa a mí con los superhéroes en esta época post 11-S.

Después del cine quedé con Gerard, Álvaro y Virgili y unas amigas suyas para pasarnos por el Fellini. porque pinchaba Guillermo. También estaba Mireia, y Pedro, que me comentó cosas del disco que ha hecho, y me comprometí a no perderme su presentación en la fiesta del razzmatazz del jueves 30, sea en la sala que sea.
Después de estar un rato allí bailando, después de pasar media hora esperando un taxi, llegamos al Pop Bar. A esas horas ya estaban todos los números de la rifa vendidos, y por eso no pude conseguir alguna de las prendas de la nueva línea de ropa y accesorios de Chico y Chica, Posibiliti, así que creo que me voy a llevar algún cinturón, o una cuerda de esas para colgar el móvil, y cuando los vea que me la customizen, o algo. Tampoco me atreví a cantar alguna de las canciones de Austrohúngaro que el público escogía, y luego interpretaba( o perpetraba) sin ningún pudor ni consideración por la cara del pobre Genís, que las acompañaba a los teclados. Por lo demás, conocí la famosa bici pleglable de Manolo, que és una chulada que no pesa casi nada y cabe en cualquier stio, y me lo pasé de miedo, bailé mucho con Carlos Ballesteros, que nunca le había visto pinchar, y me encantó que pusiera cosas de Patrick Wolf, y de Black Box Recorder, y acabara con There Is A Light That Never Goes Out. Tampoco me lo pierdo el jueves 30, sea en la sala que sea.

El sábado por la tarde quedé con Pastora para ir a la contramanifestación contra esas dulces familias y simpáticos curitas, que ejercían su saludable derecho de intentar privar de los suyos al prójimo, básicamente por sus sacrosantos criterios. Pastora y yo aprovechamos para ponernos al día, porque desde su ruptura sentimental con uno de mis mejores amigos no nos habíamos visto. Así que nos tomamos un café, y luego nos unimos a la contramani, y todo el rato charlando del inexplicable mundo de la pareja. A lo mejor resulta que los de la Conferencia Episcopal hasta nos están haciendo un favor...
Mientras, Nacho,que había decidido bajar al corner de Dior en el Corte Inglés de Castellana, me iba trasmitiendo al evolución del carnaval de Carliños Braun, y de la pinta de esposas de Stepford que tenían las dulces abuelitas es el autobús, camino de la mani cargaditas de escapularios, las pobres.

Cuando acabamos, quedé con Gerard, que me había conseguido una invitación para el Sónar de día. Me recogió en la puerta, nos dimos una vuelta por el recinto atestado y con un calor insoportable, y nos sentamos un rato en el stand de Vanidad, donde trabajaba, a charlar, disfrutar del aire acondicionado, y cotillear con Mireia que estaba en el stand de Primera Línea y con Virgili, que despachaba Puntos Haches al ladito.
Me subí a la feria discográfica, y por allí pinchaba un señor una música tan buena, que la gente acabó descalza, y aplaudiendo con las hawaianas al ritmo del bombo. La imagen de cientos de zapatillas golpeando al unísono en el aire era preciosa. También me encontré con Gema de Subterfuge, que se quiso hacer una foto con Richie Hawtin porque llevaban el mismo flequillo, y quedaba muy gracioso.
Al final de la jornada Gerad, Virgili y yo vimos un rato el concierto de Mockie. Todavía estoy decidiendo si me gustó o me apreció una mamarrachada.

Saliendo, me topé con Víctor y Araceli, que me la encuentro siempre de casualidad en todos los festivales, y si no, revisa las entradas del Primavera Sound, o del pasado FIB . Quedamos para la noche, que era en un par de horas.
En casa me tumbé ese rato, pensando que ya estaba bien, que no paraba nunca en casa y que después de este finde paro, y me lo tomo con calma....vamos, lo mismo que pensé hace un par de semanas, después del Primavera...y volando al Sónar de noche.
Nada más entrar fuimos a ver a Dj Yoda, que es tremendo. Mezcla mogollón de tipos de música, desde hip hop a hits adolescentes de los ochenta, pasando por bandas sonoras, o diálogos de películas que proyecta mientras hace scratchings y montajes con ellas. Así que es mitad pinchadiscos, mitad videodj, todo diversión. Araceli estaba con al boca abierta, y decía que cuando volviera a casa se ponía a practicarlo. Era tan bueno que acababa de empezar la noche y ya estábamos bailando.
Después de eso me escapé a ver a LCD Soundsystem, con Gerard. Estábamos tan cerca de los altavoces, y el sonido era tan potente, que se nos movía el pelo, y la ropa, y hasta la piel te ondulaba. No me extraña que hubiera gente que se pusiera tapones. Después de un rato nos aburrimos un poco del directo, y nos fuimos de ver a De La Soul, con Víctor y Araceli, y que fue lo más; qué pena que no lo vi desde el principio. Pero es que hasta esa noche yo creía que no me gustaba el hip hop, y resulta que fue lo que bailé casi toda la noche, y me encantó.
Después flipamos con Cut Chemist, que acabó su sesión montando unas canciones súper bailables en el momento, con retazos de una conversación que mantuvo con el público, rollo Juan Tamariz, de lo impresionados que nos dejó.

Para entonces ya nos habíamos encontrado con Sergi y Borja, que hacía meses que no le vía, y me lo encontré en el Primavera primero, y luego allí, precisamente el día de su cumple.
Ya estábamos nerviosos contando los minutos que quedaban para ver a M.I.A., y para distraerme fui un rato a bailar con Miss Kittin, porque Sólo Los Solo no me gustan nada, porque el rap en castellano no me lo creo, y todos los raperos unos malotes de palo, haciéndose los macarras por pura convención del género.

Volví justo para acabar en primera fila, esperando a M.I.A. Cuando salió, parecía una estrella del pop ya consolidada: multitud de fotógrafos corriendo por el foso, gente de la organización nerviosa hablando todo el rato por teléfono, la gente rugiendo, y ella, toda chula paseando por el escenario. Y qué espectáculo montó. Para mi, lo mejor del festival. Bailamos mogollón, se subía a los altavoces, miraba a Araceli todo el rato, jaleaba a la gente pidiendo que hiciéramos ruido... no sé por dónde cogerlo, pero cuando una niña de Sri Lanka consigue que miles de personas de muchas nacionalidades, desde el Congo hasta Colombo se pongan a bailar juntos mientras desgrana letras incendiarias sobre la explotación de la mano de obra barata, la revolución de los empobrecidos en, amenaza con sus bombas y sus beats, y pide que le traigan un abogado, y al mismo tiempo un montón de líderes políticos en Bruselas no consiguen ponerse de acuerdo, no sé ( repito), pero ¿qué está pasando? Claro que, quizás no éramos más que una panda de gente bailando.
Que fue lo que continuamos haciendo con Dj Diplo. Yo nunca había bailado tanta música que normalmente no acostumbro a escuchar, como hip hop, o reggae, y me lo pasé en grande. Además, con el pie en recuperación pues era muy conveniente no volverte tecno, y simplemente ir bajando y subiendo los brazos mientras te mecías. Bueno, un rato me escapé a ver a Richie Hawtin, y a impresionarme con la potencia de Ellen Allien, tan seria y lánguida ella en los platos, y tan trrremenda la sesión.
Cuando volví a Diplo, el omento bizarro de la noche: mezclado con bases hip hoperas, mientras M.I.A. bailaba entre la gente y se hacía fotos con Araceli, de pronto va y pinchan regetón, pero del puro y duro: "le gusta la gasoliiiina, le compro la gasoliiina" y "perrea perrea!!!", y luego, para más inri, a Lorna y su papi papi, papichulo.
Claro, a estas alturas uno ya no sabe si te tiene que gustar el regetón, si ahora resulta que Lorna era una visionaria, si Cadena Dial es más moderna que Radio 3, si vas a la Feria de Abril de Badalona y el Sónar es una ñoñez.