miércoles, abril 20, 2005

De Valencia a Marte

Bueno, pues resulta que cuando me dije que me tomaba dos semanas de vacaciones, antes de empezar la próxima peli, pues también me las he tomado de este diario. ¿Va a resultar que esto también es un trabajo?

De momento, para no contar demasiadas cosas, y porque me da mucha pereza, el concierto de Barcelona te lo lees del diario de Nacho, anda.

La semana siguiente a ese finde estuve en Madrid, poniéndome enfermo de un resfriado tremendo, y haciendo muchísimo papeleo, de hacer cola todo los días, y analizar el comportamiento de los burócratas de cerca. Son de no dar crédito.

También fui al concierto de chico y chica, y luego, en la noche de marcha que le siguió, me robaron mi súper móvil nuevo, tirándome de él mientras hablaba. Así que paso de los móviles cantones, y vuelvo al mío de toda la vida, y una y no más, Santo Tomás.

Así, hasta el sábado, que quedé con Javi como a las 8 de la mañana, para tomar el tren a Valencia. Yo no recordaba Madrid un sábado a esa hora, que íbamos los dos como Patsy y Edina volviendo de marcha, con las gafas de sol para que no se vieran los ojos hinchados, y andando a bandazos, del sueño que teníamos. Y eso que el día anterior ni salí, que sólo fui al cine, a ver la peli nueva de Sydney Pollack.

En el tren dormimos, lo que nos dejó una desgraciada que iba sentada detrás nuestro, que no paró de hablar todo el camino. Por no callar, hasta iba cantando los movimientos del ajedrez, que por lo visto le dio por ponerse a jugar. Como siempre pasa con este tipo de personas, también tenía el móvil con el tono más cargante posible, a todo volumen, y cuando le llamaban ( mucho) contestaba a todo volumen, como si estuviera sola en el salón de su casa. Por lo visto a una amiga suya el ex marido le había secuestrado a su hija, y la retenía en casa de su madre ( la suegra).

Cuando llegamos, quisimos pedir un plano en la oficina de turismo, pero el encargado de atención al viajero nos dijo que la oficina de turismo cierra los fines de semana. Fui un poco maleducado, pero no pude evitar que me estallara una carcajada en su cara. Ahora entiendo el humor de Berlanga. Valencia es muuuuy fuerte.

Preguntando a la gente, y cogiendo un taxi, llegamos al hotel. Javi iba diciendo todo el rato que ya sabía dónde estábamos ( él estuvo rodando allí La Mala Educación), y cada vez que le decía al taxista “ esto es tal”, él contestaba “no”. Cuando paramos frente a la puerta del hotel, al ladito del IVAM, dijo “ ahora sí que sé dónde estamos”. Javi también es muy fuerte.

Mientras llegaban las Nancys, y se despertaban los componentes de Fangoria, recién llegados de Méjico, nos fuimos a dar una vuelta por el barrio del Carmen, y me encantó. Me recordaba al Raval, de Barcelona. Tanto paseamos, que pensamos que iríamos a parar de vuelta al hotel, y aparecimos al lado de la cuidad de las artes que se hizo solito Calatrava, que parece toda prefabricada, como montada en piezas de plástico blanco. Calatrava no sé si es muy fuerte, o es que tiene mucho morro.

Volvimos al hotel en otro taxi, porque estábamos muy lejos. Nos pasamos el finde cogiendo taxis. De vuelta, comimos con Jesús, Marta, Miguel, Chris, Rafa, Olvido, Alejandro, el niño batería que cada bolo tiene más niñas adolescentes como fans, La Prohibida, Susi, Juan Pedro, Fermín, Cancho y los conductores. Antonio es uno de ellos, y la Nancy Travesti se pasó toda la comida echándole los tejos desde la otra punta de la mesa. Muy desagradable, todo esa exhibición de lujuria con el pobre chico. Nacho y Mario seguían durmiendo en sus habitaciones, y como no estaba Nancy Anoréxica, nos pusimos todos como el quico con los entrantes, y el arroz a banda, y el allioli, y un montón de botellas de vino.

Después de comer nos subimos a hacer la siesta. Dormí un rato y luego Javi y yo estuvimos viendo un rato Desayuno con Diamantes. Holly Golightly también es muy fuerte.

Luego quedamos con Ernesto, y nos tomamos unos martinis por el barrio del Carmen, antes de ir al concierto. Estábamos tan a gusto, riéndonos de la mitad de la gente que veíamos por la calle, que casi nos perdemos a las nancys. Nos llevó a república un taxista que cuando se aburría se declaraba en huelga de hambre ( para él huelga de hambre es comer sólo yogurts y zumo, te comento) delante de la Cheneralitat. Deduje que lo hacía independientemente de la causa; lo que le gusta es salir en la tele. También fue a un programa en el que te dan pasta por hacer chorradas. Él se puso unos tacones y se pegó unas carreras por la calle. Y encima te lo cuenta con orgullo, y te saca de la guantera un fajo de recortes de periódico para demostrarlo. Valencia es muy fuerte.

El concierto fue muy divertido. Mario le dedicó el show de las Nancys a Javi. Queríamos verlo desde el público, y estábamos con Roberta al lado de la cabina, hasta que Mario empezó a decir V., manifiéstate”, como si fuera un espíritu, y entonces nos metimos en los camerinos. Como en esa sala no hay sitio en bambalinas para verlo, y ahora Fangoria en su catering sólo lleva frutas y alcohol, pues nos quedamos dentro, tomando cervezas y bailando.

Cuando acabaron, las Nancys se pusieron a firmar, y luego nos fuimos al hotel. De allí fuimos al VIPS, a cenar, y de allí acompañamos a Nacho y Roberta a Le Club.

La noche fue surrealista. Todo el mundo se volvió loco, y se subían a las tarimas todas las Nancys, a bailar, y la gente nos decía cosas, y nos dieron una zona que estaba como de frente a toda la gente, y te sentías un poco como en un zoo, con mucha gente bailando y mirando. Claro que, avanzada la noche, ya no nos importaba. Nacho empezó, pinchando tehno fino, y grupos extranjeros, y fue calentando la noche, para que luego se pusiera Roberta, que es más cerda, y empezara a pinchar la marchita que les mola, o sea, bacalao. Todo el mundo saltaba tanto que saltaban los platos, y Roberta, en plan chungo, como le gusta a ella, paraba la canción en pleno subidón, y les reñía para que no saltaran al lado de los aparatos. Que te hagan un poco de coitos interruptus debe ponerte más, porque todos estaban frenéticos. Recuerdo a la Susi bailando colgada del techo, con los tacones pataleando en el aire.

Al salir, algunos se fueron a un after, otros hicieron autoestop para volver al hotel. Hay que tener valor, para hacer eso en el Levante. Yo decía que no, que no, que no me subía en el coche de un desconocido, mira Toñi, Miriam y Desireé. Asúi que me puse a caminar, sin saber dónde iba, solo, de vuelta al hotel. hasta que de pronto Mariano, que era un fan de mi diario, me paró un taxi. Ver para creer!!Valencia es total.
En la habitación se montón un chill out con Javi, las nancys, y Diego, Raúl y Pedro, unos amigos que conocimos en Le Club y se trajeron de fiesta. Nos lo pasamos chachi, nos reímos mogollón, y luego nos bajamos a desayunar. El resto de la troupe, que se fue a la cama pronto, y también la recpeción del hotel, nos miraban con cara de no dar crédito.

Después de desayunar nos metimos en las furgonetas. Yo fui en la Nancyfurgoneta, y claro, como se veía venir, pues la se pasaron la mitad del viaje de chill out móvil, tood el rato de risas, y peleándose por la música. Nacho dice que la furgoneta donde va él no para en los mismos sitios que la de las nancys, porque en cunato paarn salen corriendo de la nancyfurgoneta hacia la suya como si fueran unas zombis travestis, y empiezan a zarandearla; y que eso le da miedo, y que las nancys son unas revoltosas, y que pasando. Y lo bien que se lo pasan.

Cuando llegamos a Madrid, fuimos un rato a casa de Javi, peor yo me marché a casa porque ya valía, que estaba muerto. estaba tan cansado, que esaa noche me perdí el Plan Travesti porque estaba dormido en el sofá a las once y media de la noche, como una viejecita

Ahora me toca contar el lunes, último día en Madrid antes de mudarme a Barcelona una temporada, y el martes, que acompañé a las nancys a Crónicas Marcianas. pero son las tantas, yo vuelvo a ser una persona trabajadora ( y en estudio nuevo, que tengo que causar buena impresión), así que lo cuento mañana.

Buenas noches, querida lectora.