jueves, julio 08, 2004

Dieta, ¿qué dieta?

Bueno, estos días han compensado todo el desmadre del fin de semana, porque me esperaba un montón de trabajo espeluznante, acumulado de la semana pasada, más lo de la que toca. El lunes, a pesar de los restos de la fiesta ( los restos era yo), pasé el día como pude, y de hecho parte de la noche, que me tocó quedarme haciendo diseños de personajes hasta más allá del final de Crónicas Marcianas. Nada como la sensación de llegar a tu mesa de dibujo, y que te diga el jefe: "sabes aquello que tenías que ir haciendo durante la semna pasada?" Y tú, claro, no has podido ir haciendo nada, la semana pasada. "Pues que es para mañana". Sudor frío, y oyes a tu boca que dice: "no te preocupes, mañana lo tienes". Pues lo tuvo, que a pesar de la imagen de petarda que proyecto desde aquí, en el fondo soy muy responsable, ¿me entiendes?

El martes, más de lo mismo, aunque me pude escapar un poco pronto, porque habíamos quedado Edu y yo con La Prohibida y con Spunky, para proporcionar asesoramiento linguístico en la versión francesa de otro tema del inminente disco de la travesti. por supuesto, yo iba de comparsa, porque el asesoramiento linguístico que yo pueda dar no vale para los discos. Asistí a las habituales peleas entre las artistas y los productores, mientras me tomaba a sorbitos un nestí muy frío, tumbado en el sofá. La canción es muy chula, por cierto.
A la salida queria ir a hacer unas compras al HM, pero me encontré con Lupe, orlando, Tolo y Jorge por la calle, que es lo que tiene Chueca, que es como un pueblo. Y nos metimos en el Santander a ponernos ciegos, yo que ya me puse ciego comiendo en los polígonos, y quería cenar ligerito. Lo que yo te diga: quiche, calamares, ensaladilla rusa, croquetas... Mientras, cervecitas con limón, cotilleos irreproducibles,y mucho cachondeo con el simulacro de salmonelosis que está tramando una para librarse de currar el finde. Ooops, yo sólo espero que el médico no lea diarios por internet.
A la salida, siguiendo con el rollo pueblerino, nos encontramos con Yogurina ( sin montar, claro), y con Juan Flahn. Todos seguían, peor yo me fui para casa, hablando con mi amigo B., que está de bajón. Aunque no lo parezca, yo llevo unos días igual, y vaya par que nos juntamos...

El miércoles,después del trabajo, volví a salir corriendo para no perder el tren, porque la mierda del polígono, al estar en el quinto coño, te obliga a apurar tu jornada laboral, y luego pegarte el carrerón por el pueblo, como Forrest Gump, para no perder el tren, y tosdo para estar a tiempo en Madrid, a una hora que el resto de la gente ve perfectamente normal para quedar, y a la que tú llegas con la lengua fuera. Mierda de polígono.
Fui a cenar con una amiga de la familia, y por no hacer el feo, me sacrifiqué y me comí toda la cena enterita, desde las combinados del principio hasta el apple strudel casero. Es que soy tan educado que no podía negarme :P
Al salir, me subí a un taxi, y me fui al bar donde Mario Vaquerizo celebraba su cumple. Me presenté con una botella d champán francés, Laurent-Perrier para los que entiendan ( de champán), aunque yo prefiero el Bollinger, que es el que toman Patsy y Edina. Bueno, mentira, eso digo, pero luego siempre tomo Rondel verde.
Allí estuvimos con Olvido, Marta , Ángel, la Favor, Juan Pedro,Javi,Clara,Jose Luis, Jone...La pena es que Roberta se acababa de ir cuando yo llegué. Estuvimos charlando de las secuelas del finde, y del gaydar, todo como muy intelectual. además, un par de martinis cayeron, que no engordan nada, nada. Mario, Olvido y Juan pedro salían a las siete de la mañana para Los Ángeles, así que no pensaban dormir, peor lo que era yo, se me cerraban los ojos. Por eso, en cuanto cerraron el bar, les acompañé a casa, pasé de subir, y me fuí a dormir.

Hoy, por culpa de mi mala conciencia, intentaré no comer hasta después del dietista, a ver si cuela. De todas formas, tengo tanto curro que el poco tiempo que tengo, lo he invertido en actualizar. Así no pienso en el hambre que tengo.
Me vuelvo a dibujar al fulano bailando. Estoy hasta al polla de Justin Timberlake. Uy, perdón.