viernes, junio 18, 2004

Por fin

La semana ha sido tremenda. Tengo la imagen de ir a una fiesta el jueves pasado, y pensar que a la vuelta actualizaba, y acabar en una fiesta ayer, pensando lo mismo. Y en medio, alguna fiestecita más, pero sobre todo un montón de trabajo.
Y ahora, porque tengo un ratito y me he dicho que esto ya no puede ser, que si seguimos así ya cierro , y paso de todo. Por eso me he sentado, y contaré lo de ayer. Al fin y al cabo para contar la semana, puedo empezar por el final, ¿no?

Ayer Kenzo organizaba una fiesta, con una gran premisa: ya llega el verano. Por que sí. Y porque tenemos la pasta para alquilar el museo del traje, decorarlo, montar un mega cátering con Moët y puesto de helados, y traerte a Alaska a pinchar.

Así que me pasé el día amarrado a la mesa, para enseñar una escena hoy al director, a ver si me la aprueba y la acabo la semana que viene, que es la última que cuenta para sumar la producción de este mes. Y a la salida, corriendo a la fnac, a recoger un billete de avión, para mis vacaciones de verano. Luego a casa, una ducha, y al museo.
Esta vez se vino Edu, y quedamos en la puerta con Olvido, Mario, Fermín y La Favor. Mientras les esperábamos, admiramos el recinto. Está en la ciudad universitaria, entre pinares, y el inmueble me recordó al edificio de la Tate Modern, en Londres, con una antigua chimenea emergiendo como una torre gigantesca. Habían colocado velas en el jardín, que arrojaban una luz tenue, en la penumbra del ocaso, bajo un cielo que se iba tintando de negro, pasando por el añil. Un suave canto de grillos, apenas amortiguado por los coches lejanos, flotaba...
"MARICOOON, A QUIÉN SE LE OCURRE SALIR SIN MÓVIL!!!!!!“ ya llegaban, y Mario me estaba llamando, claro, y le salió el buzón. Y eso que le dije que iba sin móvil, porque desde que lo perdí y hasta que me compre uno nuevo, llevo el antiguo zapatófono, que aparte de gigante, dura menos que una candela de papeles, así que pa qué romperte el estilisto con un bulto ( de más :P) en los pantalones?
Nada más entrar, les asaltaron los del Tomate, y yo salté aterrorizado, no sea que saliera de refilón. A mí esa gente me da un miedo... Lo gracioso es que si lo observas desde fuera, te das cuenta de que todo ese programa es mentira, que lo que hacen y dicen no se lo creen ni los cámaras. Y una vez pagado el peaje, nos lanzamos a por los canapés, y las copas de Moët, que ya entré en modo AbFab, y no bebí otra cosa en toda la noche. Qué resaca más fina tengo hoy.

Me encontré con Dani y Elena Coto, que la conocí en el último sarao donde nos vimos, en la terraza de la Saatchi, en la inauguración que comisarió Jaime en FotoEspaña ( otra cosa que quedó pendiente de contar, por falta de tiempo), y un amigo suyo, Jesús. Una vez leí por ahí que la sociedad en realidad se divide en estratos horizontales, y que los que habitan en cada uno se encuentran continuamente. Pues es lo que nos pasa a algunos, que siempre nos vemos con el canapé en la boca. Comentamos si veníamos de parte del novio, o de la novia. Ellos venían con invitaciones de la revista, y yo con Mario, dije. Elena me preguntó si había venido Mario, y le dije que el Vaquerizo. "Ah, le conoces?", me contestó, y yo le dije que sí, que el otro Mario siempre dice que él es el Mario no famoso. "Bueno, para nosotros es bastante famoso", dijo Elena. Pues lo que le digo siempre, fíjate.;-P

Edu y yo nos paseamos por el recinto, que está muy bien para ver arquitectura, y sobre todo para interceptar los canapés antes que nadie.

Al poco me encontré con Javi el otro, que por una vez que le llamé así, así se le va a quedar, a este paso. Hacía tiempo que no nos veíamos,desde el último Plan Travesti y en el ínterin él había descubierto mi diario. Así que estuvimos hablando de eso, de Las Correcciones, un libro del que hablé, que al final no me gustó y a él le está encantando, y comentando un libro que me estoy leyendo ahora, y él había leído, sobre el auge y caída de la generación de cineastas americanos de los años setenta, la última edad de oro de Hollywood: Coppola, Scorsese, Bogdanovich, Lucas, Hal Ashby... Se llama Moteros tranquilos, toros salvajes, y es de Peter Biskind. Me lo compré el otro día, y me lo estoy bebiendo. Aparte de que habla de películas que me encantan, cuenta todos los entresijos de la industria, y está plagado de cotilleos y anécdotas escandalosas de sexo, alcohol, drogas y cine. Vamos, las cosas que nos pasan a Javi y a mí.
Por lo visto acaba de salir otro libro de este hombre, sobre Sundance, Robert Redford y Miramax, que también es tremendo, y es la comidilla del mundo del cine. Quedamos en que me lo pasaba un día de estos. Qué ganas!!

A todo esto, nos habíamos refugiado en un rincon tranquilo, y coaccionamos a una camarera con chantajes, para que nos trajera la bandeja de canapés a nosotros los primeros. Llegó Anthía, con su nuevo novio, que por lo visto se decicó a hacer giras por Estados Unidos con grupos de rock de los ochenta, o algo así.(no me enteré mucho,:P,pero me parece meritorio reseñarlo, ni que sea por curioso, ¿no?) Y luego llegó Quique, con dos amigos suyos.
Estuve charlando con Olvido sobre lo que iba a pinchar, que era, of course, bakalao del bueno. Cosa que convenía mucho a esta fiesta, tan fina, tan pija y tan aburrida. Mario la monta muy divertidas, porque mezcla mucho a los invitados, y te encuentras a Susi Pop y a Pitita Ridruejo, pero en ésta, todo eran clientas, pijas, y como publicistas, que iban graznando detrás de las bandejas de mariscos. Así que ya tocaba un poco de la marchita que nos mola. También me prometió una sorpresa en el cd del próximo single, pero que como no se lo acababa de creer, pues no me lo contaba...

En fin, que le tocó pinchar, y todos nos colocamos al pie de la escalinata, al final de la cual estaba la cabina, bajo la torre del edificio, con el logo de Kenzo en lo alto. Todo muy operístico, menos nosotras, que éramos unas petardas, bailando la Chicks, Benny Benassi, Britney y McNamara. Sobra decir que nos reímos muchísimo. Subíamos y bajábamos la escalera como en el vídeo de Material Girl ( o como la gran Rosa María Sardá en su programa mítico de televisión).

Cuando terminó, ya era la una pasada, así que algunos decidieron seguir un poco más la marchita, y se fueron al Pink Flamingos. Yo me retiré con Edu,la única influencia sensata en mi vida, y que ya estaba bien,coñe!, con la semana que llevo.

Breve enumeración, para acabar, que ya lo iré contando con tiempo: el jueves de la semana pasada, celebración de aniversario de Mario y Olvido, cena, y sesiones de djs varias. Por cierto, ese día,descubrí que Félix Sabroso y Dunia Ayaso tienen un diario. Ya me he enganchado, porque es tan divertido como oírles hablar a ellos, una de las cosas más graciosas, saludables e inteligentes que se pueden hacer.
El viernes, a una boda en Vitoria, donde aparte de coger un kilo y medio, asistí a una boda preciosa, muy emotiva y diverida, que se me casaron Toni y Soraya. David, Pastora y yo nos apsamos la boda haciéndonos fotos posando, y metiendo pómulo.
El lunes, recibo el encargo de la ilustración para la Mtv, y es un tema imposible, realmente difícil. Después de trabajar doce horas en los polígonos, me acuesto a las cuatro, dándole vueltas al tema.
El martes, jornada larga, y luego salgo a cenar con Carlos y Edu. Vamos al Janatomo, y luego al Cock, a por un martini. Luego me junto con Mario, Olvido y la Favor, y vamos a Chicote. Allí estamos un montón: Roberta y Elektro, Javi, Clara y las groupies incluídos. descubro que Marga, una amiga de mis tiempos en la Plataforma de Cultura Contra la Guerra, y Olvido, son amigas de trabjar en La Bola de Cristal. Los 6 grados.Sylvia Superstar casi se quema todo el pelo con una vela, tía!
El miércoles, trabajo trabajo y trabajo. Acabo la ilustración, para mi alivio, y no me desagrada del todo, uffff

Y todo amenizado con latigazos de Nacho por no actualizar,que soy lo peor.
Lo peor es que no he tenido tiempo de ir a yoga en toda la semana,y tengo la columna llena de nudos.
Ay.