domingo, mayo 16, 2004

Perfecto. Brillante. Absurdo.

El viernes, arrastrando un sueño terrible, salí para el aeropuerto después de trabajar. En el avión me dormí nada mas sentarme, me desperté un momento al despegar, lo justo para ver desde el aire el poligonillo donde trabajo (qué poquita cosa desde el aire, y lo que da por culo), me volví a dormir sin darme cuenta, y abrí los ojos con el choque del tren de aterrizaje con el suelo. El viaje más rápido que recuerdo.
Me vinieron a buscar mis padres, los pobres, que me vieron sólo un momento, se aseguraron que no me había hecho la cirugía estética, y me dejaron a las puertas del Razmatazz, donde ya había muchísima cola.Llamé a Mario y me comentó que hablara con Nacho, que estaba en el hotel, y que entrara con él, que ellos estaban como secuestrados en el camerino, y no podía entrar nadie. Ya me recordaba a las medidas de seguridad paranoicas de cuando fueron a pinchar al Mond. Afortunadamente, mientras hablaba con él, me topé con el hotel, que estaba al lado, y con César entrando en al furgo. Así que me monté con él, y entramos.

En el camerino, Juan Pedro ultimaba detalles del vestido de Elvis dorado con el que empezó la actuación. Aproveché para verlo de cerca, porque es precioso. En la hebilla del cinturón pone Olvido. Ella se maquillaba al espejo. Es una cosa que me fascina ver. El proceso de transformación, de la cara a la máscara. Sobre todo si vas viendo aparecer una tan familiar como la de Alaska.
Mario y yo nos dedicamos a cotillear del montaje ese de su lío con la Pataky, a hacernos fotos, y a expoliar las bebidas del catering. Al poco empezaron a entrar visitantes, amigos de Olvido, y Spunky, Chris y Nacho, del hotel. Como Juan Pedro estaba histérica, nos reíamos mucho. Estuve viendo las hojas con las notas del bajo, que queda como muy de músico, charlando con Genís, y en contacto telefónico con la gente que conocía que iba a venir, léase, Álvaro, Jone y Jorge por un lado, y por otro Patata, que aterrizaba a las diez.
Gran momento cuando apareció Clara, que resulta que es la madre de una de las niñas perla, y yo no lo sabía. Qué sorpresa de pronto verla aparecer allí!!!
Nacho y yo nos subimos a un rincón del escenario, a ver la actuación de Hidrogenesse. A mí me encantaron, con el toque guitarrero que le dieron al repertorio. Genís estaba un poco preocupado porque la tarjeta de sonido del ordenador le había dado problemas, pero todo salió bien ( o si algo salió mal, no se notó). Nunca les había visto en directo, y me encantó escuchar Así se baila el siglo XX, una de mis favoritas, o A-68, y un par del Lujo y Miseria que nunca había oído, porque no tengo ese disco. Muy a favor de la actitud de Carlos Ballesteros en el escenario ( que por cierto, me recuerda a JoseC (¡!)), y la chica que tocaba la guitarra ( ni idea de si era un bajo, o qué) era total. Los visuales eran buenísimos. Le comenté a Nacho que casi me gustan más que Astrud, con esas letras que tienen ( como la de tu ex que va a las mismas fiestas que tú, y todos son más amigos de él, y ponen sus canciones favoritas). Geniales. Lo que no entendía era el escaso entusiasmo del público. Cuando acabaron con los caballitos pony, casi nadie parecía conocerla... Decíamos que si tocaban esa en Madrid, el local se venía abajo. Me acuerdo que en navidades, en la cena de Wanadoo, pincharon Nacho y Mario, y hasta en entre ese público, lleno de oficinistas, empresa del Opus, y con gente que pedía a gritos pachanga sudaca ( literalmente), cuando ellos pincharon ésa, apareció una niña total que se subió al baffle a bailarla conmigo. Y eso que en Barcelona se hacen una idea de cómo puede ser lo peor de Rubí, ¿me entiendes? En fin...

El concierto de Fangoria estuvo espectacular. De haberles visto hace una semana a ahora, han cogido más soltura, con lo cual el de Madrid va a ser la bomba. Ahora el público sí que respondió enfervorizado. En bambalinas, estábamos todos ( Mario, Clara, Juan Pedro,...bailando como locos), porque había muy buen ambiente en la sala. Tocaron el mismo repertorio que en Alicante, así que volví a echar de menos el medley ese que hacían con todas las clásicas, entre ellas La Disneylandia del Amor, que sigue siendo mi favorita...
Las canciones con las niñas perla quedaron chulísimas, y para mí el mejor momento sigue siendo Miro la Vida Pasar. Me fijaba en el público, y se pasaba en grande, saltando y bailando. Y Olvido, que les jaleaba muchísimo.

Después del concierto, nos bajamos al camerino. Había venido mucha gente a verles. Pedro Marín, que pinchó muy bien, se pasó.También estaba Juan Redón, que nos contó la historia de cómo se casó con Arakis en ARCO. Una risa. Nos hicimos fotos para el diario gastronómico, y había una actriz porno muy conocida, por o visto. Celia Blanco, o algo así. Debía ser muy famosa, porque a Alejandro, el niño batería, se le iluminó la cara al verla, y eso que él siempre tiene cara como de pasota...El caso es que todas nos fotografiamos con ella. Nacho cogió un plátano del catering, e iba posando con él con todo el mundo.
Salí a ver a Álvaro y compañía, y a Patata, que me esperaba fuera. Conocí al famoso Laon, que resulta que es muy guapo, y todo ( claro, pensaba yo, qué va a decir ella, y mira por donde...) Intenté convencerles de que se vinieran al afterparty, pero preferían la intimidad conyugal al truperío, y no seré yo quien ponga ser un groupie pesao por delante del sexo. Así que muy a favor de Patata y Laon.
Los demás, sin la opción del sexo, acabamos en la habitación del hotel de la pobre Favor, que sólo necesitaba acabar d e desmontar el merchandising para encontrarse su habitación llena de gente. Estábamos allí Juan Pedro, Mario, Olvido, La Favor, Félix, Clara, Álvaro, Jone, Jorge( que llevaban unas camisetas fantástica donde ponía: yo también soy una Nancy Rubia y mucha pedrería), y unos amigos suyos: Marta, David, y Dirty y Dancing, que tienen un fotolog que se llama así. Vamos, unos niños totales.
En la habitación nos dedicamos a charlar, cotillear, vaciar el minibar y reírnos muchísimo con Mario, que para la ocasión se convirtió en Susi Pop, y contó chistes, y chascarrillos, que ya no podíamos más. La única pena es que yo quería ir a ver pinchar a Astrud al Mond, pero nadie más. Qué le vamos a hacer.

El sábado me levanté tarde, para recuperarme un poco, y fui con mi familia de compras por el centro. Con mi hermano Víctor entré en la fnac, y le compré el disco de Miqui Puig a Alex y Arantxa, para celebrar el nacimiento de su hija, además de un ramo de rosas. También me compré unas gafas de sol, y lentillas mensuales.
Después de comer me tiré en el sofá, y por la noche pasé por la casa de los nuevos padres, con los regalos. También vino Marc, y los cuatro cenamos y vimos Eurovisión. Yo no soporto ese concurso, me parece rancio, todas las canciones son una mierda, y encima todos votan a los países, no a las canciones, con lo cual los cinco primeros siempre son los mismos, y cambia el ganador dependiendo de algún país nuevo de la zona de participe o no. Un coñazo, vamos. Además, para las canciones latinas horrorosas que manda España, podía participar con la bandera de Colombia, o Cuba.
Después de cenar, quedé con David, su prima María, unos amigos suyos, y sus tías ( de David) Tere y Míriam. Fuimos a tomar unos daikiris al Gimlet, en el Born, y luego a dormir.

El domingo he ido a ver la exposición de Leigh Bowery en el museo textil, comisariada por Arakis. Un escándalo. La única pega es que es muy cortita, pero supongo que el espacio disponible manda. Tiene esa cosa triste de los trajes vacíos, que siempre me recuerda a una fiesta terminada, ya pasada. Pero para un mitómano como yo, verlos ahí, los mismos de las fotos que he visto tantas veces, pues tiene su punto. Además, como no había mucha gente, se estaba tranquilo y los he toqueteado todos, que si no es como no verlos, porque te pierdes la textura de las telas, y todo eso.
Una cosa que me ha chocado siempre de él es que le importaba muchísimo más mostrar su cara que su pubis. Además, viendo los trajes te das cuenta de que son muy incómodos, así que debía sentirse muy mal dentro de ellos, mientras a la vez disfrutaba de eshibirse a todo el mundo.
Por cierto, me he cabreado acordándome de la petarda de Boy George, que era considerado un don nadie por ese grupito, y ahora se ha apropiado de la figura de Bowery, se viste como él, le roba las ideas ( lo ha hecho siempre), y lo empaqueta y vende en su mediocre musical Taboo. No me extraña que Neil Tennant no le pueda ver.
Se muestran unos vídeos muy interesantes, de performances de finales de los ochenta, principio de los noventa. Una de ellas en la Serpertine Gallery de Londres, que es mi galería favorita (allí descubrí a Takashi Murakami, de la mejor manera posible. Porque una cosa es ver por primera vez su obra en un libro, y otra encontrarte con un globo de Kaikai Kiki de 6 metros de altura).

Me fascinó un documental sobre la reacción del público a una de sus performances, en otra galería. Él posaba frente a un cristal durante dos horas. El público lo veía, pero él solo veía su reflejo. A la salida, les a la gente su opinión preguntaban. Y me lo he pasado en grande, por las cosas que decían, y como eran. Te das cuenta de que en el arte, tú propones algo, y en realidad es el espectador el que lo completa con lo que quiere ver. Había mucha gente que daba respuestas muy arty, suponiendo que es lo que se pedía de ellos, y otros decían que una mierda, simplemente. Me ha encantado volver a escuchar los múltiples acentos de Londres, disfrutar de la pluma inglesa de todos los fans gays que iban a verle y luego daban su opinión ( I'm a psycho fan of Bowery, decía uno laaaanguido) El inglés es la mejor lengua para tener pluma, me divierte muchísimo la pluma inglesa. Luego estaban las viejecitas, que les encantaba la exhibición, y los más jóvenes,que se quejaban de que era tediosa por la duración. Para mí, las mejores respuestas eran las de una mujer con pinta de muy sensata, que decía, con mucha ironía: "quiero un bowery para la repisa de mi chimenea. Viene en colores muy monos", y un chico punk gay moníssssimo, que dice: "Perfecto. Brillante. Absurdo".
Otro vídeo muestra una performance en un club que se llamaba Kinki Gerlinky. Debía ser un sitio mítico, porque mi casero me hablaba mucho de él ( es lo que tiene tener un casero aficionado al fetichismo). Y oyendo los comentarios de audio del dvd de los singles de PSB, dicen que se inspiraron en ese local para el vídeo de Was It Worthy?
En la expo, muestran un fragmento donde Bowery recrea un momento de Female Trouble, la peli de John Waters, cuando Divine pare sin asistencia. Aquí sale Bowery disfrazado, y de su traje emerge Nicola como si fuera un bebé.

A la salida, he cometido el error de visitar la tienda, y me he comprado un libro de Cecil Beaton, mitad memorias, mitad historia de la moda. Aunque no me arrepiento, porque sólo de ojearlo ya he leído sobre Noël Coward, Cole Porter, Elsie Mendl, Chanel, Greta Garbo... Algo me dice que me va a gustar.

Y nada, esta tarde de vuelta a Madrid. He charlado con Arakis sobre la expo, y la he felicitado por ser tan buena curatress. La he dejado que se iba a ver Troya, a disfrutar.