Están locos estos americanos
Hoy no puedo más. Toda la semana acostándome a las tantas, y notando como el estrés se me acumula. Pensaba que eso me pasaría hacia la segunda mitad del tiempo de produción, o al final de la peli, pero no a las 3 semanas de empezar. Se me amontona el trabajo, y la presión de hacerlo bien. Pero bueno, suerte del yoga, y del fin de semana.
Hoy en clase hemos estado Pino, Ricardo Nacho, Gema y yo. Debo estar bastante tenso, porque todo el rato me dolía todo, hasta en posturas que antes no me molestaban, como la mecedora, ahora es crak,crak,crak. Hemos hablado del transporte hasta los polígonos, de la difernecia entre Pino y yo: ella trabaja en Sogecable, que mola más que tener al lado a Antena 3, aunque Tres Cantos esté más lejos que Sanse. Además, tiene lanzadera entre las oficinas y al estación de tren, mientras que yo me chupo 20 minutos de paseo por trayecto. Aunque por lo menos el dietista lo agradece.
Un ratillo largo lo hemos dedicado a charlar de las conspiraciones, que es el artículo que me estoy leyendo del Vanity Fair. Otro día,no tan tarde, pongo un poco de qué habla, aunque es lo típico de que los atentados han sido provocados por organizaciones secretas para llevar al mndo hacia un nuevo orden, etc, etc... Ah, y he preguntado por lo de los ovnis de México,pero nadie sabía nada.
Después de clase hemos estado un rato de cháchara ( más todavía) en la cocina de Gema Y Ricardo, comiendo pipas de calabaza tostadas, que son ideales para la próstata
Al salir de yoga, Nacho y yo hemos ido a comprar té, ha conseguido que me comprara un croissant de media tarde, aunque esta semana me tocaba una fruta o un yogurt, y me ha quitado de la cabeza la idea de ir a la feria del libro antiguo y de ocasión. Nos hemos despedido hasta mañana, en el concierto en Barcelona.
He hablado con JoseC, de vuelta de L.A., y hemos quedado para cenar, en el Buen Gusto, un rato más tarde. He trabajado un rato en casa, hasta que me ha llamado Elena, que estaba con Tere,Enrique,Tato, Manuel, Alex y Ana, tomando cañas en La Taberna del Norte. Ahora vana trabajar todos en mi antiguo estudio, pero como yo no, pues he pasado a verles. El tiempo justo de tomarme una jarra de cerveza, pillar el puntillo, charlar de su nueva situación sentimental con Elena, e irme pitando, sin pagar la cerveza y olvidándome el libro. Menos mal que hemos vuelto a quedar para el martes.
He llegado corriendo a la cena con JoseC, y Edu ha llegado como 5 minutos después. Hemos estado charlando mucho rato de la vida en los USA, de las tonterías que tienen con la comida y al supuesta vida sana ( suponiendo que la Diet Coke sea sana...), y las diferencias en la forma de vida. Ahora estoy cansado y no comentaré muchas cosas, ya me iran saliendo. Lo mejor, su descripción del estilismo imposible de las americanas, todas siempre con las uñas de las manos y ¡los pies! súper hechas, y el pelo alisado como Jennifer Aniston, y mega gafas enorme de sol, en cualquier situación: en la poiscina, comiendo un bocata cerdo y vestidas de Prada, o hablando por un móvil del año 7. Unas risas, que nos hemos echado.
También hemos hablado de los programas de la tele que cometen atrocidades de cirugía plástica con sus concursantes, y por ejemplo transforman a una negra gorda de suburbio, con el culo elefantiásico, en Beyoncé Knowles. Lo malo es que todas sus amigas siguen como antes, y la pobre, ya no encaja nada en su antiguo círculo, las vecinas la odiarán, sus padres se sentirán acomplejados frente a ella, y la tonta, gracias al programa acaba como La Veneno.
Él dice que no cree que le fuera fácil vivir en Los Ángeles, aunque considera, como yo, que depende del círculo de amigos que te hagas, y del trabajo que tengas. Si yo viviera en LA, estaría todo el rato con Susan y Jonas, que son dos truperas de mucho cuidado, que conozco y que viven allí, y creo que me lo pasaría muy bien. Supongo, vamos.
JoseC me ha traído, como regalo de cumpleaños atrasado, y detallazo, un pañuelo multiusos de Takashi Murakami, todo negro y con calaveras blancas, que son tendencia, te quiero decir. Me ha encantado, por supuesto, yme lo anudaré al cuello de forma que se vea muy muy clarito que pone Murakami.
Después de cenar, a casa, y a dibujar, que mañana entrego una cosa para el puñetero ratoncito Stuart, y todavía me tengo que hacer la maleta, que me voy a pasar el finde a Barcelona, con mis papis. Aunque a este ritmo, me duermo en el concierto, y no me despierto hasta el domingo, que me vuelva.
Y a lo mejor me sale trabajo paar ilustrar cosas en otra revista, pero no comento nada, que se gafa. Y como me salga, ya no sé ni si duermo. ¡¡Qué sueño, coñe!!
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