Mi mamá lo sabe.
El principal problema de trabajar en los polígonos industriales, parece obvio, es que todos están en el quinto coño. Llegar a ellos requiere horas de tu precioso tiempo, y del del resto de los quince millones de trabajadores que están en el atasco, en el autobús, o en el vagón de tren. Como tengo otros planes, aparte de consumir mis días allí arriba, intento llegar pronto, par poder salir a tiempo de hacer más cosas. Lo que requiere levantarme muy temprano. No necesito dormir mucho, pero cuando juntas las secuelas del Plan Travesti, con la presión de dirigir la animación de tu equipo en la primera semana de una película, con el deber de impresionar al director, con tu propia lucha con tu trabajo, que te espera siempre encima de la mesa, y que , siendo supervisor, se presupone que debe ser excelente, con la entrega in extremis de una ilustración, pues el resultado es que todos los días te vas a dormir a las tantas, y acabas lel viernes exhausto.
El miércoles noche tenía que acabar el dibujo para la columna de Vampirella en la revista MTV, debía presentarlo el jueves. Jugaba con las ideas, dibujaba pruebas, y Nacho me iba poniendo mensajes sobre cómo es el backstage de Crónicas Marcianas. La pena es que, para esperar la actuación, y descansar del trabajo, me tumbé en el sofá y en dormí. Cuando abrí los ojos, me encontré con súper Màxim Huerta, lo cual siempre es agradable, pero no vi la actuación. Me dije que a dormir, que para otro día la ilustración, y a la cama.
El jueves, levántate corriendo para quedar con Vittorio, que se sube a los polígonos en coche, y nos vamos juntos. Te retrasas, ya no puedes, decides que te vas con B., que sube en coche una hora más tarde. Antes de irte, comunica vía email que el dibujo puede estar para el viernes por la mañana, a costa de no dormir el jueves, o el lunes a primera hora, y lo acabo en el fin de semana. En el estudio, el viernes es tanda de revisión de planos, por lo que el jueves deben ir acabándose cosas, para cumplir la cuota semanal de fotogramas animados, y pasas por las mesas un poco como Kasparov haciendo jugadas múltiples de ajedrez, chequeando el trabajo, echando una mano, corrigiendo cosas, o simplemente dando palmaditas en el hombro. Mi plano se encuentra atascado, no consigo realizar la acción como yo quiero, y encima la perspectiva es contrapicada. Y todavía estoy conociendo a los personajes. Siendo yo el que asigno los planos, quién me manda...así que intenta concentrarte, notas que empiezas a apretar un poco demasiado el lápiz, ahora me empieza a gustar...me tengo que levantar un segundo a una reunión..., en fin...
A las cinco, con una sensación mezcla de urgencia, alivio y dulce irresponsabilidad, salgo corriendo para la estación de tren, por no perder el cercanías que me deje en el centro a tiempo para yoga. Precisamente ahora que tengo tanto tanto trabajo, es cuando más lo necesito, por la espalda. En la clase, estábamos Pino, Gema y yo. Nacho estaba de promoción, ese día en Barcelona. Por la tarde me comentó que firmaba, y yo avisé mi hermano y a mi hermana, por si se pasaban.
En clase, charlamos de Lost in Translation y de Shall We Dance?, dos películas que muestran la forma de vida en Tokio. A todos nos horrorizaba vivir como japoneses, pero a la vez somos muy fans de todo lo que tenga que ver con ellos. Supongo que si algún currito japonés leyera esto, pensaría. "Pues vaya absurdas, te lo cambio“ Gema nos contó que un amigo suyo vivió allí, y le mandaba vídeos caseros, donde el salía con un tomate minúsculo, y decía lo que costaba, algo así como mil pelas, y que el melón lo vendían por rajitas, de lo que valía, y que todo viene en tetrabricks, escrito sólo en japonés, y estuvo un mes comprando al azar para descubrir cuál final cuál era el del aceite...en fin, que nos reímos mucho con el pobre. También charlamos de trabajar en los polígonos, porque Pino también tiene que emigrar, par trabajar en Sogecable. Y quedamos para ir el domingo a Callao, a ver a Mastretta y Josele, en el concierto gratuito.
Ah, y Ricardo me enseñó su nueva batería electrónica, que es como un antiguo juego de Simón, pero que lo programas, y donde golpeas con la baqueta, suena como un bongo, un platillo, lo que quieras. Hasta puedes tocar la guitarra!!! Y ocupa lo que un portátil. Dice que planea usarla con los Fangoria, porque les pega mucho. Súperafavor de la tecnología, especialmente la que ocupa poco. Quiero ya mi mini iPod!!!
Estaba tan cansado que en clase me dormí en la relajación, y ronqué. Lo nunca visto.
Después de yoga, corriendo al dietista. Subí unos gramillos de mierda, pero habiendo pasado el fin de semana anterior en Barcelona, comiendo con mamá, y saliendo a comer en los polígonos casi todos los días con gente de la profesión que viene a visitarnos, pues aún estuvo bien. Esta semana bajo mogollón, que ya lo presiento. Hablé con el dietista de la dieta Atkins, que la noche anterior pusieron un reportaje en la tele, y me dijo que a veces la usaba, parcialmente, dentro de las dietas semanales. Pues súperafavor de Atkins, aunque se le hayan muerto algunos...
Después del dietista, corriendo a una cena que tenía con Edu, Edna, Jose y Núria, en Bazaar. Celebrábamos la puesta en marcha de la empresa. Así que brindamos mucho, charlamos de planes de futuro de la empresa, de pilotos de animación, del festimad, de los diarios en internet, de dietas, y jugamos un rato a los seis grados de separación. Lo habitual, vamos. Me encontré con Orlando y Tolo, y me dijeron que iban el viernes a Barbarella, a ver a una tal Pinkglove. Yo ya sabía que no coló lo de la ilustración para el lunes, así que esa noche no dormía. Así que no creía que el viernes quisiera yo marchita... ( así fue)
De pronto, me llamó mi madre. Me dice, escucha: y me lee la dedicatoria de Nacho y Olvido, para la madre de V. ¡¡¡La tía se fue con mi padre a que le firmaran el disco!!! Se saludaron, estuvieron charlando ( un poquito, que había mucha cola), besos y risas. Estuvieron comentando a quién me parecía, y claro, va y sacan a la luz mis planes de cirugía estética. Son unas palabreras, !!!Mi madre no daba crédito, la pobre. El día que lea en el diario que estuve por ahí con Monereo, le da un síncope. Al despedirnos, después de lo típico, un beso, cuídate, chao chao, aún iba diciendo. No te operes, no te operes, no te operes!!!! Cómo sufre una madre cuando le sale un hijo trupera...
Al llegar a casa, un café, y a dibujar. Entregué vía email a las cinco y media de la mañana. Con los ojos como dos huevos escalfados. Menos mal que tengo el cuerpo acostumbrado a los horarios intempestivos, y tras dormir dos horas, me levanté para emigrar de nuevo a los polígonos.
El viernes, un poco más de lo mismo, aunque un pelín más relajado, por ser fin de semana, supongo, y porque la entrega semanal ya se había hecho. Salimos todos a comer todos los del estudio, y al beber vino se me vino todo el cansancio encima. Toda la tarde a cafeína,a falta de estupefacientes más potentes. Ah, y me han propuesto diseñar personajes para otra peli del ratoncito Stuart, en caso de que por las tarde-noche tuviera algún rato libre. Menos mal que a mí nunca me ha gustado dormir.
Por la noche, fui con Edu a coger pelis de dvd, porque no creía ni que aguantara despierto en el cine. Cogimos Te doy mis ojos y una de Bollywood, que dura tres horas, y es un drama musical sobre un fulano que no quiere pagar impuestos. Anda que...
Por supuesto, sólo vi los primeros 30 segundos de Te doy mis ojos, porque luego se los dí a Morfeo.
Como ya citó Capote, se derraman más lágrimas por la plegarias atendidas que por las no concedidas. Tantas ganas que tenía yo de volver a trabajar en películas...
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