domingo, mayo 02, 2004

Donde se habla de noches de fiesta improvisadas, y de conciertos que no existen

El sábado me levanté relativamente tarde. Tampoco mucho, porque me dormí enseguida la noche antes, mientras todo el mundo andaba por el Barbarella, y nunca puedo dormir más de diez-once horas seguidas, y en situaciones de cansancio extremo. Así que como a las diez y media, ya estaba despierto. Estuve leyendo un rato los diarios de Evelyn Waugh, y Las Correcciones, que ya tengo ganas de acabarlo, y actualizando el frivolog. Cuando ya era como media mañana, allá a las doce, estuve de bricolaje en la casa, que tenía que poner una balda extra al lado de mi mesa de dibujo; ya empiezo a llevarme trabajo a casa ( y eso que sólo llevamos una semana de producción), y tengo que acomodar los papeles. Creo que lo que preferiré de la animación por ordenador es que me resultará imposible crear el caos a mi alrededor, cosa que parece condición sine qua non para que yo cree algo.

Después de colocar la balda, ya era la hora de la comida. Y después de comer, me tumbé a ver Te Doy Mis Ojos, que la noche antes sólo ví los primeros 30 segundos. Me gustó moderadamente, porque me aburrí un poco, y me dió bastante mal rollo. A mí Luís Tosar siempre me dá repelús, y más en ese papel, que parece que te va a soltar una hostia en cualquier momento. Por cierto, se podría depilar un poco la ceja, brrrrrrr!!! Me encantó el final, no era lo que me esperaba. Candela Peña te puede recitar el listín de teléfonos, que te la crees. Y como siempre, Rosa María Sardá, que no hace nunca un papel pequeño, estaba inmensa. La mejor actriz nacional, con el permiso de Concha Velasco.

Por la tarde bajé con Edu a Atocha, a recoger los billetes de tren. Nos vamos con David y Pastora a Alicante, el fin de semana que viene. Por una feliz coincidencia, ellos planeaban pasar allí el fin de semana con los padres de ella, que son de allí, y resulta de Fangoria tiene uno de los mejores carteles de la temporada: tocan con Astrud y Ellos. Así que nos quedamos los cuatro en casa de los padres, y vamos al concierto. El primero de la nueva gira que voy a ver, que ya estoy impaciente por ver qué tal son las nuevas canciones en directo. La pena es que Ricardo no tocará, que tiene muchos bolos con otros grupos. En fin, supongo que será Alejandro.
Después de coger los billetes, dimos un paseo por la zona de la Fábrica, detrás del ministerio de sanidad. Donde antes vivía JoseC. Todo estaba cerrado, y me aburrí sobremanera. Odio pasear, nunca he sabido hacerlo. Siempre que estoy en la calle voy hacia algo, o vengo de algo, pero andar por andar me aburre, no sé qué hacer. Además, no sé caminar despacio. Un rollo.

Al llegar a casa, mis planes eran acompañar a Edu a una fiesta de inauguración de un piso de una amiga, o salir al cine a ver La Reina de África en el Círculo de Bellas Artes, con Ulía y un amigo suyo, Lluís. Estuve charlando con Nacho, que me dijo que como lectora de mi diario, prefería leer sobre una fiesta que sobre una peli, que fuera a la inauguración del piso. Le dije que no ahora iba a empezar a vivir pensando en cómo iba a quedar luego escrito, si iba a entretener o no. De eso a organizar encuestas para ver qué te gustaría que hiciera mañana, sólo había un paso, y me estaba dando complejo de Simm, así que quedé con Uli. Pensando que esquivaba el truperío. Qué gran error.

Me recogió en coche, y nada más subir, me dicen que quedan siete minutos para que empiece la peli, que no llegamos, y que nos vamos a tomar algo. Yo digo que vale, pero que no quiero volver muy tarde, que tengo sueñito. Vamos a La Latina, y nos empeñamos en aparcar allí, con el resultado de perder más de una hora dando vueltas. Bueno, nada de perder, porque estuvimos charlando todo el rato en el coche, de cosas como los trabajos que tiene que hacer un actor antes de tener éxito ( Uli y Lluís son actores), de las líneas eróticas, de ligues y matrimonios, y todo el rato riéndonos y buscando aparcamiento. Al final yo proponía largarnos a Aluche o algo así, a tomarnos mega raciones por la mitad de precio en alguna plaza nueva de esas con pérgolas, y con mucho sitio para aparcar. La propuesta no cuajó porque, de un volantazo, plantó el coche en un paso de cebra, y hasta luego. La verdad es que , siendo Madrid, y con la cantidad de coches en doble fila que había, quedaba hasta civilizado, por poco molesto.

Hicimos una ruta de copeo, subiendo gradualmente de la caña al cubata, y bajando progresivamente del bípedo al cuadrúpedo, y siempre por locales cuidadosamente seleccionados por conocer a algún camarero que nos sacara copas. El tiempo se pasó volando, claro, y me dolía la barriga de tanto reirme, cuando decidimos que esto no se quedaba así, que nos íbamos a bailar. Desde luego, Dios los cría y ellos se juntan, porque así de pronto, sin quererlo, éramos el trío calavera. Y yo que me quería retirar temprano.
Fuimos al Nasti, donde todavía quedaban secuelas de la actuación de la noche anterior, como letras de canciones colgadas del techo, y cosas así. La música tampoco mató,pero nos lo pasamos bien, sólo por ir los tres. Nos encontramos con M, que hizo una demostración tremenda de moonwalk, cuando pincharon a Michael Jackson. Me recordó que el próximo viernes pincha en Coppelia, pero no podré ir, porque salgo ese día para Alicante.
De pronto, me encontré con Luis, el amigo trupera de Marta, que me llevó a saludarla. Nos alegramos tanto de vernos que lo celebramos con otra cervecita, y nos quedamos charlando. Hasta que Uli y Lluís me rcordaron el trato que teníamos esa noche, y nos fuimos. La dejé allí con Pablo, y por lo que me ha contado hoy, en muy buenas manos.

Hoy me he levantado demasiado pronto, porque queríamos ir al concierto de Matretta y Josele en Callao, pero al llegar no había nadie. Quizás se supendió por previsión de mal tiempo, no sé. El caso es que optamos por la fnac. Al final sirvió de algo, porque encontré el disco de Congosound, el grupo de Carles Congost, muy difícil de encontrar, y a muy buen precio. Mañana, mientras trabajo, lo escucho. También pasé a recoger el Vanity Fair, que este mes es de escándalo. La portada está dedicada a Jackie O., pero es que además hay artículos sobre el gabinete guerrero de Bush, sobre la situación en Disney, que me interesa mucho por razones obvias, un artículo de Christopher Hitchens sobre Ralph Nader, sobre el legendario restaurante de Nueva York Le Cirque. Vamos, que es de leértelo from cover to cover, que se dice. Y por supuesto, lo primero, el horóscopo, que de verdad que es infalible. Da hasta miedo: este mes dice que los de mi signo vamos a olvidar nuestras enseñanzas de infancia, a elegir la mala senda (léase trupera), y que, cito textualmente, "locura o no, mi búsqueda de la normalidad será infructuosa“, lo que "provocará llantos en tu mamá“. Clavaíto!!

Por la tarde he estado trabajando en la escena de la peli que tengo que terminar, he charlado precisamente con mi mamá , para felicitarla en nombre del Corte Inglés, y he quedado a tomar café con un amigo. Me he encontrado a La Prohibida, enfrascada en sus tareas de grabar su disco, y hemos estado charlando un rato bajo la lluvia. Por lo visto, esta noche ha montado un encuentro con fotologgeros en el Weekend. A eso le llamo yo una relaciones públicas, sí señor. Y me he comprado el abono transporte para la zona B1, lo que me acredita ante la sociedad como trabajador de los polígonos.

Ahora, mientras escribo, disfruto de las aventuras de Hanníbal Lecter, del que soy fan rendido. Sobre todo por su gusto al elegir sus víctimas, y el perfume de sus cartas a Clarice.

Ta-tá,
V.