viernes, abril 16, 2004

Puerto Rico, my heart's devotion

Ayer por la mañana, más de lo mismo en el trabajo, aunque los productores finalmente han tomado algunas decisiones que ayudarán a solucionar el impasse extraño éste. Lástima que yo no lo vaya a ver, porque la semana que viene empiezo la película que me corresponde, en el famoso estudio del quinto coño. Pero tengo ganas, ¿eh?
En ese limbo laboral en el que flotaba, me escapé al dietista, con mala conciencia, después de la Semana Santa que me he pasado. Y en efecto, he subido. Aunque me dijo que esa semana todo el mundo había engordado, que tampoco pasaba nada...para acto seguido machacarme con una dieta estricta, sin ni siquiera mi bollito de media tarde. Así que creo que me voy a ir tirando al cuello de la gente por ahí. Por otra parte, me mola, que ya estaba un poco mal acostumbrado del poli bueno, y el cuerpo me pide marchita masoca, y una dieta jodida, para sentir que me estoy sacrificando. Debe ser el chapuzón cristiano reciente.

Quedé a comer con mi hermana, que había venido para solicitar un plaza en unas oposiciones de enfermería, suponiendo que alguien que estaba delante de ella renunciara, y hubiera vacantes. Lo que pasa es que le cambiaron el día, era hoy, en vez de ayer. Así que se fue al Prado y a pasear por el Retiro, antes de quedar en casa para comer. Yo me fui del trabajo charlando con el becario, que creo que se llama Jesús, que es muy gracioso. Somos un poco de la misma cuerda, así que tengo la impresión que me lo voy a encontrar por ahí, de vez en cuando.
Antes de subir a casa hice la mega compra en el Champion de Lavapiés, y todo cargado me subí al cuesta. Peor por lo menos tuve opciones alimenticias que cocinar, porque desde la vuelta de vacaciones, era preparar lo que te encontrabas olvidado en la nevera.

Después de comer y de descansar un rato, mi hermana Vero y yo nos fuimos a hacer window shopping por el barrio de Salamanca, que ya estaba bien de tanto Prado, y queríamos un poco de Prada. Nos paseamos por tiendas de decoración, de ropa, de accesorios, por la calle Lagasca, Hermosilla, Jorge Juan y Serrano. A mí me encantó entrar en Artespaña, que te sientas en unos sillonazos de cuero que te mueres allí mismo. También pasamos por la tienda de Agatha Ruiz de la Prada, a ver a Ulía y a Rosa, y de paso conocer la tienda. En general no me gusta nada lo que hace esa señora, y además creo que me volvería loco todo el día encerrado entre tantos colores fosforito, corazones y trajes bola. Pero la tienda está muy bien pensada, y nos pusimos al día Uli y yo, que hacía tiempo que no nos veíamos.

Muy cansados, volvimos a casa, y después de estar tirados un rato, quedamos con JoseC para cenar, que se va a Los Angeles 3 semanas, básicamente a jugar a Spiderman 2. Los hay con suerte...
Pues eso, que salimos mi hermana, Edu y yo para el Puerto Rico, donde habíamos quedado. Además de JoseC, estaba Jorge, Orlando, y Lupe y Josina, muy muy guapa con su nuevo corte y tinte de pelo. Por cierto, un lujazo entrar con mesa reservada, y saltarte esa cola que hay siempre a las horas puntas, para cenar. Como hacía tiempo que no quedábamos todos, enseguida nos pusimos a cotillear. Aquí, querida lectora, me meto en un cul de sac, difícil de solucionar, porque digo que fui a cenar, que me lo pasé muy bien, pero ya todos me prohíben contar nada de lo que se dice, así que debo escoger entre mantener la transparencia de mi diario, o mantener a mis amistades...pensándolo bien, este diario nunca ha sido transparente.
Entre otras cosas, hablamos de lo que iba a hacer Jose en LA, del iPod que le voy a encargar, del concierto de Arakis en el Plan Travesti...Un inciso: en ese momento pasó algo típico siempre que nos juntamos personajes del fotolog de JoseC, que hablas de ellos o aparecen o llaman, a mí me llamó Nacho, y a Jose le llamó Arakis, para que grabara el concierto.
Lupe contó el encuentro de su padre con Ana Obregón en una entrega de premios, ¡y me enteré que no es bióloga ni nada, que le quedan asignaturas! y Jorge nos contó anécdotas de sus vuelos, nuevas y viejas, como la de Maruja Torres, que mi hermana no la conocía. Resulta que se la encontraron en un vuelo en unas navidades, y es tan maja que se la llevaron con ellos a la parte reservada que tiene los aeromozos en los aviones, que se llama el gary, o algo así, y se emborracharon un poquito, se hicieron fotos, digo yo que para sus diarios gastronómicos, y Jorge le regaló el gorro de Papá Noel que llevaba puesto. Desde entonces, se han mandado las fotos, ella los ha mencionado en algún artículo, y siempre que vuela pregunta por ellos. De hecho, en el próximo Sant Jordi le tengo que comprar un libro, para que se lo firme a Jorge. Los 6 grados de separación, ¿ves?
(Por cierto, mi hermana me dijo que Orlando le parece dulcísimo y mono, que le parecía muy bueno y que le daban ganas de achucharlo como un osito. Uy, ya estoy contando cosas que no debo :P)

Después de cenar, Edu, y yo nos fuimos a enseñarle a Vero el Palacio Real y la Plaza de Oriente de noche. Ya no llovía, olía bien y no había casi nadie por la calle, así que muy bonito. Y de paso vió dónde se va a casar el príncipe, oyes. Y una vez visto, un taxi, que estábamos muertos de todo el día, y a dormir.

Y lo dejo ya, que me voy de cena y de fiesta ahora mismo, ¡mañana lo cuento!