jueves, noviembre 17, 2005

Rollo nórdico

"Estamos muy contentos de estar tocando aquí, en Estocolmo", dijo Rufus Wainwright al empezar el concierto el lunes, en alusión al tiempo en Madrid.

Después de una clase de yoga especialmente charlotera, donde pormenoricé la actuación de las Nancys en Barcelona y discutimos sobre cuan homosexual tienes que ser para combinar el color de tu camiseta con el de tus calcetines para venir a clase, Nacho y yo fuimos a cenar antes el concierto. Pasamos por la fnac a comprar el disco de Madonna, porque los dos lo habíamos escuchado y a los dos nos encanta. Manolo, en la fnac, nos dijo que salía al día siguiente, el martes, y que abrirían a las doce de la noche para empezar a venderlo. Y que el single nuevo de las nancys, Maquíllate, se había perdido por el camino. 3.000 singles desaparecidos...qué raro. En fin, que sin discos, quedamos con Roberta y nos fuimos al VIPS a cenar.

Me estuvieron contando la sesión en la fiesta de Matador, lo cutre que era el equipo y demás. Roberta pormenorizó todas las fiestas mensuales y/o semanales que va a llevar alguna amiga nuestra en Madrid, y que se van a inaugurar en los próximos días. Ellos estaban muy contentos porque con tanto club ya tienen que empezar a decir que no a algunas ofertas para pinchar; y yo también porque entre El Naranja, el bar de Laura en San Vicente Ferrer con San Bernanrdo, la fiesta del Jesús y Ana, el matrimonio Baby Horror, los jueves, la Nancy Boite de Mario , el Majestic de La Prohibida, y el Tea Dance de Roberta y el Plan Travesti ya tenemos tentaciones de jueves a domingo. Si yo fuera un periodista de estos tan sagaces y originales, proclamaría ahora que vuelve la movida.
Al final de la cena vino Gerardo, que salía de un curso de escritura. Nos estuvo explicando técnicas que le han enseñado para evitar el bloqueo. A mí tendrían que enseñarme -entre muchísimas cosas- disciplina para sentarme a actualizar, y luego técnicas para cortar el chorro y hacer entradas de menos de diez líneas...

En una Gran Vía preciosa, (con tanta lluvia y luces parecía Nueva York) dejamos a Gerardo y Roberta, y nos encontramos con Edu y Javi, y bajamos al teatro Coliseum. A la entrada nos encontramos con muchos amigos y conocidos, que también venían, Borja, con Tere y Eugenia, Agustín y Paco, Tommy y Laura, y también había muchas de estas modernas pesadas de la nueva televisión moderninki, la Cuatro, que claro, no se iban a perder un concierto de Rufus.

El concierto en sí estuvo bien, aunque me gustó más el anterior. En éste hubo quizá demasiadas canciones lentas seguidas, y como también sufre de incontinencia, le salen de 6 minutos, así que una detrás de otra, tan lentitas, ahí sentado, como que empiezas a pensar en otra cosa, o a mandar un sms. Me pasó un poco lo mismo con Goldfrapp, que una hora y media de sus canciones, pues como que ya vale ( además, estaba colocado porque en Goldfrapp la gente fumaba muchísimos porros. me dejó estupefacto, yo me imaginaba que a un concierto así no iría tanto porrero. Quizá al de Devendra iban todos de pastillas. No sé...)
De toda maneras, Rufus me gusta mucho más que Goldfrapp , y si no llega a ser por le pesado de nacho, me lo hubiera pasado todavía mejor. Me lo tenía que haber olido camino del concierto, cuando insistía en comprarse el cd de Madonna para tirárselo a a cabeza a Rufus, y gritarle "mira aburrrrida, ésto sí que es música"; o cuando empezó con Oh what a world, y me dice " Está pregrabado!!! Como las nancys!!!"; o cuando señaló que las dos coristas tenían una pinta de brutas que parecían convictas de Alabama, y a partir de ahí, todo el rato dando por culo, como un niño pequeño...claro que me partía de risa. Todo el mundo arrebatado con el talento para la música y el autoelogio de Rufus, y yo mirando de reojo los mohines de Nacho y a taparme la boca. Al final se hartó de tanta lenta, de que -según él- todas eran igual que en el disco, y de que no hubiera ningún gordito en la banda, y se marchó. Justo después, como si esa fuera la señal ( ¡como en To Be or Not To Be!) empezó la segunda parte, se disfrazaron de romanos, salió un centurión ¡gordito!, y maquillaron como una puerta y crucificaron a Rufus mientas cantaba Gay Messiah. Terminó tocando en batín y calcetines
Al final,con todo, me gustó mucho, aunque eché de menos que se desnudara más, como en el anterior, porque yo soy muy sensible al talento musical, pero también al torso de Rufus.
De vuelta a casa pasamos por la fnac, y pesar del frío y la lluvia, unas cuantas hacían cola para comprar antes que nadie el disco de Madonna, llevarse además un poster y entrar en el sorteo de un viaje a la presentación en Londres. Digo yo que por participar en una campaña de publicidad lo que tendrían que hacer es pagarte, ¿no?

Para mantener más tiempo la ilusión de que Madrid es Estocolmo, Habitat decidió entregarme esa tarde mi sofá nuevo ( enorme, mullido y naranja), y ayer por la noche, aprovechando que Edu dispone de coche por 24 horas, me compré una cama en Ikea. Esa que tiene cabecero y pies de metal, con barrotes y bolas. Desde pequeño he querido una cama como la de La Bruja Novata. A la vuelta, tarde y por la M-30, no se veía nada por la niebla. Qué bonito...

Y ya.¡¡¡ Feliz feliz feliz cumpleaños, Gerard!!