martes, noviembre 22, 2005

Fan mail

A veces, entre los emails que me llegan gracias a este diario, de vez en cuando hay alguno muy divertido, que te hace pensar que merece la pena. Poco después de publicar la última entrada, la chica del "tía tïïïa" del Razzmatazz, me escribió. Se llama Meritxell, y su correo era total; se disculpaba, sin ninguna necesidad, de haberme señalado con el dedo, y me alivió ver que se lo había tomado con tan buen humor. Debo reconocer que me quedó un poco ofensivo con ellas, pero en aquel momento yo me sentí así, me dio mucho corte y un poco de susto. Supongo que al escribirlo, quise enfatizar la parte divertida y surrealista. Así se lo tomó, y yo encantado. Además,en su email, me regaló una fase que me pareció lo más:
"somos muy exageradas y claro pues las emociones nuestras son diferentes alas del resto de la gente"
¿A que chana? (Chana es un término que usan mucho los directores de la peli para la que trabajo, que son fans de la hora chanante, y me lo han pegado a mi) Desde luego, las Nancys tienen fans como sólo ellas se merecen!!

Por lo demás, el fin de semana de mucho estar en casa, por necesidad. A pesar de haberme deshecho de uno de los encargos, hay otro que ya llevaba muy adelantado, y tampoco es plan de perder al cliente, por lo que pueda pasar en el futuro. La fecha final de entrega es a final de mes, así que llevo desde el pasado jueves, y hasta la semana que viene, que me descubro a las dos de la mañana delante del photoshop, con los ojos como huevos escalfados...y aprovecho la hora de la comida en el estudio, cuando me van a dejar en paz, para actualizar un rato. Si no, cosas que me van pasando se quedan sin ser contadas, y seguro que dentro de unos años no me acuerdo de lo bien que me lo pasé con ellas. Ya me pasó con la sesión de Claudio en el Naranja y los conciertos de Halloween de Roberta y La Prohibida, con la súper Nancy Boite, o con el viaje a Tokio, colgado a mitad... en fin, también a veces te apetece más dormir que actualizar...

El viernes noche, eso sí, no trabajé, y salió el mejor viernes del mundo. Me compré una talla menos de pantalones en H&M, y el concierto de Bloc Party fue lo más. Me encantó la energía que tenían, todo el público de abajo ( yo me quedé arriba, prudencialmente) acabó bailando ska, y saltando y chillando. Llevaban ese telón de luces que ahora usa todo el mundo, desde U2 y Coldplay, y quedaba precioso. La actitud que tienen es total; me encanta el concepto de un grupo indie con un cantante negro ( Nacho dice que ha leído que si ha dicho que entiende, peor yo no sé si creérmelo), y me encanta el guitarrista, tan delgado, con el flequillo caído, y sin levantar la cabeza nunca. Estoy súperafavor de miembros de grupos que hacen bailar mucho a la gente pero ellos ni se inmutan, como si un aburrimiento cósmico les poseyera todo el rato. Nos encontramos con amigos, me entretuve contando cuánta gente NO llevaba Converse All Stars, y Mario y yo acabamos, tras el concierto,bailando al ritmo de su ipod mientras hacíamos la eterna cola del guardarropía.
Después concocí un chino muy rico y barato, cerca de Príncipe Pío, y como nadie salía, y se me cerraban los ojos, y tenía tanto trabajo el fin de semana, pues me metí en la cama prontito.

El sábado monté la cama de la Bruja Novata con Edu, y trabajé todo el día. Por la tarde se pasó por casa Gerard, y le di su regalo de cumpleaños. Es un libro que se llama Little Boy, está editado por Takashi Murakami y recoge todo el arte underground japonés desde los 60 hasta ahora. Es lo más, lo compré en París, pero supongo que en Madrid estará en Pantha Rei, o si no, bendito ( ¿bendita?) sea Amazon. Sale Godzilla, Hello Kitty, Akira y muchísimos más que ni conzco, pero Gerard sí. Por eso era un regalo tan perfecto para él, que decidí dárselo, y yo ya me lo compraré otra vez, cuando tenga tiempo de encerrarme en casa a leerlo, que es lo que se merece. Además, ahora estoy con otro súper interesante, The Rise of the Creative Class, de Richard Florida, que se merece entrada propia del diario.

Por la noche, cena de pizzas, como los futboleros, en casa de Javi, pero sin fútbol. Vimos Memento, y por norma, me quedé dormido en el sofá. Soy una sombra de lo que era.
Y el domingo, más monasterio,encerrado en casa dibujando...

La clase de yoga de este lunes fue un desmadre. Empezamos hablando del concepto de sexo oral. El hijo de Mari pensaba que era decir guarrerías durante el acto, y por fin, con sus 13 años, descubrió su verdadero significado. De ahí, lo entenderás seguro, pasamos a si prefieres dar o recibir sexo oral, y acabamos discutiendo sobre si, eventualmente, gracias al yoga seremos capaces de proporcionarnos sexo oral a nosotros mismos. Yo ya advertí que el día que me pase eso, paso de la gente y me quedo en casa, que pa lo que hay que ver...
Si a esto añadimos que el pasado jueves empezamos hablando de Rufus Wainwright y terminamos discutiendo sobre por qué hombres blancos tienen pollas oscuras, y cuál es tu color preferido... comprenderás mi preocupación por el cariz que están tomando nuestras cases de yoga.

Me encantaría terminar esta entrada con una nota como más seria o profunda,o como de cultureta sofisticado a la par que divertido, para cambiar este tono que me ha salido, pero no se me ocurre nada...