miércoles, diciembre 29, 2004

La línea de la belleza

No tengo remedio. Cuando ya tengo instalada la línea LSD, como le llama Patata, me encuentro con el (ya) tradicional apretón de final de mes. Al tener las dichosas cuotas de producción de final de mes, hay que cumplir como sea. Lo malo es que la cuota va subiendo, y encima este mes, con puentes y navidades, es medio mes.Nacho sugiere que me busque a alguien para dictar el diario al teléfono; pero eso me horroriza; con lo que yo hablo, al final acababa largando demasiado,así que por si acaso mejor que no.Bueno, yo también soy un poco exagerado, y aunque no tenga tiempo, prefiero actualizar cuando buenamente puede, o me apetezca ,que el factor pereza también es importante. Digo yo que una vez entre otra vez en la dinámica de contar un sólo día, me va a parecer nada.

Estas dos últimas semanas han sido, entonces, de trabajo intensivo,salpicadas con breves paréntesis de fiestas...intensivas

Lo malo del trabajo intensivo es que estoy trabajando en la parte más interesante de la película, en lo que respecta a mi personajes, y,como pasa siempre, escenas pivotales que quieres reflexionar, trabajar concienzudamente la interpretación, pues tienes que resolverlas a toda prisa. Tampoco niego que a mi la presión me sienta bien, pero jode. Así que estos días he aparcado la visita al dentista ( a costa de antibióticos y sobredosises de ibuprofeno), he aplazado los remiendos de mi abrigo para bajarlo dos tallas, sólo he comprado comida para Panchito, que no tiene culpa de nada mientras yo me alimentaba de pinchos de tortilla ( mi dietista -cuando pude ir, después de unos cuantos aplazamientos-me dio dos hostias)

En la sección de fiestas, lo justo, considerando que es navidad y lo saraos se multiplican. La inauguración de la exposición de Gaüeca en espacio mínimo estuvo muy divertida, porque vinieron todos desde Bilbao : Miguel, Manu y Richard y Arakis, y simplemente verlos y estar con ellos ya es una fiesta. JoseC arrastró sus flemas desde la cama (menos las que dejó pegadas a la placa del radiólogo). Yo me acerqué con Nacho, Pablo y Javi. También estaban Bene, Carlos Díez ( que debuta de pincha dentro de poco y va ser de no perdérselo) y Juan,Pablo y Miguel, o sea, la plana mayor del plan travesti.. Admiramos las fotos, improvisamos photocall casero, nos atiborramos de chorizo ibérico ( hasta las más modernas lo perseguían por la sala para pringarse los dedos), y bebimos cava. Una exitosa inauguración,entonces.
Al día siguiente cenamos en el Edelweïss con Arakis, Nacho, JC, Pablo y Pedro. Arakis llegó un poco tarde y arrebolada, porque nada más entrar había visto una foto de Marlene, y se había cruzado con Vargas Llosa. Hubiera pagado por ver la cara de éste al cruzarse con aquélla.
Otro día acompañé a Javi a la copa de navidad de David y Piti en Chicote. Aquello sí que fue multitudinario, estaba todo el mundo. Lo cual es muy peligroso, porque te empiezas a encontrar con gente y cuando dices que te tienes que ir pronto, porque tienes mucho trabajo,no te dejan. Así que fue un poco de pasearse por la sala, saludar a conocidos, y marcharte a la francesa, que es lo que hicimos...una hora y media más tarde de lo previsto. La parte Truman Capote que tenemos todos dentro me impulsa a contar una escena que presencié, y que pone en evidencia todos los tópicos del mundo del cine, desde la actriz que pide un papel hasta la lengua viperina de las otras. Pero como no quiero acabar como Capote, rechazado por todos sus amigos por contar demasiadas cosas en Plegarias Atendidas, pues mejor escribo la enseñanza que extraje de eso: el mundo del cine es tal y como te lo imaginas. Y peor!!
Y eso incluye el de animación, porque el día antes de volar a Barcelona, en la cena de navidad de mi antiguo estudio – somos amigos y me dejan que me autoinvite- un nuevo trabajador, después de cenar y con todo el síndrome de exaltación de la amistad que da el alcohol, me soltó que por ahí le decían siempre que yo era un gilipollas, pero que ahora que me conocía le parecía cojonudo. De esas cosas que encajas con media sonrisa, porque no sabes si darle las gracias o partirle al cara. El maravilloso mundo del cine.

Poco antes del día de entrega, y después de unos cuantos recluido para poder ir, no me quise perder el concierto de presentación de L-Kan. El Ocho se llenó muchísimo, y aparte de a todos los de las demás fiestas,que al final están casi siempre las mismas caras, me encantó saludar a Javier y Bibiana, que hacía tiempo que no veía. faltaban Clara y Mauro, pero estaban G. (mi profa de yoga) y Ricardo. Me eché unas risas con Patata y Claudio, que aguantaron hasta el final, y con Sebas e Iko, que se fueron nada más terminar el concierto. A Paul le dieron un tartazo en el escenario,porque a partir de medianoche era su cumple. Como es tan revoltosa, le encantó.Vinieron Luis y Stefan, y era un poema ver la cara de un componente de Placebo intentando entender el humor de L Kan. Roberta y yo hicimos mucha sala, Javi bailó mogollón, Belén,como siempre, se extenuó en cada canción. Deberían traer a la comentarista esa de la gimnasia rítmica, que lo hace tan bien, para que narre las piruetas de B-kan.
Lo mejor de la noche, encontrarme con Rodri, que parecía un zombi, mi pobrecito, con el gripazo que tenía y aún así vino con Héctor. Hacía mucho que no le veía, y aunque la ocasión no era de ponerse al día, me alegró .

En Barcelona, nada más llegar salí corriendo a comprar regalos que por falta de tiempo me faltaban, ¡ y a cenar! Cena de nochebuena, villancicos y regalso. los míos, después de todo, funcionaron. A mi hermana le das algo de Homeless y rebota contra las paredes. Después quedé con Lluís para ir a bailar al Mond, que pinchaba Gerard.
La noche fue rara, será la navidad. Bailé un poco, me encontré con Virgili y Patricia; Gerard me estuvo contando qué tal le iba, y los planes para pinchar que tenía. Como le salgan y yo pueda coincidir en alguno, va a ser la bomba.A Lluís y a mi, entre copazo y copazo, nos dio por charlar, y lo que tiene charlar tanto,y de tantas cosas, acabamos tristones.

El día de navidad comimos en casa con unos amigos de la familia, y vino Alfredo, un amigo que hace años que no veía; lo mismo me pasó en la cena del 26 en casa de Alex y Arantxa, con Valen y Bibi; no con Mónica, desde luego, que la veo más a menudo en Madrid, con Manel. Además, pusimos un vídeo donde salían imágenes de nuestra etapa en la universidad, y me dio un ataque de nostalgia agobiante, cosa que me suele pasar en Barcelona. Lo odio, la ciudad está llena de rincones así... y más vale que me vaya acostumbrando.

Por lo demás, mucha cura de sueño, comidas de mamá ( bajo las órdenes del dietista...más o menos), y a disfrutar de mis regalos: ropa, copas de whisky para la casa( cómo me conocen), la tercera temporada de Sex and the city, que la estoy devorando, algún cine ( Whisky, vaya peñazo depresivo; no me convino nada), y algun paseo a la fnac. Por cierto,me he comprado el nuevo libro de Alan Hollinghurst, un autor que me encanta, y resulta que este año le han dado ¡por fin! el premio Booker. Se llama The Line of Beauty, y en cuanto acabe con el de Javi me pongo con él. Javi me ha regalado El lector, de Bernard Schlink. Es cortito, de frases sencillas, frías y tremendas. Trata de dilemas morales y una historia de ¿amor?, y te engancha muchísimo. Un poco duro, eso sí. ¿Será por eso que uso el flyer que me dio Gerard como punto de libro, para abrirlo y echarme unas risas?

Por primera vez en meses estoy siguiendo un libro que me gusta. Odio estar entre libros que me enganchen, o pasar rachas así. O será que el orden vuelve a mi vida poco a poco? Mmmmm. No creo