jueves, diciembre 16, 2004

The importance of being earnest

Como una bala. Como una bala disparada que se va a estrellar contra la pared. Así me he sentido estos días, de los que tengo la imagen de haber sido una vacación continua, con unos cortos interludios para trabajar. Es lo que tiene el puente ese de diciembre; luego ya veremos cómo acabamos la película, pero por ahora, que nos quiten lo bailado.

El jaleo empezó el jueves 2 ( hace como quince días, no?. Bufff), con la fiesta de la MTV. Bueno, veníamos de un Plan Travesti de aniversario, pero eso ya queda lejísimos. Sólo decir que estuvo muy bien, con muchas actuaciones y lleno de amigos. Lo demás, querida lectora, lo habrás leído por ahí, seguro.
Como decía, la fiesta MTV estuvo genial. Empecé prontito, como a las diez en casa de Olvido, de donde salíamos, con Marta y Jose, para Chicote. Íbamos a ir en coche, pero como apareció el escort ( un acompañante que le ponía la organización; es que era todo muy anglosajón y muy profesional), éramos 6 y Jose y yo nos fuimos hasta allí dando un paseo. En Chicote, mucha gente, mucho dresscode rojo, y muchas copas gratis, que para algo montaba la fiesta una marca de bebidas. Saludé a Maria, que estaba muy atareada, porque ella trabajaba, lo mismo que Mario, que iba de bólido. Más relajados estaban David y Gorka, todavía resacosos de la fiesta de inauguración de la tienda del día anterior.
Me encontré con Claudio, un personaje recurrente estos días que estoy recopilando, y estuvimos de charlas y risas un rato, hasta que me dijeron que salíamos para el Florida Park, donde el concierto. Nada más llegar nos fuimos directos al camerino, donde ya estaba el resto del grupo, y nos tiramos al catering, aunque luego lo neguemos . Por supuesto, también al cava. El camerino parecía más el camarote de los hermanos Marx, entraba y salía todo el mundo, desde Cayetana Guillén hasta el escort, de nuevo. Cuando ya a Olvido le tocaba cambiarse, nos fuimos todos a hacer un poco de sala. Yo, como de costumbre, me llevé para el camino un copazo y un plátano.
Por la pista estaba todo el mundo. La Prohibida y el resto de la plantilla del Plan Travesti, G.C. con su P., Borja, al que hacía mucho que no le veía, Pablo, mi Roberta, Stefan, Pepón, Álvaro, Jorge y Jone, y todos los del Chicote, claro.
El concierto, muy divertido. Era ese formato de 45 minutos para ocasiones especiales, que son todo jits, directos a la yugular, y que acaban siempre con la Disneylandia del Amor, y todo el mundo saltando.
Cuando acabó, la organización tenía programados más grupos y pinchas, muy modernos e internacionales, pero acabamos todos rendidos a La Prohibida, en la sala pequeña apretujados, bailando Chico y Chica y el recopilatorio del Plan Travesti. Recuerdo estar aporreando un piano que había allí ( decir tocar sería sacrílego), con Claudio, mientras botábamos sobre un cojín hinchable gigante. Stefan tenía la cara de divertirse que se le pone siempre en las fiestas surrealistas de Madrid. Supongo que es lo mínimo, si vienes de South Kensington directo a este desmadre de ciudad.
Acabé, como predijo Nacho y yo lo negaba, a las seis y media de la mañana. También, contra toda predicción, empecé a meter la pata en el cepo.

El día siguiente empezó fatal, habiendo dormido dos horas escasas y teniendo que trabajar, y acabó muy bien, en el ocho y medio, con Roberta pinchando, y Javi, Nico, Laura e Iko por la sala. Creo que esa noche la contó él en su blog hace como semanas.
El sábado empezó tremendo, muy divertido, y lleno de actividad. Comí en el Puerro Rico con amigos, de la colonia catalana en Madrid. Todo el rato hablando en catalán, de política, de costumbres, de la vida madrileña, de cotilleos del mundo rosa, de cotilleos de la capital y de cotilleos de Barcelona. Luego fuimos a un bar de la calle Colón a tomar café, que empalmamos con unos whiskies, y nos dieron la hora de cenar sin darnos cuenta, de lo a gusto que estábamos. Sin pasar por casa, acabamos en una cena en casa de amigos, con políticos y periodistas, ( una cena muy Washington, como dijo E.) también de la colonia catalana. Muy interesante, y muy divertida. cenamos de picoteo riquísimo, y acabamos, aparte de los whiskies anteriores, con unos absoluts mandarin divinos.
El periodista nos contó una historia buenísima, de sus vecinas. Son una hija, ya anciana, y una madre, matusalénica. La hija estaba divorciada ( no sabíamos desde cuando), y la madre seguía culpándola del fracaso del matrimonio. A ELLA, no al marido. Vaya pieza, debía ser la madre. O la hija, vete a saber. El caso es que tenían peleas tremendas, y la momia le gritaba a la vieja que el marido la había dejado por “drogalista”, que era una “drogalista”. Y luego la madre salía a pasear a la calle, en plena noche, con bata acolchada y gafas de sol. Nosotros por el suelo.
También nos reimos mucho E. y yo, itentando explicar nuestro concepto de ser de izquierdas, donde cabe vestirse de marcas y comprar el Hola, y la frivolidad, por supuesto ( o sea, como la mayoría de mis amigos), a uno de los políticos, de esa otra izquierda tan seria, tan dogmática y tan excluyente, a veces. En fin, que con los vodkas les veíamos la cara que ponía cuando nombrábamos a Sonsoles y a la Benarroch ( el hombre que lo hace todo en España), y nos tronchábamos.
Después de eso, nos fuimos a Chicote, y luego a Coppelia, con Roberta y Elektro. El día, no sé si por alguna ley de compensación, o por mi masoquismo, acabó fatal.

El domingo comí con David y Pastora, y conjuré mi melancolía comprando en H&M. Acabó muy bien, viendo relajadamente el dvd de Las Horas, y durmiendo.

La semana pasó en un suspiro. Total, fue casi toda festiva. El miércoles estuve con Aitor en el Reina Sofía, donde me explicó el concepto de arte que representa Jeff Koons, lo mejor de la colección Taschen, junto con los peluches de Michael Kelly. Comimos en un vegetariano, y me regaló un cuadro que había hecho, donde sale Pancho. El primer original de mi nueva casa!!

El viernes salí para Barcelona, donde Roberta y Nacho hacían de jurado para el festival Gente Joven, preludio del FEA. Resultó ser una cosa cutre, como de festival de fin de curso de instituto de secundaria. Quitando algunos grupos,( el de Virgili y Patricia, y el de Mireia y Pedro -los de mis amigos, faltaría más -)la mayoría eran de caca pedo culo pis, y mucha tontería. En medio de eso, los que se lo tomaban en serio destacaban, claro. Pero tampoco era un nivelón, me entiendes? Vino mi amiga Meritxell con su novio Jaume, Gerardo, un amigo de Roberta, y luego llegaron Bea y Dolors. Nacho en cuanto pudo pasó de todo y se bajó al público, porque estar en el escenario, en la mesa de jurado, con tanto mamarracheo, yo entiendo que debe ser insufrible. Por eso Roberta , que no se bajó, acabó hasta el coño y ella solita levantó la fiesta en cuanto le dieron un micro y la dejaron decir las cositas que a ella le gustan. En un plis plas, aquello se convirtió en algo bastante más divertido. Y cuando se puso a pinchar, todo súper cerdo y bakala, la gente enloqueció ( ella también; se convirtió en Courtney Love y se puso a insultar al público. Ellos encantados, claro)
La sacaron en brazos, y la gente peleándose por llevársela de fiesta. Barcelona necesita una temporada a Roberta Marrero, para curarse de tanto moderneo soso.

El sábado fuimos de compras y a comer. Por la tarde pillé este resfriado intestinal que le está dando a medio Madrid, y me perdí la sesión de Nacho y Roberta en ese club de siniestras en Hospitalet. Una pena, porque fueron hasta los Alive, tan simpáticos, a traerme un cd nuevo de su demo. A cambio, estuve viendo al tele en el sofá, con la cabeza en el regazo de mi mamá, y yendo al lavabo cada diez minutos. Esta nota escatológica va por JoseC. :P

Y el domingo volvimos en el tren los tres, charlando, comiendo y riéndonos. De pronto nos encontramos con La Prohibida, que volvía de unas galas, y se unió a nosotros. Recuerdo que, entre todas las cosas, estuvimos hablando de programas de televisión en los que si participas adelgazas ( la isla de los famosos), y en los que engordas ( gran hermano). También la Prohibida nos puso unas canciones que iba a tocar en el recital de esa noche. A pesar de que por lo visto un tren atropelló a alguien en Reus y nos retrasamos una hora, el viaje se me hizo ameno, con tanta tontería.

Por la noche Roberta, tan deslumbrante como Sigourney Weaver en Armas de Mujer, y yo, nos fuimos al segundo plan travesti en quince días. Había un poco menos de gente de lo habitual, pero aún así estuvo divino. La Prohibida, con una peluca gigantesca, parecía una diosa. Y las canciones son tremendas. Me encantó ver como, en al primera canción, dijo una estrofa ( “porque el pasado no da más de sí”) mirando a Roberta fijamente a los ojos. Ellas saben por qué. Y por qué al final se acordó de ella en el recuento final de invitados.
Estuve casi toda la noche con Patata y Claudio, que estaban muy graciosos, y con Javi, que afortunadamente no se pierde una, porque no sé que haría ya sin él, También estaba Pablo, Manolo, Orlando, Mario, Susi, Álvaro y Pedro Munster, que vinieron directos de la rave transexual, y gente que ves siempre y aunque no conozcas es como si los conocieras, de cruzarte en la pista o de mirarte de punta a punta de la sala, y...¡mi vecino! Es que resulta que ni vecino de abajo es un asiduo del Plan Travesti, y yo sin darme cuenta. Y además ha estudiado Física, como yo. Seis grados de separación.

Para esas horas, ya no me sentía como una bala, ni me dolía el choque contra la pared, pero e ahora en adelante procuraré no meterme en más pistolas. También procuraré actualizar más a menudo, porque hoy me traen la ( ¿o el?) ADSL.

Suponiendo que sepa instalarlo. Ay!